Las probabilidades reales de llevarse el Gordo según un matemático
EL GORDO
El matemático David Gozalo desmonta mitos sobre la Lotería de Navidad y explica por qué, aunque ganar es raro, es mucho menos improbable que otros sorteos populares
El matemático e ingeniero aeronáutico David Gozalo ha analizado en detalle las probabilidades del histórico Sorteo de Navidad, una de las tradiciones de diciembre más arraigadas y seguidas. Según sostiene, todos los números, sin excepción, tienen la misma probabilidad de resultar premiados, independientemente de si son altos, bajos o presentan patrones llamativos.
La cifra que resume el sorteo es clara: el primer premio tiene una probabilidad de 1 entre 100.000, es decir, apenas un 0,001 %. Aun así, Gozalo recalca que esta cifra es mucho más favorable que en otros juegos de azar. El ejemplo más evidente es Euromillones, que contempla 139.838.160 combinaciones posibles, situando la probabilidad cerca del 0,0000007 % por apuesta. “Que te toque el Gordo es raro, pero menos raro”, resume.
El matemático mantiene un archivo histórico del sorteo desde 1812, lo que le ha permitido identificar curiosidades llamativas. Solo dos números se han repetido como ganadores del primer premio: el 15.640 (1956 y 1978) y el 20.297 (1903 y 2006). También destaca que nunca ha salido un número capicúa, ni tampoco uno con las cinco cifras iguales. Lo máximo registrado son tres repeticiones, como ocurrió con el 25.888 en 1935 o el 55.666 en 1949.
Gozalo desmiente así muchas creencias populares, como que ciertos números “son feos”, tienen mala suerte o están condenados a no salir. Recuerda que la probabilidad no cambia porque un número sea capicúa, repetido o termine en dígitos poco habituales. Sin embargo, reconoce que combinaciones extremas —como las cinco cifras iguales— son muy poco probables, dado que solo existen diez posibles.
Otro punto clave de su análisis es que la única forma real de aumentar las posibilidades es comprar más boletos. Para alcanzar apenas un 5 % de probabilidades de ganar el Gordo, sería necesario adquirir 5.000 números distintos. Para tener una opción razonable en premios menores, bastaría con alrededor de 395 décimos.
La conclusión de Gozalo es sencilla: la Lotería de Navidad sigue siendo principalmente un juego de azar en el que pesa más la tradición y la ilusión colectiva que cualquier estrategia matemática. Cada diciembre, millones de personas participan movidas por costumbre, superstición o esperanza, pero las probabilidades permanecen inalterables.