“Mi corazón no echaría a mi hijo a la calle”: El drama familiar por la droga y por una discusión

“Pórtate bien por tu padre, que está ahí fuera”, le dice la abogada a su representado acusado de los delitos de amenazas y lesiones contra su progenitor. Él asiente, llorando: “Lo quiero mucho, ¡ay Dios mío!”, balbucea. El juicio rápido ha tenido lugar en el Juzgado de lo Penal número 2 de Ceuta este lunes y se ha celebrado porque el acusado, P.M.G., no se ha conformado con el primer trato de la fiscalía, que conmutaba la pena de prisión de más de siete meses con una suspensión de la condena y una orden de alejamiento e incomunicación con la víctima de un año, siete meses y 16 días. La celebración de la vista ha sido motivada porque el acusado vivía en la casa familiar antes de los hechos denunciados, pero ahora no tiene donde dormir por la orden de alejamiento e incomunicación que ya pesaba sobre él desde entonces.

La discusión tuvo lugar en julio, poco después de que la hermana del acusado, que también ha testificado, saliera a la calle a comer. El padre, que ha manifestado que su hijo “ya llevaba días haciendo cosas malas” (refiriéndose al consumo de estupefacientes), le dijo que dejara “tranquila” a la hermana, y en esa discusión le pidió las llaves de la casa para echarlo. La hermana del acusado volvió en ese momento al pasillo donde discutían, y tanto ella como su padre fueron amenazados por el acusado con que los “iba a matar” mientras “zamarreaba” al progenitor del cuello de la camisa.

P.M.G. ha reconocido los hechos, si bien ha alegado estar “muy bebido” y no recordarlo claramente. A pesar de contar con una orden de alejamiento desde julio, el acusado volvió a casa del padre a pedirle ropa, que obtuvo por mediación de un amigo. El juicio, que ha quedado visto para sentencia, se ha celebrado al entender el acusado que su padre lo “perdona”. El hijo ha declarado que se ha apuntado a un centro de atención a personas drogodependientes para que su familia vea que “ha cambiado” y que “no tiene donde dormir”: “Quiero ir a casa con mis padres y mis hermanos, necesito a mi familia”, solicitó.

El padre ha manifestado por su parte que su “corazón no echaría” a su hijo a la calle, que es “muy bueno” y que cuida tanto de él como de su mujer –que tiene una enfermedad crónica- a pesar de que tenga un problema con la droga. “Lo eché de mi casa con todo el dolor de mi corazón, porque a un hijo no se le echa de casa, y me gustaría que volviera pero hecho un hombre: centrado en su trabajo, en su hija y su casa”, manifestó.

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