Pretzel, cerveza y trenzas que se sueltan en un “divertido” Oktoberfest
SOCIEDAD
La plaza vieja acogía este sábado el festival de la cerveza, una excusa más para reunirse, "disfrutar" y comer chuletones o codillo. Amenizado por los "necesarios" grupos locales
Rocío Morano se desplazaba de un lado a otro para ultimar el izado de bandera. Esto daría por inaugurado el Oktoberfest “pequeñito” pasadas las 13:00 horas. Con dos trenzas, lucía ‘dirndl', un traje tradicional que se compone de varias piezas esenciales: una blusa blanca, un corpiño, una falda y un delantal. Un clásico del festival de la cerveza que se celebra cada año en Múnich a finales de septiembre. Y en Ceuta, en la plaza vieja. A medio día ya estaba a rebosar. María posaba su vaso reutilizable en una de las mesas mientras La Ruina ponía melodía al evento. Más tarde lo haría Ebhel, ‘La jungla club’, ‘The Ticks’ o ‘Maldito Revolver’
María no falla ningún año, “es un día para beber cervezas y reír, sin pensar en nada más”. La acompañaba su pareja, Antonio, que no se atrevía a despuntar con el sombrero de copa alta que sí portaban algunos camareros. Y su cerveza favorita: la de Ebhel. La gerente de La Fábrica -restaurante que organiza esta reunión de sábado-, Rocío Morano, no sabía si las trenzas le durarían mucho, pero sí la sonrisa, “quiero que se lo pasen bien, es que no lo hacemos por otra cosa”, enunciaba a El Pueblo de Ceuta. En 2016 se celebró el primer festival alemán a lo ceutí, y “ha cambiado mucho”.
“Siempre hemos procurado hacerlo con música en directo, como se hace en todos los Oktoberfest”. Hasta las 11:00 horas, lo que permite el permiso que también incluye que no se puedan aparcar vehículos en la famosa plaza vieja. Este año hicieron unas camisetas para la ocasión -y que sortearían-, pero no fue la única novedad. Crearon unos bonos de 25 euros e incluye sombrero, vaso reutilizable, un perrito caliente y cinco cervezas de medio litro”, apuntaba la gerente. Además, había menú especial. Codillo “típico alemán”, chuletones “grandes”, perritos calientes y los lazos salados o pretzel que estaban horneando.
Ramón, que lucía una camisa similar a las de estilo bávaro, también típicas de este festival, reconocía que “vengo a cantar y darlo todo. Porque esta placita, parece pequeña, pero más se hace cuando estamos todos. Y eso es una sensación tan guay… porque estamos todos sin pensar en el trabajo, en los problemas, todos arrejuntados y bebiendo cerveza”, decía mientras esbozaba una sonrisa. Y Rocío Morano, que estaba atareada, sólo esperaba una cosa, “que el año que viene se haga, y siempre mejor, eso es lo importante”.
Sigue el canal de El Pueblo de Ceuta en WhatsApp. Pincha aquí, dale a SEGUIR y encontrarás toda la actualidad informativa de la jornada ceutí