Rafael Martín: “Por un cubo, el calentador o el lavabo no se cierra un negocio, es injusto”
SOCIEDAD
El propietario de ‘La Riquísima 1’ responde a la clausura provisional del kiosko, “yo he subsanado lo que especifica el acta. Y no es por falta de higiene”. El mismo sostiene que todo viene por “una denuncia de un vecino”

La Consejería de Sanidad y Servicios Sociales ordenó hace unos días el cierre del establecimiento ‘La Riquísima 1’, obedeciendo a una “medida cautelar” dictaminada por el Servicio de Inspección Veterinaria de la Ciudad tras haberse efectuado una inspección y “comprobarse que el negocio presentaba una serie de deficiencias que afectaban a sus condiciones higiénicas y sanitarias”. Los propietarios, Karima Driss y Rafael Martín, tienen “el acta” y aseguran que “no es para cerrar un negocio”. Además, el empresario sostiene en una entrevista con este medio que todo viene por “una denuncia de un vecino que lleva dos años viviendo ahí”.
Sanidad insiste en que es una clausura provisional hasta que se subsanen las deficiencias y se efectúe una nueva inspección sanitaria. Subsanación que, según Martín, ya ha presentado a través de la sede electrónica con ayuda de su abogado. Apunta que el kiosco lleva ahí 90 años, 20 desde que la familia trabaja ahí, “y por un cubo, la tapadera, un calentador, un lavabo y porque no tener agua caliente no es para cerrar. Si a mí me dicen lo cerramos por una intoxicación vale, pero por eso…”. Apela a los días cerrados sin facturar, “yo trabajo en verano ahí para mantenerme en invierno. Es injusto lo que han hecho conmigo” y con los doce empleados, a los que prevé despedir uno a uno “si el martes o el miércoles veo que sigue así”.
El lunes, los propietarios mantendrán una reunión con la consejera de Sanidad, Nabila Benzina, quien no ha querido detalles, pero asegura que “no queremos fastidiar ningún negocio, nosotros queremos colaborar, pero hay que cumplir la normativa”. Rafael Martín reclama que “no me dijeron que tenía cinco días para subsanar. Llegó la policía con un decreto de cierre” que manifiesta mostrar a este diario el lunes 26 de agosto por tenerlo “en la asesoría”. En ese documento, según el empresario, consta lo que mencionó anteriormente más un extractor de aire “porque estoy arreglando los servicios”. Cerraron un miércoles y “el jueves a primera hora mandé toda la documentación por la sede”. Sin contestación, salvo la llamada de Benzina proponiéndole la reunión de este lunes.

Entre la documentación que mandó, “facturas de las mercancías y el autocontrol, las fechas de elaboración y congelación de los productos. Todo eso estaba bien”. Enuncia que ve bien que le pidan la documentación, pero no que le cierren, “¿no ve que hay 12 familias ahí? Yo en total tengo 27 trabajadores -con la Riquísima 2 incluida-, 12 en el kiosco”. Asimismo, independientemente del resultado de la reunión promete manifestarse el mismo lunes a las 12:00 horas frente al Ayuntamiento, “porque es injusto. No quiero que vuelva a pasar esto. Que no cierren un negocio así, que sea por derechos. Algo que está muy mal, vale. Pero por un agua caliente, una tapadera… Yo subsano y entrego la documentación, pero no cierres”, reitera.
‘La Riquísima’ ha pasado “muchas” inspecciones de trabajo y de sanidad y “nunca me ha pasado esto”. Sobre los comentarios recibidos, expresa que lo han apoyado. Además, a la concentración irá, según el mismo, la Unión General de Trabajadores (UGT), “porque son doce trabajadores que irían a la calle, además de otros compañeros”. Sentado en ‘La Riquísima 2’, sobre las 14:00 horas, Martín se mantiene firme en que “no quiero ayudas, no quiero que me den dinero. Quiero trabajar. Si yo hago algo ilegal, que me multen. Que hay un foco de infección o de cucarachas, que me cierren. Pero por eso no”.
También refiere que “el autocontrol lo tengo hecho del año 2009. Y me dicen que es ya muy antiguo, que lo tengo que renovar. Y yo digo, es que ahí no hay fecha de renovación. Pero si quieres uno lo hago, pero no me cierres”, espeta. Rememora el 2015, cuando “me cerraron ‘Lizarrán’, una franquicia que tenía en el paseo de las Palmeras. Me lo clausuraron por el permiso de apertura. Perdí 250.000 euros. Y al mes y medio me dan el permiso de apertura. Lo pasé muy mal. Y esto no lo voy a permitir. Voy a luchar como sea”, desgrana.
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