La desaladora compensa el déficit de agua y permite producir sobrantes para exportar
MEDIOAMBIENTE
Según informan desde ACEMSA, esta inversión, que llegó en mayo de 2003, hace que Ceuta esté más que preparada para generar agua para abastecer, ya que se amplió de 20.000 a 30.000 metros cúbicos

Las características climáticas del territorio ceutí determinan un clima mediterráneo, definido a partir de los registros realizados en la estación meteorológica del Monte Hacho. En el territorio caballa se producen dos estaciones bien diferenciadas, una fresca y húmeda, que se extiende desde noviembre hasta abril, y otra seca y cálida, que va desde mayo hasta septiembre.
Los valores de las temperaturas medias mensuales ponen de manifiesto que enero es el mes más frío y agosto el más cálido. Es característico de este territorio la circunstancia de que no se producen temperaturas extremas. El hecho de que Ceuta esté rodeada por el mar hace que este actúe como regulador de las temperaturas.
En Ceuta se registran importantes precipitaciones – cerca de los 600 mm anuales- si bien estas se reparten de manera desigual en el tiempo. En los meses de verano las lluvias son prácticamente inexistentes, siendo las precipitaciones elevadas en los meses de invierno, especialmente en diciembre, cuando se registra el máximo anual.
Es cierto que se lleva hablando de que la Ciudad Autónoma de Ceuta “está cada vez más seca”. No obstante, fuentes de ACEMSA trasladan a este diario que, en relación al clima, “no es excepcionalmente seco. Al ser un clima mediterráneo, cuenta con periodos de sequía, algo habitual, y con otros periodos más húmedos”, destacando que en los últimos años “no se han producido cambios significativos”. Asimismo, resalta que este año “Ceuta cuenta con unos elevados porcentajes de reserva de agua en los pantanos”. “Los pantanos van marcando el agua que se recoge y actualmente mantienen un comportamiento normal”, aclaran.
La desaladora, la que regula el déficit
“Somos autosuficientes porque la desaladora compensa el déficit”, subrayan desde ACEMSA y recuerdan que hace aproximadamente unos 20 años, venía un barco con agua porque los pantanos de la ciudad se agotaban en los periodos estivales.
Debido a ello, en mayo de 2003 se produjo un acontecimiento sin precedentes en Ceuta, la inauguración de la desaladora. “En Andalucía hay sequía, como aquí y en muchos sitios porque no llueve, pero sí que es cierto que nosotros no lo notamos primero, porque no tenemos agricultura y segundo, porque la desaladora hace que no tengamos que depender de esa lluvia”, ratifican. “Si llueve se utiliza esa agua, por el contrario, en caso de que no caiga agua tenemos la desaladora”.
De ser abastecidos a poder abastecer
“La media anual de lluvia es deficitaria, como ha sido siempre”. “En el siglo XVIII ya traían el agua en barriles porque había déficit, algo que a día de hoy sigue siendo igual, con la diferencia de que la población es diez veces mayor, de 8.000 se ha pasado a 80.0000 habitantes”, enuncian. Es un hecho que no hay pozos, lo que Ceuta tiene son dos presas (Renegado e Infierno) que se construyeron pero que no son suficientes para cubrir la demanda de todo el año. Debido a la falta de espacio para construir más presas “la opción por la que se optó fue por la desalación, teniendo finalmente las presas como elementos estratégicos por si existiera una avería o un problema grave en la desaladora, para no quedarte sin agua”.

Una presa se llena con agua de lluvia de una zona de recogida y “aquí no tenemos zonas de recogida, las que hay están ocupadas por esas dos presas”. Por lo tanto, desde ACEMSA reiteran que la función de la desaladora es cubrir ese déficit, “si no existiera faltaría agua, que es lo que ha ocurrido en Ceuta durante muchos años atrás, con cortes de suministro al mediodía y dependiendo siempre de barcos”. Algo que ha cambiado actualmente.
Se ha producido un giro de 180 grados. El agua sale pura y luego se remineraliza para poder tener agua de consumo. “Se amplió de 20.000 a 30.000 metros cúbicos”, manifiestan, por lo que “Ceuta tiene capacidad para producir agua sobrante”.
De hecho, tal y como explican desde ACEMSA, “ante el periodo de las últimas lluvias en Málaga, desde la provincia nos preguntaron si teníamos sobrantes, pero, como al final se estabilizó el proceso, han podido aguantar el verano, por lo que no se llegó a producir esa exportación”. Aún así, es de recibo destacar que la ciudad dispone “de una tubería que llega al Puerto, por lo que está preparada para dar agua sobrante” y abastecer a quienes lo necesiten.
De cara a un futuro, a unos cinco o diez años, desde ACEMSA consideran que “no hay previsión de cambios bruscos. Si el clima es más seco gastaremos más agua de la desaladora, sino no”.
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