Verticales: el equipo que limpia los taludes y montes de Ceuta

SOCIEDAD

El grupo de ocho profesionales trabaja todo el año desbrozando y retirando residuos en lugares complejos barrio a barrio. Piden más concienciación de la ciudadanía

Mustafa desbrozando. / FOTO J.I.M.
Mustafa desbrozando. / FOTO J.I.M.

Los verticales tienen trabajo para rato en Ceuta. De lunes a viernes se ‘patean’ diferentes barriadas de la ciudad autónoma buscando limpiar y desbrozar montes y taludes repletos de residuos y mobiliario. Toneladas de basura y ramajos que tienen que sacar día a día de lugares peligrosos enganchados a árboles con fuertes cuerdas. Un ejercicio de riesgo no apto para cualquiera. “Mucha gente lo ha dejado en el intento. No solo es ponerse la cuerda y sacarse la foto”, cuenta desde Varela Valiño Tarek Seddatti, responsable del equipo de ocho trabajadores que durante la jornada de este jueves curran sin descanso en este área.

Foto J.I.M.
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A Sedatti se le nota en la cara que está orgulloso del equipo. Son Bilal, Ali, Mustafa, Turia y Amed los que están presentes. Quedan Karim, de vacaciones y Ahmed, actualmente de baja. Desde bien temprano hay dos trabajadores, Bilal y Ali, en un talud de Varela desbrozando y limpiando ante un solo que aprieta. Los fuertes nudos y las cuerdas especiales les evitan una caída peligrosa. “Gracias a Dios nunca hemos tenido un accidente, pero este es un empleo duro”, recalca Sedatti.

Mustafa desbrozando. / FOTO J.I.M.
Mustafa desbrozando. / FOTO J.I.M.

Los demás empleados se encargan, aunque no sea la labor exacta de los verticales, de desbrozar y limpiar otras partes de la zona. “Llegamos a los sitios y lo tenemos que dejar todo perfecto, no solo los acantilados y los montes”, sostiene Sedatti. En apenas dos días, este grupo finaliza unos trabajos que en manos de otros podrían durar hasta una semana.

Foto J.I.M.
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Los verticales dependen de la empresa estatal Tragsa y son gestionados por la consejería de Medio Ambiente que lidera Alejandro Ramírez. Hace ocho años que comenzaron sus labores en Ceuta -antes este laburo lo cubría la administración a través de los Planes de Empleo- y desde entonces el responsable ha sido Seddatti. Aunque tienen una intensa formación en diferentes campos para ejercer, periódicamente se realizan pruebas y simulacros para seguir fortaleciendo las habilidades de unos empleados que dicen estar contentos.

Foto J.I.M.
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“No nos podemos quejar. Nuestra situación es muy buena y estamos bastante motivados”, explica Mustafa, que se da una breve tregua para saludar antes de seguir con el desbroce. Turia y Amed coinciden con su compañero. “Las condiciones en las que trabajamos son buenas y tenemos la confianza del responsable desde hace tiempo”, sostiene la única mujer del grupo. En medio del curro y tras cortar unos ramajos, decenas de avispas asiáticas emprenden el vuelo. “Estamos expuestos a muchas cosas, no solo a caernos por un acantilado. También a las avispas, las serpientes y hasta escorpiones”, subraya Seddatti.

La seguridad, primordial

Lo más importante a la hora de comenzar las labores por parte de las brigadas verticales es garantizar la seguridad de los empleados. Así lo garantiza Sedatti mientras enseña los nudos “del ocho” que tienen las cuerdas y los apoyos que evitan que, en este caso Bilal y Ali, tengan un susto. “En el momento en el que veamos que, después de analizar el terreno, alguna situación acarrea peligro no se hace. Hay veces que con la lluvia el terreno es resbaladizo y es complicado trabajar en acantilados como, por ejemplo, los del Sarchal. Cuando hay levante también es muy difícil porque se levanta mucho polvo”, expresa.

Residuos y mobiliario recogidos este jueves por los verticales. / FOTO J.I.M.
Residuos y mobiliario recogidos este jueves por los verticales. / FOTO J.I.M.

Todos inciden en la necesidad de estar bien física y mentalmente para asimilar este tipo de empleos. “Te puedes hundir como no seas muy resistente. A veces es más impotencia. Limpias y te encuentras de nuevo a las pocas semanas con todo igual, sobre todo en algunas barriadas. Hay algunos puntos negros”, explica Turia.

Pocas quejas, mucho ‘curro’

El equipo se muestra agradecido con la consejería de Medio Ambiente y con los presidentes de las decenas de barriadas que recorren cada año. Saben que su trabajo se apoya año tras año y verano tras verano. “Doy las gracias a mis operarios, los cuales están muy implicados y así es fácil trabajar. Sin ellos no podríamos sacar adelante esto. También a la administración y a la junta directiva de las asociaciones de vecinos”, puntualiza Sedatti antes de continuar con sus labores.

Bilal y Ali con rastrojos recogidos antes de descargarlos en el contenedor. / FOTO J.I.M.
Bilal y Ali con rastrojos recogidos antes de descargarlos en el contenedor. / FOTO J.I.M.

Los verticales seguirán recorriendo las áreas de Ceuta, en concreto las más peligrosas, para dejar todas las barriadas impolutas. Aunque el trabajo a veces es desagradecido por la poca concienciación, allá donde les llamen, este grupo de ocho trabajadores seguirá acudiendo. Prefieren no mirar al futuro mientras siguen desbrozadoras y cuerdas en mano limpiando acantilados. “Nosotros no nos quejamos. La situación siempre se puede mejorar, pero no miramos lo que pueda venir a largo plazo. Todavía queda mucho por hacer”, zanja Sedatti.

Foto J.I.M.
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El responsable de las brigadas verticales, Tarek Seddatti. / FOTO J.I.M.
El responsable de las brigadas verticales, Tarek Seddatti. / FOTO J.I.M.

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