Ceuta, esa ciudad “masónica y de libertad” por excelencia

MASONERÍA

Destacados dirigentes de la masonería visitan Ceuta; el Gran Comendador Jesús Soriano niega que el general Franco quisiera pertenecer a la Masonería

Julián Domínguez y Jesús Soriano
Julián Domínguez y Jesús Soriano | Juanjo Coronado
Juanjo Coronado
18 nov 2025 - 19:45

¿Qué tienen en común, por ejemplo, George Washington, Shaquille O’Neal, Antonio Machado y Nat King Cole?. Aparte de personalidades destacadísimas en sus ámbitos, todos pertenecen a uno de los grupos humanos de los que más se ha escrito, y especulado, a lo largo de la historia: los masones. Un movimiento perseguido hasta sus últimas consecuencias, desde que surgió en la Edad Media fruto de los encuentros entre canteros y albañiles. Pese a que se ha especulado siempre con que trataban de dominar el mundo -uno que se murió hace casi cincuenta años siempre achacaba todos los males de España a la conspiración judeomasónicocomunista-, en teoría es un grupo de personas que se reúnen para hablar, intercambiar opiniones diferentes y realizar actividades filantrópicas.

Ese al que nos referíamos era el general Franco. “No, no está demostrado, o al menos no documentalmente, que quisiera ser masón y no se lo permitieran y de ahí surgiera ese odio que nos tenía”, dice Jesús Soriano. “Lo que ocurre es que los masones siempre han sido perseguidos en lugares donde escaseaba la libertad, por personajes como Franco, Hitler o Stalin. En países anglosajones o nórdicos, con una mayor tradición democrática, no solo no tenemos problemas sino que algunos jefes de Estado son Grandes Maestres de las logias masónicas. Es el caso del Reino Unido: Carlos III es, ahora mismo, el masón de mayor rango en el Reino Unido.

Jesús Soriano es el Gran Comendador del Supremo Consejo del grado 33 y último para España, del Rito Escocés Antiguo y Aceptado. Una de las dos ramas en las que se divide la masonería, y está en Ceuta estos días para participar en un encuentro con sus compañeros de nuestra ciudad. “Es una ciudad con mucha masonería. Más de veinte alcaldes de la ciudad han pertenecido a alguna logia, como a nivel nacional tuvimos a presidentes del Gobierno o ministros. Desde la Transición adelante, no consta ninguno”. Soriano fue, también, uno de los masones que participó de la reapertura de las logias tras la prohibición franquista. “No fue fácil. Empezamos en 1982, tras que el Gobierno perdiera una sentencia ante el Tribunal Supremo, porque el ministro Rodolfo Martín Villa, de UCD, consideraba que no debíamos ser legalizados en aquel momento”. El entra en contacto con la masonería “a través de gente que venía del exilio en México”. Un país que abrió sus puertas a miles de españoles que huían de la Guerra Civil, gracias a la decisión de un gran amigo de España: el primer presidente de la era de los sexenios, el general Lázaro Cárdenas Del Río. “Qué era hermano nuestro: era masón”, dice Soriano.

No es que los principios de Libertad, Igualdad o Fraternidad que dice buscar la masonería recuerden a los de la Revolución Francesa, “es qué muchos de sus miembros eran masones”, recuerda Soriano, que bromea diciendo “que no nos comemos niños ni cosas de estas”.

Los puertos y la masonería

Otro de los participantes en esta reunión en Ceuta, que seguirá con una exposición en la Antigua Estación del Ferrocarril y unas jornadas esta tarde en el mismo lugar, es Ignacio González. Procede de Málaga “la ciudad con más logias de Andalucía, y algunas de las más antiguas”. Destaca también “el rasgo masónico de Ceuta, con muchos de sus miembros que han sido alcaldes”, algo que atribuye “a la gran cantidad y mezcla de culturas, a la relación entre personas. Aquí no somos de ninguna religión o ideal político como colectivo; individualmente, por supuesto, cada uno reza y vota lo que quiere. Pero el colectivo masón no tiene ideología más allá de hacer el bien”, destaca. Para ser masón en España “solo hace falta tener dieciocho años, disponer de cierta suficiencia económica y ser admitido” en la logia que se desee.

A Ignacio González le trasladamos dos preguntas, también. Por un lado, y en una época de tanta incertidumbre como la que estamos viviendo, ¿se ha acercado más gente que años atrás?. “Es posible. Nosotros hemos notado, sobre todo a raíz de la pandemia, que se nos acercaba más gente, y gente más joven. Es curioso, porque se supone que a la masonería pertenece gente con una cierta madurez, aunque esta no tiene por qué necesariamente adquirise con la edad”. Málaga, Cádiz, Ceuta, Barcelona, México. A todas las une el mar. ¿Casualidad?. “No, es posible que no. Los puertos son siempre lugares de muchos intercambios, de mucho encuentro entre personas”, reflexiona.

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