Borrasca Emilia
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“Horripilante, una travesía horripilante”. La descripción se debe a uno de los pasajeros que a las once de la noche de ayer embarcaron en Algeciras a bordo del buque “Ciudad de Mahón”, el único que durante toda la jornada sostuvo el servicio marítimo entre Ceuta y la Península. La borrasca Emilia había descabalgado toda la programación de rotaciones del Estrecho. Los ferris que habitualmente prestan el servicio permanecían amarrados a puerto debido al rigor del temporal. La de las once de la noche debía ser la tercera de las cuatro travesías inicialmente previstas para cubrir la situación excepcional generada por el mal estado de la mar. Pero no fue la penúltima, tal y como estaba programado. La rotación desde Ceuta que debía cerrar la jornada no se produjo.
El pasaje partía advertido de que el temporal no permitiría una singladura cómoda, pero estaba lejos de imaginar la odisea que le esperaba. “Caídas, golpes en el bar de popa, personas con crisis de histeria”, se quejaba a este periódico uno de los viajeros. A las consecuencias de navegar sobre un mar embravecido se sumó el desconcierto que entre los pasajeros sembró darse cuenta de que apostados ya junto a la costa de Benítez el barco viraba para retornar a Algeciras. El estado del mar desaconsejaba intentar la maniobra de atraque en Ceuta. El buque hacía su entrada en el puerto algecireño tres horas y media después de haber iniciado su accidentada travesía.
Las quejas del pasaje se centran en la falta de acondicionamiento del buque para afrontar una navegación con la exigencia que imponía la adversa situación meteorológica. “No había suficientes butacas, las sillas no estaban arriostradas, ni las mesas del bar de popa. Tampoco la zona de equipaje “, criticaba uno de los miembros del pasaje. Los viajeros también manifiestan su queja por la falta de información ofrecida por la tripulación. Según su testimonio, la megafonía no funcionaba y la escasa información acerca de lo que estaba sucediendo era transmitida a los pasajeros en algunas zonas del buque y de manera verbal.
Además, los pasajeros con vehículo a bordo se encontraron con una desagradable sorpresa cuando, finalizada la peripecia, comprobaron que, debido a los embates del mar contra el buque durante el viaje, muchos de los automóviles habían chocado entre sí. Un buen número de coches presentaban despefectos ocasionados por los golpes.
A las diez de esta mañana, el “Ciudad de Mahón” permanecía todavía atracado en el puerto de Algeciras.
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