El día en que los ingleses se apoderaron de Gibraltar 4 de agosto de 1704

El 4 de agosto de 2024 se cumplieron 320 años de cuando los ingleses se apoderaron de Gibraltar en un acto de piratería, como señalaremos más adelante Posteriormente, se produciría el Tratado de Utrecht (13.07.1713)

Batalla de Vélez-Málaga. / FOTO CEDIDA
Batalla de Vélez-Málaga. / FOTO CEDIDA

Antecedentes

Al fallecer el 1º de noviembre de 1700 el rey Carlos II de España (último descendiente de la casa española de los Habsburgo), sin descendencia, el trono de España fue otorgado por testamento de su tío-abuelo Carlos II a Felipe de Borbón (duque de Anjou), aceptándolo el 16 de noviembre, siendo proclamado ese mismo día como Felipe V en el palacio de Versalles. El rey llegó a Madrid el 22 de enero de 1701, donde juró como rey de España en la Corte castellana. El temor de diversas potencias europeas a una unión dinástica entre Francia y España hizo que hubiera un apoyo general por parte de estos al archiduque Carlos de Austria, sobrino de Carlos II y pretendiente al trono de España.

El 3 de febrero de 1701, Felipe V destituyó al virrey de Cataluña Jorge de Hesse Darmtadl, expulsándolo de sus dominios, lo que hizo que se convirtiera en el principal defensor de la causa del archiduque Carlos de Austria.

El archiduque Carlos fue proclamado el 12 de septiembre de 1703 en la corte de Viena como Carlos III de España.

Esto originaría la GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA (1703 y 1713).

Tras ser proclamado rey en la Corte de Viena, Carlos de Austria embarcó a principios de 1704 rumbo a Portugal a bordo del velero inglés de 8 cañones Royal Catherine, escoltado por una gran flota que fondeó en las proximidades de Belén el 7 de marzo. En ese mismo día apareció la flota aliada holandesa doblando Cascais.

El 9 de marzo el archiduque Carlos fue recibido en Lisboa, y aclamado como Carlos III de España.

El 30 de abril Felipe V declaró la guerra a Portugal y el 7 de mayo del mismo año invade Portugal al frente de un ejército hispano-francés, comandado por el mariscal, Jacobo Fitz-James Stuart y Churchill. Duque de Berwick. En la invasión de Portugal participó el que había sido gobernador y capitán general de Ceuta, Francisco del Castillo Fajardo (1698-1702), al mando de uno de los cinco cuerpos de ejército que tomaron parte. En 1704, Francisco del Castillo Fajardo era capitán general de Andalucía.

En Portugal, la flota aliada anglo-holandesa compuesta por 30 buques ingleses y 18 holandeses fue puesta al mando del almirante inglés Sir George Rooke y de Jorge de Hesse Darmstadt; esta flota zarpó de Lisboa para Barcelona el 9 de mayo, ciudad que sitiaron el 27 con la esperanza de que la ciudad apoyase y entregase la ciudad a Carlos de Austria, pero la sublevación no se produjo, teniendo que volver nuevamente a Portugal.

La flota anglo-holandesa en su retorno llegó frente a la costa de Tetuán, Marruecos, el 28 de julio, convocando Rooke un consejo de guerra en el buque insignia HMS Royal Catherine para decidir dónde actuar antes de regresar de vacío. No lo hicieron sobre Cádiz, donde ya habían sido rechazados durante el sitio ocurrido entre 23 de agosto y el 29 de septiembre de 1702.

Batalla de Vélez-Málaga. / FOTO CEDIDA
Batalla de Vélez-Málaga. / FOTO CEDIDA

Por lo tanto, decidieron un ataque sobre Gibraltar debido a ser un punto estratégico y el paso forzoso de cualquier nave por el estrecho.

Toma de Gibraltar, 4 de agosto de 1704

La flota anglo-holandesa llegó el 1º de agosto de 1704 a la bahía de Algeciras, próxima a Gibraltar. La ciudad se encontraba con muy pocas fuerzas, aproximadamente 90 soldados y 350 personas civiles armadas, todos bajo el mando del sargento mayor Diego Salinas. En principio desembarcaron unos 2.000 hombres, entregando una carta firmada por el archiduque Carlos. En ella se comunicaba que fuese reconocido Carlos como heredero al trono de España, como Carlos III. Pero el pueblo se declaró del lado de su rey Felipe V; los defensores decidieron resistir. Tras fuertes bombardeos de la flota atacante, la plaza se rindió el 4 de agosto.

Sobre Gibraltar leemos un comunicado de su gobierno, titulado “320 años de la toma de Gibraltar”, publicado el 4 de agosto de 2024.

Hoy se cumplen 320 años de la toma de Gibraltar por marines angloholandeses el 4 de agosto de 1704. Este acontecimiento fue clave para la creación de un vínculo inquebrantable entre Gibraltar y el Reino Unido.

Esto confirma la traición de Rooke a Carlos III de Austria. Gibraltar fue tomada para apoyar a Carlos III, no para entregárselo a la reina Ana de la Gran Bretaña. Por otra parte, Diego Salina se rindió a Carlos III, no a los ingleses. La toma de Gibraltar por Rooke, como señalamos al inicio, puede considerarse como un acto de piratería.

Tras tomar Gibraltar, el almirante Rooke se trasladó con parte de la flota a las costas de Ceuta, para hacerse con las dos columnas de Hércules.

En la escuadra anglo-holandesa, Jorge Hesse Darmstadt, mandó a Ceuta a Juan Bautista Baset Ramos. El marqués de Gironella (José de Agulló-Pinos y de Pinos-Fenollet, de Rocaberti y de Perapertusa, gobernador de Ceuta, 1702-1704) no permitió atracar al muelle la lancha del navío, despachándola al recibir los pliegos. Respondiendo, mandando a su bordo al juez D. Joao de Guevara y Mendoza y al sargento mayor don Pedro Ximenez, a fin de que hicieran saber a quién mandaba, señalando:

“Que no reconocía a otro dueño que al rey que le había entregado la Plaza para su defensa, y que por ella moriría primero entre las ruinas antes de dejarla en otras manos, ni que la viera señoreada de otros estandartes, y que no se volviese a hacer más proposiciones sobre semejante materia, porque además de no volverlas a oír, experimentarían su firme resolución”.

Cuando se esperaba el inminente ataque, llegó al puerto un buque francés, con cartas del conde de Tolosa, Luis Alejandro de Borbón, para el gobernador, solicitando noticias de la flota anglo-holandesa. Se les dieron las suministradas por los vigías del Hacho. Esto hizo que el ataque proyectado contra Ceuta para el día 12 quedara en nada. La flota anglo-holandesa partió para las costas de Málaga. Siendo perseguida por la del conde de Tolosa, enfrentándose frente a Vélez-Málaga el 24 de agosto de 1704, fue una gran batalla naval, sin vencedores ni vencidos, pero sí aproximadamente 3.000 muertos por cada lado; aunque parezca increíble, de los 156 buques que intervinieron ninguno resultó hundido.

Este sería el mayor combate naval de la Guerra de Sucesión Española.

Destacamos que fue en la primera batalla que intervino Blas de Lezo. Encontrándose como guardiamarina español, bajo bandera francesa, en el navío francés de 104 cañones Foudroyant, buque insignia de la escuadra del conde de Tolosa. Al iniciarse el combate, una bala de cañón destrozó la pierna izquierda de Blas de Lezo, que le tuvo que ser amputada por debajo de la rodilla.

También en dicha escuadra intervino el marqués de Château-Renault al mando del navío francés L´Oriflamme, de 62 cañones.

Años antes, Château- Renault, el 18 de abril de 1692, estaba al mando del navío Assure de la escuadra del almirante D´Estrées, este fue uno de los dos navíos franceses naufragados en esa fecha en las costas de Ceuta. Día en que durante la tempestad Château-Renault dejó a su suerte a la tripulación y marinería pasando a otro navío de la escuadra, murieron la mayoría de ellos. El otro navío naufragado, Le Sage estaba al mando del Gabriel-Antoine de Guiche, señor de Chassy, que murió en su barco junto con parte de la tripulación.

En enero de 1712 comenzaron las conversaciones de paz de Utrecht, sin participación de representantes españoles. Al morir el 18 de febrero el duque de Borgoña (príncipe Luis de Francia), su abuelo Luis XIV (Rey Sol) deseaba nombrar sucesor de la corona a Felipe de Borbón, otro de sus nietos, pero los ingleses presionaron para una solución negociada con el fin de que las coronas de España y Francia quedaran separadas.

El 9 de noviembre de 1712, Felipe V, en un discurso ante las Cortes, renunció a los derechos sucesorios al trono de Francia. No se adjunta, son 18 documentos.

¡Tratado de Utrecht o Tratado de Paz del 13 de julio de 1713

El artículo X de dicho tratado referente a Gibraltar dice:

El Rey Católico, por sí y por sus herederos y sucesores, cede por este Tratado a la Corona de la Gran Bretaña la plena y entera propiedad de la ciudad y castillo de Gibraltar, juntamente con su puerto, defensas y fortaleza que le pertenecen, dando la dicha propiedad absolutamente para que la tenga y goce con entero derecho y para siempre, sin excepción ni impedimento alguno. Pero, para evitar cualesquiera abusos y fraudes en la introducción de las mercaderías, quiere el Rey Católico, y supone que así se ha de entender, que la dicha propiedad se ceda a la Gran Bretaña sin jurisdicción alguna territorial y sin comunicación alguna abierta con el país circunvecino por parte de tierra. Y como la comunicación por mar con la costa de España no puede estar abierta y segura en todos los tiempos, y de aquí puede resultar que los soldados de la guarnición de Gibraltar y los vecinos de aquella ciudad se vean reducidos a grandes angustias, siendo la mente del Rey Católico sólo impedir, como queda dicho arriba, la introducción fraudulenta de mercaderías por la vía de tierra. Se ha acordado que en estos casos se pueda comprar a dinero de contado en tierra de España circunvecina la provisión y demás cosas necesarias para el uso de las tropas del presidio, de los vecinos y de las naves surtas en el puerto.

Pero si se aprehendieran algunas mercaderías introducidas por Gibraltar, ya para permuta de víveres o ya para otro fin, se adjudicarían al fisco, y presentada queja de esta contravención del presente Tratado, serán castigados severamente los culpados. Y Su Majestad Británica. A instancia del Rey Católico consiente y conviene en que no se permita por motivo alguno que judíos ni moros habiten ni tengan domicilio en la dicha ciudad de Gibraltar, ni se de entrada ni acogida a las naves de guerra moras en el puerto de aquella Ciudad, con lo que se puede cortar la comunicación de España a Ceuta, o ser infestadas las costas españolas por el corso de los moros. Y como hay tratados de amistad. libertad y frecuencia de comercio entre los ingleses y algunas regiones de la costa de Africa. ha de entenderse siempre que no se puede negar la entrada en el puerto de Gibraltar a los moros y sus naves, que sólo vienen a comerciar.

Promete también Su Majestad la Reina de Gran Bretaña que a los habitantes de la dicha Ciudad de Gibraltar se les concederá el uso libre de la Religión Católica Romana.

Si en algún tiempo a la Corona de la Gran Bretaña le pareciere conveniente dar, vender o enajenar, de cualquier modo, la propiedad de la dicha Ciudad de Gibraltar, se ha convenido y concordado por este Tratado que se dará a la Corona de España la primera acción antes que a otros para redimirla. Literal

Dicho tratado está compuesto de 26 artículos y fue firmado por Francisco María de Paula Téllez-Girón y Benavides, VI duque de Osuna; Isidro Casado de Acevedo y Rosales, I vizconde de Alcázar Real, I marqués de Monteleón. John Robinson, conocido como el obispo de Bristol y Thomas Wentworth, conde de Strafford.

Gibraltar fue cedida al Reino Unido. Sin embargo, solo se cedían “la ciudad y el Castillo de Gibraltar junto con su puerto, defensas y fortalezas que le pertenecen”. EL ISTMO Y LAS AGUAS ADYACENTES NO FUERON CEDIDOS POR ESPAÑA.

El Tratado de Utrecht puso fin a la Guerra de Sucesión Española.

Sobre Gibraltar y su restitución a España localizamos una copia de un documento titulado “‘Carta de Jorge I al rey de España: sobre la restitución de Gibraltar (6/1/1721)”.

Señor, mi hermano, He sabido con gran satisfacción, por el Informe de mi Embajador, en su Corte, que Su Majestad, por fin, está resuelta a eliminar los obstáculos que durante algún tiempo han retrasado la realización total de nuestra Unión. Puesto que, por la confianza que Su Majestad expresa hacia mí, puedo considerar restablecidos los Tratados que han estado en cuestión entre nosotros; y que, en consecuencia, se entregarán los instrumentos necesarios para llevar a cabo el comercio de mis súbditos: Ya no tengo intención de asegurarle a Su Majestad mi disposición a satisfacerle con respecto a su demanda relativa a la restitución de Gibraltar; prometiéndole aprovechar la primera oportunidad favorable para reglamentar este artículo, con el consentimiento de mi Parlamento. Y para dar a Su Majestad una prueba más de mi afecto, he ordenado a mi Embajador, tan pronto como termine la Negociación que se le ha encomendado, que proponga a Su Majestad nuevos Compromisos que se celebrarán de concierto y conjuntamente con Francia, adecuado a la actual coyuntura, no sólo para fortalecer nuestra Unión, sino también para asegurar la tranquilidad de Europa: Su Majestad puede estar persuadida de que yo, por mi parte, mostraré todas las facilidades imaginables, prometiéndome que usted hará lo mismo, para el Beneficio mutuo de nuestros Reinos, siendo de la forma más perfecta.

FOTO CEDIDA
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Señor, mi hermano, 1 de junio de 1721. Buen hermano de Su Magestad.

Al Rey de España, Señor mi Hermano / Jorge, r. (Literal).

Entre 1721 y 1727 se iniciaron conversaciones a escala europea en el Congreso de Cambray, Francia.

En enero de 1724, Felipe V de España abdica en su hijo Luis (Luis I), de 16 años de edad, que solo pudo reinar del 14 de enero al 31 de agosto de ese mismo año, al fallecer de viruela, volviendo Felipe V a tomar el trono desde el 6 de septiembre.

Para poder recuperar Gibraltar. El 30 de abril de 1725 se firmó el Tratado de Viena o Congreso de Cambray, en realidad fueron 4 tratados de paz, de los cuales 2 eran secretos. En dicho congreso hubo un acercamiento entre Felipe V de España y Carlos VI, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. Ambos monarcas acordaron el matrimonio entre sus hijos sin señalar cuáles. Comprometiéndose Carlos VI en ayudar a la devolución de Gibraltar a España.

Por su parte, España reconocería a la Compañía de Ostende, dándole los mismos privilegios y ventajas para su comercio con América que a los británicos. Lo que molestó a los ingleses que presionaron a Felipe V, sin resultados. Felipe V les recordó las promesas que nunca fueron cumplidas por Jorge I (carta del 06.01.1721, detallada arriba) sobre la restitución de Gibraltar.

Como contrapartida, el 3 de septiembre de 1725 fue firmada la Alianza de Hannover, entre Gran Bretaña, Francia y Prusia; en 1726 se unirían los Países Bajos y en 1727 Suecia y Dinamarca, frente a la unión hispano-austriaca.

El motivo de esta alianza fue debido al tratado de abril de 1725, antes la inutilidad de las negociaciones de Cambray.

Estas acciones culminarían con la guerra anglo-española 1727-1729.

Guerra anglo-española 1727-1729.

El inicio de esta guerra fueron los problemas que surgieron entre Gran Bretaña y España con motivo del Tratado de Viena o Congreso de Cambrai.

En 1727, Gran Bretaña, sin previa declaración de guerra, se dedicó al acoso de los intereses españoles, capturando navíos españoles y bloqueando el puerto de Portobelo en este mismo año.

Sitio de Portobelo, 1727

En abril de 1726 había zarpado de Inglaterra una escuadra al mando del vicealmirante Hosier para unirse a la armada que estaba en Jamaica. En 1727 se inició el bloqueo del Portobelo español, en el Virreinato de Nueva Granada (actualmente en la República de Panamá), con la intención de abortar la salida de navíos con tesoros de América hacia España.

Para los británicos resultó un desastre, muchos de los hombres padecieron diversas enfermedades. Esta derrota moral causó un gran escándalo en Gran Bretaña.

En este año, Felipe V decidió como contrapartida al comportamiento de los ingleses el recuperar Gibraltar.

Sitio de Gibraltar, 1727

España puso sitio a Gibraltar entre el 21 de febrero y el 23 de junio de 1727.

Debido al fracaso por las dos partes. Gran Bretaña, de tomar Portobelo y España, Gibraltar, se retornó al statu quo ante bellum (volver al estado en que las cosas estaban antes de la guerra).

El 14 de junio de 1728 iniciaron sus sesiones el Congreso de Soissons, que junto con el Convenio del Pardo celebrado en marzo del mismo año, trataron del fin de acabar con la guerra anglo-española. España reconocería la posesión inglesa de Gibraltar y Menorca a cambio de que los británicos reconocieran los derechos españoles en Italia.

Tras la guerra, fue firmado el Tratado de Sevilla el 9 de noviembre de 1729. Dicho tratado fue firmado por España, Francia y Gran Bretaña y más tarde por los Países Bajos.

En las cláusulas del documento firmado se apuntaba que Gran Bretaña conservaba el dominio de Mahón en Menorca y Gibraltar y el mantenimiento de los privilegios comerciales ingleses.

Mediante el documento, Francia, Inglaterra y España se comprometían a mantener una pequeña fuerza de 8.000 soldados de infantería y 4.000 de caballería para apoyarse mutuamente en caso de necesidad.

De esta forma, España reconocía el equilibrio europeo impuesto por la triple alianza.

En 1730, el rey de España Felipe V ordenó construir en el istmo de Gibraltar una fuerte línea de fortificaciones.

Durante el reinado de Carlos III de España (1759-1788), en 1768, un ceutí Joaquín de Mendoza Pacheco (Ceuta, 16 de marzo de 1710) fue promovido a mariscal de campo y nombrado comandante general del Campo de Gibraltar (1768-1779).

El 16 de junio de 1779 España declaró la guerra a Gran Bretaña con un nuevo intento de recuperar Gibraltar.

Esta declaración de guerra era tan desconocida para los ingleses de Gibraltar que cuatro días después del anuncio del mismísimo general George Elliott, gobernador del Peñón, cruzó el istmo para felicitar al general español Joaquín de Mendoza, al cargo del campamento militar opuesto, por su ascenso a teniente general.

Tras su ascenso a teniente general (1779), Joaquín de Mendoza fue sustituido al mando de la comandancia general del Campo de Gibraltar por el mariscal de campo Martín Álvarez de Sotomayor.

Tercer sitio de Gibraltar, 16.06.1779 al 07.02.1783.

Durante los casi cuatro años que duró el bloqueo naval, con bombardeos y el empleo de las recién incorporadas baterías flotantes, los británicos resistieron. Esta sería la última acción española para recuperar Gibraltar.

El 3 de septiembre de 1783 se firmó el tratado de paz de Versalles, entre Gran Bretaña y Estados Unidos. Poniendo fin a la guerra de la Independencia de los Estados Unidos.

Ese mismo día, los británicos firmaron acuerdos por separados con España, Francia y los Países Bajos.

Por dicho acuerdo, España mantuvo los territorios de Menorca, la Florida Oriental y Occidental. Así como recuperaba las costas de Nicaragua, Honduras (costa de los mosquitos) y Campeche. Pero en cuanto a Gibraltar, Gran Bretaña se negó rotundamente, pues sin el control de la plaza les era imposible el control del Mediterráneo.

Durante la guerra anglo-franco-española 1796-1802, el 15 de noviembre de 1798, los ingleses tomaron Menorca. Esta guerra finalizaría con el Tratado de Paz de Amiens.

El 25 de marzo de 1802 se firmó el Tratado de Amiens o de Paz de Amiens, acabando con la guerra entre Gran Bretaña y la República francesa y los aliados de esta, España y la República Bátava.

Por este Tratado, Gran Bretaña retornó a la República Bátava, gran parte de las Indias Orientales y la Guayana neerlandesas.

También hacía restituciones a Francia y a sus aliados, salvo la isla de Trinidad, Ceilán, Tobago y Gibraltar. A la vez que Menorca era devuelta a España, isla que había sido tomada por los ingleses en 1798, por otra parte, las tropas francesas e inglesas se retiraban de Egipto y la devolución de parte de las tierras a Turquía.

Esto sería confirmado por el Congreso de Viena del 8 de octubre de 1814. Dicho congreso, fue convocado con el fin de restablecer las fronteras de Europa tras haber sido derrotado Napoleón y reorganizar las ideas políticas del antiguo régimen.

Hemos encabezado el escrito señalando que la toma de Gibraltar fue un acto de piratería. Adjuntamos algunos datos de personajes no españoles. El famoso autor escocés Halliday Gibson, médico escocés y autor de numerosos libros: Halliday Gibson declaró en 1954 que la toma de Gibraltar en 1704 representó un acto de piratería. También el hispanista británico William C. Atkinson en 1951 señaló que fue un acto de piratería. John Bright, político liberal británico, denunciaba en 1862: “El Peñón de Gibraltar fue tomado y retenido por Inglaterra cuando no estábamos en guerra con España y su apropiación fue contraria a todas las leyes de la moral y del honor”.

Al acabar el presente escrito, se nos vino a la memoria una canción sobre Gibraltar que se cantaba a mediados de los años 60, durante el servicio militar obligatorio, la “MILI”.

Las dos primeras estrofas decían:

¡Gibraltar!, ¡Gibraltar!,

avanzada de nuestra nación.

¡Gibraltar!, ¡Gibraltar!,

punta amada de todo español.

A mi Patria le robaron,

tierra hispana del Peñón,

y sus rocas hoy hollaron

con el asta de un extraño pabellón.

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