UNA SEMANA DE RADIO LOCAL
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El 9 de agosto de 1804, un convoy al mando del brigadier don José de Bustamante y Guerra, compuesto por las fragatas Fama, buque insignia; Medea; Santa Clara, y Nuestra Señora de las Mercedes, zarpó del Apostadero Naval de Montevideo rumbo a Cádiz.
Apenas faltaba un día para su arribo a Cádiz. Cuando el 5 de octubre, a la altura del cabo de Santa María, al sur de Portugal, en el Algarve, divisaron una división inglesa de cuatro fragatas de gran porte, al principio el mando del convoy español, no pensó que se tratara de un ataque, ya que ambas naciones tenían un pacto de neutralidad desde el Tratado de Amiens del 25 de marzo de 1802. Este fue un tratado entre Gran Bretaña y la República francesa y los aliados de esta, España y la República Bátava (actual Países Bajos).
En mayo de 1803 Gran Bretaña y Francia se habían declarado en guerra, aunque España se mantuvo al margen. Carlos IV manifestó a Godoy “La paz de mis pueblos; no quebrar con la Francia, ni romper con la Inglaterra”.
Las fragatas inglesas, al mando del vicealmirante de la Marina Real Británica Graham Moore, se pusieron frente a las españolas, HMS Amphplon, de 38 cañones frente a Nuestra Señora de las Mercedes, de 34 cañones; HMS Lively de 46 cañones frente a la Santa Clara, 40 cañones; HMS Medusa de 38 cañones frente a la Fama, buque insignia de 34 cañones y HMS Indefatigable, buque insignia de 44 cañones frente a la Medea, de 40 cañones.
Lo que daba un total por parte española de una potencia de fuego de 148 cañones y por parte inglesa de 184 cañones.
Los ingleses mandaron un intérprete en un bote, comunicando al general Bustamante un parte del vicealmirante Graham Moore indicando que < < Se hallaba con orden de S.M. Británica para retener a esta división y llevarla a Inglaterra, aunque fuera a costa de un reñido combate, para cuyo solo y único objeto había venido con aquellas cuatro fragatas de gran fuerza, bien pertrechadas y marineras, tres semanas antes, en relevo de otra división que había estado con igual encargo, y que así, no estando la guerra declarada entre las dos naciones, no teniendo orden de hacer presa, ni de detener ningunas otras embarcaciones, le parecía a su Comodoro debíamos de evitar la efusión de sangre y dar cumplimiento a la enunciada resolución de su soberano, siendo un partido decidido y de que no podía prescindir>>.
Como se comprueba por el parte del comodoro, Graham Moore, “no estando la guerra declarada entre las dos naciones”, por lo que fue un ataque pirata en toda regla.
El mando español se negó a la rendición, así como a entregar los caudales que portaban, que en su mayor parte provenían de la Capitanía de Chile, del Virreinato del Río de la Plata y del Virreinato del Perú, llevando también el dinero de comerciantes españoles, que como solía hacerse, enviaban sus dineros a España.
Una vez, el enviado de Graham Moore de regreso en la fragata HMS Indefatigable, desde dicha fragata fue disparado un cañonazo delante de la proa de la fragata Medea; era el aviso de la señal de ataque. A lo que se respondió desde las fragatas españolas. Eran las 09,15 horas cuando, en medio de la batalla, la fragata Nuestra Señora de las Mercedes explosionó al saltar por los aires la santabárbara, hundiéndose al instante.
Días antes de este ataque pirata, Nelson había enviado al navío de 74 cañones HMS. Donegal, para reforzar a estas cuatro fragatas inglesas, con el fin de obligar a la escuadra española a que se rindiera y ahorrar bajas por ambas partes, pero dicho navío llegó tarde.
Nota. El navío HMS Donegal años más tarde, en 1834, fue enviado por los ingleses para sacar de Portugal al que hasta el nacimiento de Isabel II había sido el heredero al trono de España, el hermano de Fernando VII, Carlos María Isidro de Borbón. Este había sido desterrado, recibiendo la orden de abandonar España y fijar su residencia en los Estados Pontificios. Carlos María Isidro fue llevado de Portugal a Inglaterra, donde llegó el 16 de junio de 1834. HMS Donegal era un navío francés capturado por los ingleses.
La fragata, nuestra Señora de las Mercedes, había sido construida en el Real Astillero de La Habana y botada en esta misma ciudad el 18.11.1788.
Tenía una potencia de fuego de 34 cañones; 13 cañones de a 12 lbs, por banda, en cubierta (26 cañones en total); 3 cañones de a 6 lbs, por banda, en el alcázar (6 cañones en total); 1 cañón de a 6 lbs, por banda en el castillo (2 cañones en total).
Sus dimensiones. Eslora, 44,76 m; manga, 11,51 m; punta, 5.50 m; arqueo, 680, tn; desplazamiento, 1.130 tn.
Esta fragata estaba al mando de don Juan Manuel de Goicoa; entre los pasajeros de distinción viajaba el capitán de navío don Diego de Alvear con su esposa María Josefa Balbastro y siete hijos menores, un sobrino, cinco esclavos y un ayudante; a última hora don Diego Alvear había sido nombrado Mayor General y segundo jefe de la escuadra, transbordándose a la fragata Medea, junto a su hijo primogénito Carlos de Alvear de quince años de edad, cadete de dragones, aunque dejando a su esposa y demás hijos en la fragata Mercedes. Todos los miembros de su familia que quedaron en dicha fragata murieron en la explosión.
La causante del hundimiento de la fragata Nuestra Señora de las Mercedes fue la fragata insignia HMS Amphplon. Desde esta fragata se intentó recuperar supervivientes; solo hubo 48.
La Fama al mando de Miguel de Zapiain se alejaba para escapar, pero la siguió la HMS Lively, que era la más velera, hasta alcanzarla y también la batió la HMS Medusa, quedando la Fama desarbolada, la fragata con siete impactos a flor de agua, pues los ingleses, después de arrumbar el velamen, tiraban a hundirla.
Finalmente, las fragatas españolas fueron capturadas, pero debido a las reparaciones no pudieron navegar hasta el día 12. Las fragatas Medea y Clara llegaron a Plymouth el 18 de octubre. La fragata Fama había llegado a Portsmouth el día 17.
Oficiales y tripulación quedaron retenidos en las naves, ¿a causa de la epidemia de fiebre amarilla declarada a bordo? Una vez levantada la cuarentena, toda la tripulación fue liberada y la carga confiscada. Todos los caudales, incluidos los sueldos pertenecientes a oficiales y tropas, fueron enviados al banco de Londres.
Don Diego de Alvear junto con su hijo Carlos María permanecieron dos años retenidos como prisioneros, regresando a España en 1806. Durante su estancia en Inglaterra, don Diego conocería a Luisa Rebeca Ward, con quien casaría en segundas nupcias y con la que tuvo otros diez hijos. El abuelo de don Diego de Alvear fue el fundador en 1729 de las bodegas Alvear de Montilla, Córdoba.
Como se comprueba en el presente informe, la mayoría de los muertos fue en la fragata Mercedes.
El cuerpo diplomático español solicitó en varias ocasiones garantías para que fueran respetadas las cajas de soldadas, los sueldos de la tropa y tripulación, así como las cantidades de particulares.
Los barcos no fueron devueltos. La fragata Medea fue incorporada a la marina británica con el nombre en principios de Iphigenia y más tarde como Imperieuse, la Santa Clara como Leocadia y la Fama continuó con su mismo nombre.
El 14 de diciembre de 1804, el rey de España, Carlos IV, declaró formalmente la guerra a la Gran Bretaña. Conocida como Guerra Anglo-Española (1804-1809), fue una guerra de España con el apoyo de Francia contra la Gran Bretaña. El consolidar España su alianza con la Francia napoleónica sería el preludio del desastre de Trafalgar.
Caudales que transportaba el convoy:
Fama 600.000 pesos en plata; 240.000 pesos en oro y 15.000 pieles.
Medea casi 1.500.000 pesos en plata; 500.000 pesos en oro; 2.000 lingotes de estaño y cobre; 9.000 pieles de lobo marino.
Santa Clara: más de 500.000 pesos de particulares; 250.000 pesos en plata.
Nuestra Señora de las Mercedes, casi 800.000 pesos fuertes en plata estatal y de particulares.
Al margen de los capitales, también transportaban una gran cantidad de cobre y estaño, así como canela, quina, ratania o cacao y la enormemente apreciada lana de vicuña.
La recuperación de los materiales de la fragata Nuestra Señora de las Mercedes sustraídos de forma ilícita por parte de la empresa de caza tesoros Odyssey Marine Exploration, terminó exitosamente tras siete largos años marcados por una “batalla legal” librada en Estados Unidos, España, Reino Unido y el escenario diplomático internacional. El proceso se demoró innecesariamente debido a que la mencionada empresa empleó todo tipo de maniobras legales –además de la ocultación de pruebas– en una “campaña de mala fe, engaño y frivolidad”, según concluyó el tribunal de Estados Unidos. (Arqueología e Historia)
Perú había solicitado la titularidad del tesoro, alegando que dicho cargamento provenía de su territorio, donde el metal fue laminado, y las monedas acuñadas. No obstante, el juez rechazó este argumento porque en el momento del naufragio “aún no existía ese país”, ya que formaba parte del Imperio español.
Perú nació como país independiente el 28 de julio de 1821.
Algunos datos sobre Carlos María de Alvear e hijo de don Diego:
Carlos María de Alvear Balbastro nació en Santo Ángel de la Guarda, Misiones del Uruguay, el 25 de octubre de 1789, siendo sus padres don Diego de Alvear y Ponce de León, brigadier de la Real Armada, natural de Montilla, Córdoba; y doña María Josefa Balbastro, natural de Buenos Aires, Argentina.
Tras apoderarse los ingleses del convoy español, fue llevado como prisionero junto con su padre a Inglaterra, donde permaneció dos años, regresando a España en 1806.
Durante la guerra de la Independencia española, 1808-1814, participó con el grado de alférez con los Carabineros Reales, con actuaciones, entre otras, en Tudela y Talavera.
En 1809 contrajo matrimonio en Cádiz, ciudad donde contactó con el general San Martín y José Matías de Zapiola, regresando con ellos al Río de la Plata el 9 de marzo de 1812. Fue nombrado por San Martín sargento mayor del regimiento de Granaderos a caballo, más tarde, en recompensa a sus servicios, fue ascendido a teniente coronel.
Con San Martín y Zapiola, fundaron la Sociedad Lautaro, que respondía a la Logia de Caballeros Racionales establecida en Europa.
El movimiento de 8 de octubre de 1812, fue inspirado por Alvear. Después de esta revolución, San Martín y Alvear dirigieron el partido triunfante, y con la ayuda de la Logia se propusieron organizar definitivamente el país, promoviendo la reunión de la célebre Asamblea General Constituyente de 1813, que fue presidida por Alvear.
En mayo de 1814 fue nombrado General en Jefe del ejército sitiador de Montevideo. El 23 de junio Alvear hizo su entrada en Montevideo.
Fue designado Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata entre el 10 de enero de 1815 al 15 de abril del mismo año. Día en que renunció al cargo
Carlos María de Alvear, ante la perspectiva de una derrota definitiva de Napoleón, le escribía en estos términos al embajador inglés en Río de Janeiro, Lord Strangford, el 25 de enero de 1815:
“Estas provincias desean pertenecer a la Gran Bretaña, recibir sus leyes, obedecer a su gobierno y vivir bajo su influjo poderoso. Ellas se abandonan sin condición alguna a la generosidad y buena fe del pueblo inglés y yo estoy resuelto a sostener tan justa solicitud para librarlas de los males que las afligen.
Es necesario que se aprovechen los buenos momentos, que vengan tropas que impongan a los genios díscolos y un jefe plenamente autorizado que empiece a dar al país las formas que fueren del beneplácito del Rey.”
Como se lee, aunque ahora defendiendo la independencia, contacto con los británicos, los mismos que habían matado a su madre y siete hermanos en el ataque pirata inglés contra el convoy español.
Al conocerse la oferta colonial de Alvear, las protestas se multiplicaron. De nada le sirvieron las decenas de detenciones sumarias, la aplicación de la pena de muerte contra sus opositores y la aplicación de una rígida censura a la prensa.
Finalmente, Alvear se convenció de que no le quedaba otro camino y presentó su renuncia.
Carlos María de Alvear fue desterrado a Gran Bretaña a finales de 1815, retornando a Argentina en 1822, gracias a la denominada Ley del Olvido.
En diciembre de 1823 fue designado embajador en Estados Unidos.
A finales de 1825 partió a la cabeza de una comisión a entrevistarse con Bolívar, para obtener apoyo de Colombia y Perú contra Brasil.
En 1826 fue nombrado ministro de guerra y marina, durante el gobierno de Rivadavia. Asumiendo el mando de la guerra contra Brasil
En 1838, viaja a Estados Unidos como ministro plenipotenciario; en ese cargo continuó hasta su muerte, acaecida en Nueva York el 3 de noviembre de 1852.
En la ciudad de Buenos Aires, Argentina, existe el monumento ecuestre de Carlos María de Alvear.
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