“Las familias y las escuelas deben ir en paralelo en materia de salud sexual”

SALUD SEXUAL

No usar métodos preventivos en las relaciones sexuales acarrea consecuencias y evidencia un problema social vinculado a la falta de educación sobre salud sexual

FOTO E.A.Z.
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La salud sexual, más allá de hablar de libertad en el desarrollo sexual de cada persona, consiste en seguridad, en precaución y en cuidados personales e íntimos al frente de las diferentes Enfermedades e Infecciones de Transmisión Sexual (ETS, ITS) como el VIH, la Sífilis, la Gonorrea, la Clamidia y la Hepatitis, entre otras. Para ello, los expertos reconocen que la educación sexual representa un pilar fundamental, pues, adaptada a las diferentes edades, puede ayudar a los más jóvenes a desarrollar una conciencia de cuidados hacia sí mismos y hacia los demás.

La buena salud sexual

Principalmente, y como manifiesta Irene López, enfermera en la Unidad Afectivo-Sexual de Ceuta, “la buena salud sexual es cuando uno comienza una relación sexual, ya sea entre pareja o no pareja y dispone de métodos de precaución en esa relación” y, es que, realmente, “la única precaución que existe son los preservativos”. Pero, ¿qué implica no usar preservativo? Erróneamente se interpreta que el preservativo, tanto femenino como masculino, tiene su función para evitar embarazos no deseados, pero nada más lejos de la realidad, el preservativo evita la transmisión de la mayoría de ETS e ITS.

Sin embargo, según cuenta López, “ocurre que hay un porcentaje de la población que no quiere utilizar el preservativo y optan, quizás por la ‘PrEP’, que es una profilaxis preexposición. La ‘PrEP’ es un medicamento cuya finalidad es la de prevenir que la infección por VIH se establezca en el cuerpo y se toma previa a mantener una relación sexual de riesgo, es decir, sin ningún otro método preventivo sexual.

Los métodos de prevención reducen significativamente el riesgo de contagio de alguna ETS o ITS

Este tratamiento se receta a personas que no tienen el VIH, pero que sí están en alto riesgo de contraerlo. Sin embargo, existen tendencias a consumir este tratamiento de forma impulsiva y descontrolada, siendo este el único método de prevención sexual para algunas personas, lo que puede implicar complicaciones por tomar otras medicaciones contraindicadas o padecer algún tiempo de patología para la que el consumo de este tratamiento no sea beneficioso.

Como Unidad Afectivo-Sexual, llevan a cabo el desarrollo de talleres a lo largo del curso, “donde hablamos de todos los métodos anticonceptivos y de prevención a los jóvenes”, explica Irene. Manifiesta que a los jóvenes se les explica que “en caso de existir una relación estable, se pueden usar métodos anticonceptivos hormonales, pero, si no la hay, lo ideal es que usen o bien el preservativo femenino o bien el masculino”.

El problema reside en que, aunque hay muchos jóvenes que lo usan, pero una gran mayoría no lo hace. “A nivel local no se están dando muchos casos de sífilis, gonorrea y otras ITS, pero a nivel nacional están subiendo”, declara la enfermera. Esto tiene un motivo y es que “no usan preservativos”. Sucede que los tratamientos para la clamidia, sífilis, gonorrea, “son muy buenos y, por lo tanto, existe una seguridad extendida en lo que respecta”.

Un problema social llamado pornografía

Otro asunto que interfiere rotundamente en el desarrollo de la educación de los jóvenes en sexualidad, “es la pornografía”, declara Irene. El acceso ilimitado y libre “de niños de 8 o 9 años” a la pornografía, quienes, con dos palabras, pueden visualizar prácticas sexuales que “no son la realidad, hace que cambie la percepción del sexo en la mentalidad de los niños”, asegura la enfermera de la Unidad Afectivo-Sexual, llegando incluso a prácticas de abuso y “sexualidad agresiva, como vemos con los casos de violaciones en manadas, abusos o violencia”.

Entorno de confianza

A pesar de que “los jóvenes de hoy en día tienen toda la información del mundo, a la hora de tener relaciones sexuales, cada uno hace lo que sabe o lo que ve”. En este sentido, la enfermera hace hincapié también en la importancia de una educación sexual desde el núcleo familiar, donde no se trate este asunto como un tabú y donde verdaderamente exista una confianza para poder tratar estas cuestiones desde el respeto.

“La familia es fundamental”, asegura Irene, “ese tabú que hay en que los padres no quieran explicar a los hijos que en una relación sexual tienen que tener precaución no es beneficioso precisamente para sus propios hijos”. Si bien es cierto que, en ocasiones, este tema no se aborda por desconocimiento de los propios padres a la hora de tratar la cuestión sexual con sus hijos, la Unidad Afectivo-Sexual también dispone del programa ‘Escuela de madres y padres’, “en la que enseña a cómo hablar con los hijos de sexualidad”.

Es importante tratar este asunto en el núcleo familiar, en un entorno de confianza y respeto

A pesar de que Irene López reconoce que “tratar este asunto con algunos padres y madres es difícil porque son más reticentes”, ha habido un cambio generacional significativo en lo que respecta al tratamiento del tema sexual entre padres e hijos. “La mentalidad de los padres de antes no es la misma que existe ahora”, atestigua.

Educación sexual en las escuelas

“La educación de la familia y la del colegio deben ir en paralelo, en general, y en la sexualidad en particular”, para ello, desde la Unidad Afectivo-Sexual, hablan de la necesidad de inclusión de materias enfocadas en la salud sexual dentro de los programas educativos que, adaptados a las edades, “puedan tratar el tema de la sexualidad” para que “exista una conciencia y buen entendimiento de este tema”. Educación en escuelas y en casa en materia de salud sexual “debe ser primordial para el buen desarrollo sexual de los jóvenes”, manifiesta López.

Fuera del estigma

“Las personas que tienen VIH no suelen decir que lo tienen porque son conocedoras del rechazo social que sigue existiendo”, declara Irene. Sin embargo, cabe recordar que, a día de hoy, “los tratamientos sobre el VIH son buenísimos”, asegura la enfermera. Indica que, “ya tener VIH es una infección crónica” y que, en el control que lleve el médico de forma rigurosa “puede incluso aparecer indetectable”, lo cual implica que el virus sea “intransmisible”. Por lo tanto, Irene López sostiene que existen personas que tienen VIH que pueden hacer vida normal, “mantener relaciones sexuales con sus parejas de forma segura sin transmitir el virus.

Desde la Unidad Afectivo-Sexual reconocen que la conciencia y el entendimiento sobre sexualidad es una resonsabilidad global.

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