Exhibición de agentes caninos y fiesta del agua en el campamento de ocio inclusivo de ADEN

La plaza Nelson Mandela acogía este lunes, 29 de julio, la exhibición de canes que la Policía Nacional había preparado para los jóvenes del campamento de ocio inclusivo de ADEN. También los acompañaban los usuarios de la Asociación de Discapacitados con Enfermedades Neurológicas, además de la presidenta y trabajadoras. La unidad canina del CNP integrada por Alberto, Lorena y Fran tenía aún a Mendi, Bruno y Lúa en el coche oficial y los niños corrían a verlos.

El primero, Mendi, todavía es pequeño, explicaba la policía Lorena. Pero estará preparado para detectar explosivos. La perra olería a los jóvenes y se sentaría cuando encontrase el explosivo colocado a conciencia por los agentes. Olfateando a los niños que permanecían sentados y asombrados, Mendi encontró la mochila rosa en la que estaban los explosivos. A la que sorprendieron con un fuerte aplauso los del campamento.

Rafael quería tocarla y se acercaba a la perra policía, que lo esperaba con gusto. A diferencia de Lúa, que ya avisó Lorena que “no le gusta que la toquen”. La policía juega “mucho” con ella para que tenga “ganas de trabajar”, decía a los presentes. Tras ella, era el turno de Bruno, el perro que busca droga y dinero. Para la exhibición, acompañado por un agente, buscaría en varios botes la droga escondida. De hacerlo, no pararía de oler el mismo, así avisa a los policías que ha encontrado algo ilegal.

Bruno lleva cinco o seis meses con su guía, informaba Lorena, al que también se organizaron para tocarlo. Tras los mimos, el can se paró a oler insistentemente el cuarto bote, donde estaba la droga. Leyre (“10 para 11”) y Laura (11) estaban sentadas expectantes. Les estaba “gustando” y “nunca” habían visto a perros policía. Enunciaban a El Pueblo de Ceuta que la actividad que más les gusta es la que les esperaba tras la exhibición, la fiesta del agua.

A Leyre también le “encantó” el karaoke, donde se pintaron la cara con glitter. A Laura “el parque de Bomberos”. Igual que a Sofía (6). Para las dos primeras es la primera vez en el campamento de ocio inclusivo de ADEN. La que tiene ahora seis años llegó con “dos añitos”.

Después de Bruno era el turno de Lúa, la menos ‘cariñosa’. Igual que los demás canes, trabajadora. Lorena fue la encargada de acompañar a la perra para que encontrase el bote ‘ilegal’. También de forma satisfactoria. Y con el aplauso de todos, como en todas las exhibiciones. La policía volvía a traer a Bruno para “hacer un poco de obediencia”, mientras todos sonreían y los más mayores no perdían la oportunidad de capturar con móviles lo ocurrido.

Y como colofón a un mes de campamento inclusivo, la ansiada fiesta del agua. Que se realizó en el patio del edificio San Luis con risas y bikinis de por medio. Globo, apunta y dispara fue lo más importante, además de compartir experiencias con los usuarios.

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