El último baluarte español en América Continental

“La fortaleza del Real Felipe del Callao, Perú”. Segundo sitio del Callao, Perú, 05.02.1824 Al 02.01.1826.

Mapa de la zona entre Pisco y El Callao. / FOTO CEDIDA
Mapa de la zona entre Pisco y El Callao. / FOTO CEDIDA

Entre el 28 de febrero de 1819 y el 19 de septiembre de 1821, el puerto del Callao permaneció en un continuo bloqueo naval de la flota chilena al mando de Thomas Cochrane, inglés al servicio de Bolívar y comandante en jefe de esta flota.

PRIMER SITIO TERRESTRE Y NAVAL DEL CALLAO, PERÚ.

El 8 de septiembre de 1820, el general San Martín desembarcó en la playa de Paraca, cerca del puerto de Pisco, Perú, con el general Gregorio de las Heras, 4.000 hombres y 2 cañones. En lo que se llamó Expedición Libertadora del Perú.

El 29 de enero de 1821, un grupo de oficiales realistas se sublevaron contra el virrey Joaquín de la Pezuela, renunciando este al cargo, siendo sustituido por José de la Serna, que más tarde sería confirmado virrey por la corona.

Mapa de la zona entre Pisco y El Callao. / FOTO CEDIDA
Mapa de la zona entre Pisco y El Callao. / FOTO CEDIDA

El 6 de julio de 1821, el virrey José de la Serna abandonó Lima, con unos 3.800 soldados, dirigiéndose a Huancayo en la sierra central del Perú, temiendo perder sus tropas, ante el avance de San Martín. A su partida dejó el mando al general José de la Mar con fuerzas que se dirigieron al Callao.

El 28 de julio San Martín firmó en Lima el acta de la independencia del Perú y la separación de la corona española. Enviando seguidamente tropas para sitiar las fortalezas del Callao. Las fuerzas de tierra estaban al mando del general Juan Gregorio de las Heras, las del bloqueo naval continuaban a las órdenes de Thomas Cochrane, ahora apoyado por Hipólito Bouchard, corsario francés al servicio de las fuerzas del río de la Plata.

El 14 de agosto, fuerzas de Las Heras intentaron tomar la fortaleza del Real Felipe, pero fracasaron, con pequeñas pérdidas por ambos lados.

Las tropas realistas al mando del virrey La Serna se encontraban en la sierra desde el 7 de julio de 1821. El virrey envió el 25 de agosto al Callao al general Canterac, para suministrar armas y alimentos al Real Felipe, con la orden de que si el gobernador José de la Mar al mando de la fortaleza no tenía posibilidad de vencer, tendrían que destruir la fortaleza llevando a la guarnición a la sierra. Una vez en el Callao, Canterac formó una junta de guerra en la que informó de las órdenes que portaba, a lo que De la Mar se opuso, indicando que “las fortalezas servían de abrigo y defensa de numerosos españoles”. Canterac regresó a la sierra.

Al poco de partir Canterac, San Martín atacó la fortaleza. Debido a la insoportable situación, José de la Mar decidió tratar sobre la rendición de la misma. Firmándose la capitulación el 19 de septiembre de 1821. San Martín permitió la salida de las fuerzas realistas con sus banderas ondeando y con salvas de artillería de los independentistas.

Segundo sitio del Callao (1824-1826)

A finales de 1823, el coronel José Ramón Rodil fue nombrado brigadier. En esa fecha se encontraba en la provincia de Ica, Perú, con cerca de 1.000 hombres de diferentes armas.

En enero de 1824, Bolívar ordenó que tropas, chilenas, grancolombianas, peruanas y del Río de la Plata custodiaran la fortaleza del Real Felipe en el Callao. Que estaba en poder independentista desde el 19 de septiembre de 1821. Por temor a una incursión realista.

El 5 de febrero de 1824, los sargentos Dámaso Moyano y Francisco Oliva, ambos del Regimiento del Río de la Plata, se amotinaron en dicha fortaleza, tomando presos a los oficiales presentes, siendo a sí mismos detenidos los que iban regresando. También fue tomado preso el gobernador de la fortaleza, general Rudecindo Alvarado.

Las fuerzas sublevadas fueron el regimiento del Río de la Plata, el 11º batallón de los Andes, el 4º de Chile y un batallón volante del Perú.

Dámaso Moyano, del Regimiento de Granaderos a Caballo, natural de Mendoza, Argentina, de raza negra e hijo de esclavo, inicialmente tomó el mando revelándose, junto a las fuerzas de los diversos países que se encontraban en la fortaleza, no “contra sus patrias, sino contra todo tipo de gobierno”. Existieron diferentes causas; la principal fue el llevar meses sin recibir paga alguna. Aunque sí se recibieron algunas pagas, pero solo para los oficiales.

Los sublevados se reunieron, aceptando la propuesta del capitán Correa de reunirse con los mandos argentinos que ellos decidieran.

Entre el 5 y 6 de febrero hubo varias comunicaciones cruzadas entre los sublevados y los mandos unidos independentistas con proposiciones:

“Bellavista, Febrero 5 de 1824. - El Capitán (Estanislao) Correa acaba de informarme que el que manda las fuerzas en el Callao (Moyano) está dispuesto a oír y a hacer proposiciones: en consecuencia, el Señor General Necochea, el Señor Ministro Plenipotenciario de Buenos Aires, don Félix Alzagá, y el Señor Coronel Olazábal marcharán al momento para oír lo que solicitan las tropas de los Andes y demás comprendidos en el Castillo. La Patria, por quien tantos sacrificios han hecho la División de los Andes, exige que cuanto antes se corte el escándalo. - El que suscribe se ofrece al que manda las tropas del Callao con toda consideración. - Enrique Martínez.- Al que manda las fuerzas en el Callao. - Es copia. - Herrero. Es copia. Berindoaga.

NOTA. Enrique Martínez, general en jefe del ejército de los Andes en 1823 y mariscal del Perú. Sobre Berindoaga comentaremos más adelante.

El 6 de febrero, Moyano condiciona la entrega de presos en el castillo del Callao:

“Fortaleza de esta Plaza.- H .S. General.- En este momento acabo de recibir por medio de un Parlamentario dos oficios de manos de V. S. H. el 1º intimándome las consideraciones que debo guardar a los tres Jefes, y oficiales que se hallan presos. Esto, H. S, corre de mi cuenta: yo los he tratado, y trataré siempre con la consideración, a que son acreedores; mas cuanto al segundo, me es un imposible el que V. S. H, me pide, atendiendo a que a fuerza de Parlamentarios quieren seducir a unos hombres que en ningún tiempo los he visto tan enardecidos contra el poder de unos Jefes que no han sido Padres como se nombran en las Historias, sino fieras que nos han tratado de devorar. – Sí, Señor, cesen los Parlamentos, a menos que venga uno de ellos acompañado del dinero que se ha pedido, con él solamente podremos hacer alianza con el bien entendido que dejaremos la oficialidad, y los Castillos a la disposición de V. S. H.; pero en otro caso serán víctimas todos los que intenten ponerse al frente de los fuertes que tengo el honor de mandar. - Ofrezco a V. S .H. los sentimientos de mi mayor respeto.- Castillo de la Independencia, Febrero 6 de 1824. - Dámaso Moyano. - Es copia.- Herrero. Es copia. Berindoaga

Ese mismo día, el general Martínez solicitó aclaración a Moyano:

“Bella vista, Febrero 6 de 1824. - El que suscribe acaba de recibir la comunicación del Jefe que manda las fuerzas de los Castillos, en que me dice que si va un parlamento con el dinero que se ha pedido tendremos alianza, pero como hasta ahora no ha explicado el referido Jefe cuánto dinero quiere para que volvamos a la paz, el que suscribe espera que en contestación avise qué es lo que desea para que cesen las disputas entre hijos de una misma Patria, porque el tiempo que perdemos en ellas lo gana el enemigo común.- El que suscribe ofrece al Jefe de las fuerzas de los Castillos toda su consideración. - Enrique Martínez.- Es copia. Herrero Es copia. Berindoaga. (Literal). Documentos tomados de (Colección Documentales de la Independencia del Perú-Tomo VI- Vol. 8º- Asuntos Militares-Estado Militar 1824-1826).

Al surgir diferentes opiniones entre los sublevados y las dudas surgidas, Moyano pasó a consultar con el coronel José María Casariego, que estaba entre los prisioneros realistas del Callao. A partir de ese momento, Casariego tomó el mando. Nombrando coronel a Dámaso Moyano y teniente coronel a Francisco Oliva.

Al llegar noticias al brigadier Rodil de las solicitudes de dinero de los rebeldes a los independentistas, pidió un voluntario para zarpar hacia la fortaleza y tratar de que los sublevados pasaran a favor de los realistas, detener al general Rudecindo Alvarado, que había sido tomado preso por estos, y enviarlo a La Paz.

El coronel ayudante de Estado Mayor Isidro Alaix (nacido en Ceuta el 11 de octubre de 1789) se ofreció voluntario para partir en un pequeño bote del puerto de Pisco hacia El Callao, llevando consigo 10.000 pesos fuertes para fomentar el desorden en la fortaleza e ir solo acompañado por el capitán Riera. Propuesta aprobada por Rodil.

La distancia entre Pisco y El Callao es de 211 Km, en línea recta. 113.93 millas náuticas

Una vez Alaix en El Callao se hizo con la fortaleza del Real Felipe. El encargado de transportar al rehén de alta graduación fue el capitán Riera, zarpando la misma noche de su llegada y regresando después de cuatro días al puerto de Pisco.

Sobre esto acompañamos un documento de la Biblioteca de Ayacucho, Vol. 7 n.º 2:

A su llegada al Callao, Alaix fue recibido con una salva general y con las más expresivas muestras de satisfacción; empleó todo el día 17 en enterarse de todo, y al despedir al capitán Riera, decía para el brigadier Rodil lo siguiente.

“Guarnición del Callao.- El momento más feliz desde que tengo el honor de vestir el uniforme militar ha sido el de ayer a las diez de la noche, hora en que llegué a estas fortalezas, después de haber vencido algunos obstáculos en la navegación, reunido en la playa y abrazando a los beneméritos coroneles don José María Casariego y don Dámaso Moyano, con los dignos compañeros que tan heroicamente la defienden; fue anunciada con una salva general, el júbilo y la alegría de toda la guarnición manifestaban su heroísmo; instante placentero para todos los individuos y aciago para los enemigos.-El arrojo de la toma del Callao el 5 del presente; un gran tren que sus castillos encierra; quedan prisioneros 105 oficiales, entre ellos el general Alvarado y muchos de graduación; una escuadrilla en su puerto; pasarse a esta plaza dos escuadrones de granaderos a caballo brillantísimos, diseminar y hace ahuyentar el Gobierno de Lima, incluso su decantado Congreso; he aquí mi brigadier, coronado los desvelos de los genios Casariegos y Moyano.- Acompaña al capitán Riera, que regresa y sale de este punto a las diez de la noche, el general enemigo Alvarado, que he juzgado muy del caso, en unión de los señores Casariegos y Moyano, pasasen a disposición de V.S.- Los señores jefes, oficiales y tropa de la guarnición son dignos del mayor elogio por su decisión, interés y bravura con que hacen el servicio, y no dude V.S. que derramarán su última gota de sangre a favor de la causa española. (Literal)

Dios, guarde a V.S, muchos años, Callao y febrero 17 de 1824-Isidro Alaix-Señor brigadier don José Ramón Rodil, comandante general de la división de vanguardia”.

Nota: El coronel José María Casariego, como hemos señalado anteriormente, había nombrado a Dámaso Moyano coronel del Ejército Real, por eso en este documento aparece Moyano como coronel. Más tarde se le asignaría a Moyano el mando como Jefe del Batallón de Infantería del Real Felipe, dicho batallón fue formado con los sublevados de la fortaleza, participando en diferentes batallas contra los independentistas. Al bergantín Real Felipe se le cambió el nombre por el de Moyano. El mismo año de ser nombrado coronel fue ascendido a brigadier, a su nombramiento contaba con 36 años de edad. Tras la batalla de Ayacucho, solicitó permiso para pasar a España, que le fue concedido, llegando a Cádiz a mediados de 1825. Durante su estancia contrajo matrimonio en la península, al parecer falleció en agosto de 1843.

El 29 de febrero de 1824, el general realista Juan Antonio Monet tomó Lima, entregándose a Monet, el que había sido Presidente Constitucional de la República Peruana 1823-1824, José Bernardo de Tagle Portocarrero, conocido como Torres Tagle, y el ex ministro de Gobierno y Relaciones Exteriores del Perú 1823-1824, Juan de Berindoaga, del que hemos dado nota en los documentos anteriores. Ambos tuvieron que huir del lado independentista debido a que Bolívar los creyó relacionados con la sublevación del Callao. Los dos fueron recibidos por Monet como amigos.

Al conocer el general Canterac la toma de los castillos por Alaix, ordenó al brigadier Rodil, que se encontraba en la provincia de Ica y a una división que estaba a la orden del general Juan Antonio Monet, partieran para el Callao. Dichas fuerzas entraron en la plaza el 3 de marzo de 1824.

Cuando Rodil entró en la fortaleza del Real Felipe con los regimientos Real de Lima y Arequipa para tomar el mando, ya que había sido designado por el mariscal de campo Monet, comandante de la fortaleza y gobernador político y militar del Callao, tuvo el honor de ser recibido por un batallón republicano que, formado con armas al hombro, tenía por jefe al de su Estado Mayor Alaix.

A los regimientos Real de Lima y Arequipa se les unirían desertores independentistas.

Al conocer Bolívar la toma del Callao por los realistas, mandó publicar el decreto siguiente.

Decreto de Bolívar de 20 de mayo de 1824, referente a la revuelta del Callao del 5 de febrero. Dicho decreto está compuesto por seis artículos:

1º. La persona o personas que se pongan a la cabeza de una insurrección en la plaza del Callao, son declaradas y tenidas como beneméritas de la patria.

2º. El jefe que dirija la empresa recibirá una recompensa en propiedades nacionales de 50.000 pesos, y un empleo más sobre el que actualmente goce en cualquiera carrera que sirva.

3º. Los subalternos recibirán una recompensa proporcional a esta en todo, y particularmente tendrán entre todos una distribución de 200.000 pesos del erario.

4º. Si el ex presidente Tagle, o Aliaga, o Berindoaga entraren como caudillo de esta empresa, recibirán simplemente la recompensa de un perdón absoluto, así en sus vidas como en sus haciendas

5º. Si los comandantes Navajas y Ezeta, o cualquiera de otros oficiales pasados al enemigo, se ponen a la cabeza de la empresa y la logran, quedarán comprendidos en los goces del artículo 2º y recibirán por consecuencia la recompensa asignada de 50.000 pesos y el empleo sobre el que obtienen.

6º. Los ciudadanos o extranjeros que suministren 30.000 o 40.000 pesos para el logro de la insurrección del Callao, serán inmediatamente reintegrados sin pérdida de un día de igual valor por la comisaria el ejército, que tiene en reserva actualmente esta suma para el mismo efecto; y además recibirán dichos individuos el duplo de la cantidad que presenten, en libranzas contra el Tesoro Público y pagables en derechos o bienes nacionales; quedando desde luego en la clase de los más distinguidos y mejores servidores de la República, la que deberá preferirlos en todos los casos que sean compatibles con la justicia y las leyes. Dado en el cuartel general de Huaraz, a 20 de mayo de 1824 (Simón Bolívar). Literal (Archivo del Libertador. Doc. 9425)

Cuando llevaba unos meses como gobernador del Callao, el brigadier Rodil tuvo conocimiento, de la capitulación de Ayacucho (09.12.1824), negándose a aceptarla con la esperanza de recibir refuerzos de España, que nunca llegaron.

La fortaleza del real Felipe del Callao se encontraba comprendida en la capitulación de Ayacucho, por lo que debía ser entregada al general Sucre. Enviándose al brigadier Rodil las órdenes pertinentes, pero este se negó a su cumplimiento, señalando que seguiría en la lucha a favor de la corona de España.

De la Serna mandó enviados a la fortaleza, negándose el brigadier Rodil a recibirlos, para él eran desertores.

La capitulación de Ayacucho está compuesta de 18 puntos o artículos, lo referente al Callao aparece en el punto 11 donde dice: La plaza del Callao será entregada al ejército unido libertador, y su guarnición será comprendida en los artículos de este tratado.

Concedido: pero la plaza del Callao, con todos sus seres y existencias, será entregada a disposición de S.E. el Libertador dentro de veinte días.

Durante los dos años que duró el sitio del Callao pasaron verdaderas calamidades hasta el punto de tener que comer ratas, no quedaban ni caballos, produciéndose varias epidemias, especialmente escorbuto, pero no eran solo militares los que habitaban en la fortaleza, entre los muchos civiles que fallecieron se encontraba el que había sido presidente constitucional del Perú, José Bernardo de Tagle y Portocarrero (conocido como Torre-Tagle, presidente 1822-1824) así como toda su familia. Entre los moribundos se encontraba el coronel Isidro Alaix.

Fortaleza del Real Felipe del Callao. / FOTO CEDIDA
Fortaleza del Real Felipe del Callao. / FOTO CEDIDA

Juan de Berindoaga, que se había entregado a Monet junto con Torres Tagle al ver cómo morían de epidemia en la fortaleza tantos hombres, intentó salir de ella, siendo capturado, condenado a muerte y ejecutado en Lima en abril de 1826.

Al comenzar el sitio había entre las diferentes fuerzas militares casi 3.000 hombres, pero entre los que desertaron y los que fallecieron por luchas o enfermedades solo quedaron al final en la fortaleza unos 400 hombres.

El sitio del Callao estuvo al mando del general Salom, con aproximadamente 5.000 hombres. La fortaleza fue duramente cañoneada. Según diversos datos, se utilizaron por parte independentista más de 20.000 balas de cañón, 300 bombas y una enorme cantidad de balas. A esto hay que añadir el bloqueo naval por parte de Perú, Chile y la Gran Colombia. Las peruanas, al mando de Martín Guisse, oficial de la Marina Real Británica, al servicio de Bolívar. La chilena al mando de Manuel Blanco Escalada y la de la Gran Colombia al de John Illingworth Hunt, político, agricultor y militar inglés con naturaleza ecuatoriana. Por parte realista se dispararon 9.500 balas de cañón, 450 bombas, 910 granadas y gran cantidad de balas.

Al no quedar nada por comer y sin apenas munición y la esperanza perdida de recibir refuerzos de España o de la isla de Cuba, se iniciaron las primeras negociaciones con el general Salom en enero de 1826.

Sobre dichas negociaciones adjuntamos lo siguiente, tomado de Galería Militar Contemporánea, biografía de don Isidro Alaix.

“Había cogido Rodil el 22 de enero de 1826 a un oficial llamado Villason y dándole la comisión de pasar al campo y canjear con Salom (general Bartolomé Salom, 1780-1863) las bases de la capitulación (acortamos aquí parte del escrito por ser muy extenso), el oficial viendo cómo estaba la situación había aceptado menos artículos de los indicados en ella, volvió el oficial con las respuestas entregándoselas a Rodil, este estaba en el pabellón de Alaix, junto a la cabecera de la cama, sabiendo Alaix su contexto, y ”. Rodil y los demás jefes aprobaron sin duda la moción de Alaix en todas sus partes. értale>

Finalmente, fueron aprobadas la mayoría de las propuestas españolas.

Ese mismo día 22 de enero de 1826, sin poder sostener por más tiempo la fortaleza, Rodil capituló.

Una vez acordados los puntos, se firmó la capitulación. Dicha capitulación se compone de 31 artículos que no detallamos por falta de espacio.

El brigadier Rodil quedó encuadrado en el artículo 2º. Los jefes, oficiales y empleados que prefieran restituirse a la Península o quedarse en el país, podrán hacerlo, y se les proporcionará pasaje para verificar su marcha por cuenta del Estado de la República en transporte inglés. (Concedido, en inteligencia, que los empleados no pasen de tres).

Rodil, al poco de llegar a la península, fue nombrado mariscal de campo. El 17 de julio de 1834 le fue concedido el título nobiliario de marqués de Rodil, con el vizcondado previo de Probo. Participó en la primera Guerra Carlista (1833-1839), siendo vencido por el general carlista Tomás de Zumalacárregui, por lo que fue destituido. Más tarde, una vez rehabilitado, ocuparía puestos de importancia.

José Ramón Rodil y Gayoso falleció en Madrid el 20 de febrero de 1853.

El coronel Alaix quedó encuadrado en el artículo 17º: Los heridos y enfermos de la guarnición que de ningún modo puedan viajar o navegar, serán alimentados y cuidados por cuenta de la República; y restablecidos disfrutarán las mismas consideraciones que los sanos en los artículos en que cada uno de su clase se hallen comprendidos. (Concedido). .

Alaix llegó a España el 2 de enero de 1827, al día siguiente de su llegada fue destinado a la 1ª Brigada del Cuerpo de Observación del Tajo, siendo nombrado jefe de la Plana Mayor de este ejército, a las órdenes del comandante en jefe. Él también ceutí mariscal de campo Pedro Sarsfield. (Ceuta, 28 de diciembre de 1781)

En 1831 le fue concedida la Cruz de San Fernando de 2ª Clase Laureada por la defensa del Callao. Más tarde, por méritos, durante la Primera Guerra Carlista, recibiría grandes cruces de San Fernando de 1ª clase, de 3ª clase y de 4ª clase Laureada, así como la Gran Cruz de Isabel la Católica y la Gran Cruz de Carlos III. El 9 de diciembre de 1837 fue nombrado comandante general y virrey de Navarra. El 9 de octubre de 1838 obtuvo el nombramiento de ministro de la guerra. Por Real decreto del 24 de diciembre de 1838 fue ascendido al empleo de teniente general. En 1847 le fue confirmado el título de Vizconde de Villarrobledo, por dicha batalla durante la Primera Guerra Carlista, y en el mismo año la confirmación del título de conde de Vergara, por su labor como teniente general y ministro de la guerra. Alaix como ministro de la guerra fue el artífice del Acuerdo de Vergara, para el fin de la Primera Guerra Carlista.

Habría que señalar que Isidro Alaix había iniciado su carrera militar como soldado raso.

Isidro Alaíx Fábregas falleció en Madrid el 15 de octubre de 1853.

Sobre Isidro Alaix en nuestros anteriores escritos en este mismo diario de los días 25, 26,27 y 28 de agosto del 2020.

También en este diario, con fecha del 28.06.2020, publicamos un escrito sobre el Segundo Sitio del Callao, ahora ampliado con nuevos documentos.

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