21 de noviembre de 1951: el día más triste en la historia de la música ceutí
HISTORIA
Se cumplen años del trágico final de la Orquesta Maracaibo, una formación de la época cuya desaparición con motivo de un fuerte temporal traumatizó a generaciones enteras de ceutíes
La historia de un país es, también, la historia de sus tragedias. Y de esas hubo unas cuantas en el periodo de posguerra en España. Fuera aquella explosión en dos polvorines de la Armada que dejó casi 300 muertos y una ciudad por reconstruir en el Cádiz del 47, aquel 12 de diciembre del que solo se acuerdan los marineros y algún amante de la historia en Ceuta... Y hay veces en las que la tragedia tiene giros con el calendario especialmente trágicos. Si el 23 de noviembre se celebra el Día de Santa Cecilia en honor a una martir romana que se supone cantó pidiendo gracias a Dios mientras se casaba, un par de días antes tenía lugar la fecha más trágica de la historia de la música en Ceuta.
Es una época de orquestas, de salas de baile, de boleros y pasodobles, pero también de foxtrop o mambo. Es una época de fuerte emigración española hacia lugares como Venezuela. Sitios con lugares como Maracaibo, que emulan sones atractivos e idílicos paisajes. El mismo Maracaibo, por cierto, donde se encuentra la actual Ceuta de Aguas en la que, se cree, alguien creyó ver en los indígenas que remaban algo parecido a los gondoleros de Venecia. “Es una Venecia pequeñita, una Venezuela”. En efecto: así nació el nombre del país que, ahora mismo, tiene centrados sobre si a todos los focos del mundo por la tensión con EEUU.
Y ese, Maracaibo, era el nombre de la Orquesta que llenaba dia si y dia también salas de fiesta, tanto en Ceuta como en el antiguo Protectorado. Formación de la que no quedan grabaciones, pero que debió ser de un alto nivel, puesto que muchos de sus miembros eran o habían sido, militares. Es la España del racionamiento; no parece que tener conocimientos de instrumentos estuviese a la altura de cualquiera. Es noviembre: llueve y ventea. Hay vendaval. Es de noche. El resto, puede ir imaginándoselo a quien pille de nuevas esta historia.
El puente que da acceso a Castillejos se rompe. No hay una señalización previa, ni nadie para advertir a los conductores que tras esa cuesta lo que viene es un vacío a los infiernos. El río Menisla se ha desbordado, y la cuesta de la Condesa se ha convertido en un acantilado. ¿No estaba el puente preparado para las lluvias, estas fueron demasiado intensas o quizá el material con el que se creía
Los vehículos en los que la Orquesta Maracaibo regresa a Ceuta caen al vacío. Mueren diez personas: Francisco Gómez Piñer, director, Eusbeio Fernández, vocalista, de 28 años, soltero; Ángel Sepiña Galván, de 31, casado; Manuel López Morales, de veintiocho, soltero; Julio Álvarez Albuerne, de treinta años, soltero; y Demetrio Pérez Barranco, de dieciocho, también soltero. En la vorágine de la tormenta desaparecía también el coronel de Automovilismo -hoy Caballería-, Antonio Prados Peña, y su chófer, José Lorente, que regresaban a Ceuta. Igualmente un marroquí, cuya identidad se desconoce, es arrastrado por la riada.
Hay un superviviente: Enrique Pérez Barranco. El hermano menor de Demetrio, que acompaña a la orquesta, es el hombre milagro de esta tragedia, el superviviente imposible de todo drama. Pero vive una circunstancia por la que nadie quisiera pasar: informar a sus padres que Demetrio ha desaparecido. Su cuerpo es encontrado días después. Y pudo ser peor: algunos vehículos que venían en caravana se van parando cuando se percatan de que los coches de adelante se caen sin más.
Una tragedia que conmociona a Ceuta. Durante generaciones, la historia de la Orquesta Maracaibo ha sido transmitida de generación en generación. Y como en aquel 12 de diciembre de 1949, con el mar como detonante. Y con la duda de si alguna decisión -frenar unos metros, salir antes, etc- pudo ser definitiva
21 de noviembre de 1951. El día más triste de la música de Ceuta. El día desde el que el temporal siempre parece sonar al bolero...