El Ramix-30 celebra Santa Bárbara con una ceremonia marcada por los homenajes y la tradición artillera

Ceuta/ El acuartelamiento El Hacho acogió este jueves la parada militar en honor a Santa Bárbara, patrona del Arma de Artillería, en una jornada que combinó solemnidad, reconocimiento y profundo simbolismo castrense. Ante un patio de armas repleto, el acto arrancó con unas palabras de bienvenida que recordaron la universal devoción a la santa y su histórico vínculo con quienes trabajan con explosivos, entre ellos los artilleros españoles, para quienes la festividad constituye una de las citas más significativas del calendario militar.

A las órdenes del teniente coronel Antonio Fuentes Martín, jefe del Grupo de Artillería Antiaérea II/30, las unidades participantes tomaron posiciones en formación. La Escuadra de Batidores, la Banda de Guerra del Ramix-30, la Unidad de Música de la Comandancia General, las baterías de Artillería de Campaña y Antiaérea y la sección de salvas con obús 105/14 conformaron la fuerza que protagonizó la parada. Uno de los momentos iniciales más solemnes fue la incorporación del Estandarte del Regimiento, el más antiguo del Arma, recibido con honores mientras sonaba el Himno Nacional.

Minutos después hizo su entrada en el patio de armas el comandante general de Ceuta, Luis Jesús Fernández Herrero, a quien se le tributaron los honores de ordenanza antes de pasar revista al ritmo de la marcha “El 30 de Artillería”. Ya en la presidencia, dio paso a la primera parte del acto: la renovación del juramento al Estandarte por parte de personal que ha alcanzado la situación de reserva o la de reservista de especial disponibilidad tras décadas de servicio.

Los homenajeados fueron el teniente José Antonio Fuentes Baena, el subteniente Gerardo Moreno González, el cabo mayor Carlos Labao Tebar y el artillero Rafael Vicente Lara Barceló, cuyas trayectorias —superiores en todos los casos a las dos décadas de dedicación, y en algunos por encima de los cuarenta años— fueron puestas en valor ante los presentes. Tras ese gesto simbólico, se procedió a la imposición de condecoraciones, otorgadas por diversas resoluciones del Boletín Oficial de Defensa y entregadas por el comandante general, el segundo jefe de la Comandancia, el coronel jefe del Ramix-30, el suboficial mayor del regimiento y el cabo mayor más antiguo.

Uno de los momentos más destacados llegó con el nombramiento del coronel Francisco de Asís Vázquez Prieto como Artillero de Honor del Ramix-30. El reconocimiento premió su apoyo constante al regimiento, tanto en su labor personal como en su etapa al frente de la Unidad de Servicios de la Base Teniente Ruiz. Tras recibir el título, cumplió con la tradición artillera efectuando un disparo de salva con un obús 105/14.

La ceremonia avanzó con el homenaje a los artilleros caídos, acompañado por unos versos que evocaron el compromiso, el sacrificio y la lealtad de quienes sirvieron en los ejércitos españoles. Una corona de laurel fue depositada ante el monumento a los que dieron su vida por España, mientras se ejecutaba una salva de fusilería y el capellán militar elevaba una oración por su memoria.

A continuación se entonó el Himno de Artillería, seguido por dos salvas de cañón a cargo de la sección de honores, en un ambiente cargado de solemnidad y tradición. El Estandarte fue retirado con los mismos honores con los que había sido recibido, en un momento nuevamente presenciado en pie y en silencio por los asistentes.

Tras la dislocación de la formación, las unidades participantes iniciaron el desfile militar que puso el broche visual a la jornada. Finalmente, el comandante general de Ceuta se despidió de los cuadros de mando y dio por concluido el acto conmemorativo, que un año más reafirmó la importancia del “espíritu artillero” como seña de identidad del Ramix-30 y su arraigada presencia en la ciudad de Ceuta.