El sufismo y el arte Ebru como puente entre culturas en Ceuta
CULTURA
El evento, que se desarrollará a lo largo de dos días, busca profundizar en el conocimiento del sufismo, una de las corrientes místicas más importantes del islam, y fomentar el diálogo intercultural en torno a la espiritualidad y el arte

El Centro Cultural Estación del Ferrocarril de Ceuta abrió sus puertas ayer para dar comienzo a las jornadas “Sufismo: una aproximación a la espiritualidad islámica”, organizadas por la Fundación Premio Convivencia. El evento, que se desarrollará a lo largo de dos días, busca profundizar en el conocimiento del sufismo, una de las corrientes místicas más importantes del islam, y fomentar el diálogo intercultural en torno a la espiritualidad y el arte.

Las jornadas cuentan con la colaboración de diversas personalidades, destacando la participación del agregado de Asuntos Sociales de Turquía en Barcelona, Kenan Oral, quien destacó la relevancia de este evento en el contexto actual de convivencia intercultural. “En este proyecto colaboramos con la Ciudad Autónoma y otros organizadores. Hemos traído dos artistas, la señora Nuran Öner, que expondrá sus obras de Ebru, y un músico que interpretará piezas con el ney, la flauta de caña, muy vinculada al sufismo”, explicó Oral. El sufismo es una corriente espiritual islámica que pone el foco en la búsqueda de la conexión directa con Dios a través de la meditación, el arte y la música. Estas jornadas ofrecen una oportunidad única de adentrarse en sus símbolos y prácticas.

Uno de los aspectos más atractivos del evento es la exposición de arte Ebru a cargo de Nuran Öner, artista de origen turco especializada en esta técnica centenaria que consiste en la creación de diseños sobre el agua, los cuales luego se transfieren al papel. Esta forma de arte es considerada en Turquía una expresión profundamente ligada al sufismo, como señaló Oral: “El arte de Ebru es diferente de otras pinturas. Se aplica sobre el agua, y luego se transfiere al papel, lo que refleja un simbolismo muy especial. En Turquía, también se utiliza como terapia para personas deprimidas o con discapacidad, lo que subraya su dimensión sanadora”.

La dimensión mística y crítica del sufismo
La primera jornada contó además con la intervención de Juan José Tamayo, teólogo y ponente destacado en el evento, quien centró su exposición en el diálogo entre el sufismo musulmán y la mística cristiana. “Lo que caracteriza al sufismo es la dimensión estética, ese camino hacia la divinidad a través del arte y la belleza”, explicó. Tamayo subrayó que el sufismo no debe ser visto como una corriente marginal dentro del islam, sino como un elemento clave para comprender su espiritualidad.

Este enfoque en la estética también se refleja en las obras de Ebru que se exhiben en la exposición, las cuales, según Kenan Oral, simbolizan conceptos centrales del sufismo. “En la exposición hay 39 cuadros, cada uno con un simbolismo propio. Por ejemplo, el tulipán representa a Allah, y la rosa simboliza al profeta Muhammad”, detalló. Los asistentes pueden así contemplar una representación visual de los valores esenciales del sufismo, tales como el amor divino, la existencia de Dios y la paz interior.
Ceuta, un espacio para el encuentro intercultural
Estas jornadas no solo ponen en valor la riqueza espiritual del sufismo, sino que también subrayan el papel de Ceuta como un espacio de encuentro entre culturas. La ciudad, históricamente marcada por la convivencia entre distintas religiones y tradiciones, se convierte en un escenario ideal para este tipo de iniciativas, que promueven el entendimiento mutuo a través del arte y la espiritualidad. Kenan Oral destacó la importancia de esta dimensión en el evento: “Sabemos que la base del sufismo es el amor, la tolerancia y el afecto, valores que trascienden fronteras y unen a las personas más allá de sus diferencias”.
La conexión entre el arte y la espiritualidad es un tema recurrente en estas jornadas, donde se explora cómo el sufismo utiliza el arte y la música como herramientas para la introspección y la meditación. El ney, instrumento que acompaña las ceremonias sufíes, tiene un simbolismo profundo, como explicó Oral: “El ney simboliza al ser humano perfecto, y su sonido nos recuerda el anhelo del alma por volver a su creador”.
Las jornadas sobre el sufismo en Ceuta representan una oportunidad única para que el público se acerque a esta corriente espiritual desde una perspectiva abierta y enriquecedora. A través del diálogo, el arte y la música, los organizadores buscan tender puentes entre culturas y religiones, promoviendo la paz y la convivencia.
Con la participación de artistas como Nuran Öner, que comparte su conocimiento del arte Ebru, y ponentes como Juan José Tamayo, que exploran las conexiones entre la mística cristiana y el sufismo musulmán, el evento se erige como un espacio de reflexión profunda sobre la espiritualidad y la condición humana. Como señaló Tamayo, “lo que tienen en común los místicos cristianos y los sufíes es su sentido crítico, ese espíritu heterodoxo que desafía las estructuras de poder”.
Así, Ceuta se convierte por dos días en un centro de diálogo intercultural, donde la espiritualidad y el arte se entrelazan para ofrecer una nueva comprensión del mundo que nos rodea.
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