Un cineasta ceutí, una película a presentar y una pregunta incómoda sobre el agua
MEDIO AMBIENTE
El cineasta ceutí Óscar Berdullas presentará la próxima semana, en el Festival de Cine Internacional de Granada, su tercer largometraje, '¿El agua es nuestra?'. Un documental en el que expone algunas cuestiones sobre el agua embotellada y el consumo de plásticos
Habrá oscilaciones, como en todo, pero se calcula que cada ser humano necesita consumir diariamente 2'5 litros de agua por término medio. Hablamos tanto de la ingesta propia de agua, como de la derivada de los alimentos. El cuerpo humano puede aguantar días sin comer, pero apenas horas sin beber: como máximo, 48 horas. No es casualidad que los países más prósperos hayan sido, también, aquellos con un mayor nivel de pluviosidad; guerras y maneras de gestionar políticamente un país al margen, los lugares castigados por la sequía están condenados a esperanzas cortas de vida o a producir emigrantes en masa. No generalicemos con África; también hay ejemplos de una gran gestión, hídrica y política. Cuando Bostwana asumió su independencia, solo 22 ciudadanos de un país más grande que España tenían licenciatura universitaria y solo había doce kilómetros de carretera. Durante muchos años, y gracias al impulso dado por uno de los mejores -y más desconocidos- estadistas del siglo XX, Seretse Khama, el que era el país más pobre del mundo evolucionó hasta niveles de vida asemejables a los de Europa. Entre las principales medidas tomadas por aquel heredero tribal y que se vio obligado a renunciar al trono por cometer el pecado -hablamos de 1951, en el contexto de la época y en un país vecino a la Sudáfrica del Apartheid- de casarse con una blanca, estaba una gestión hídrica correcta. Se implementaron políticas para mejorar el uso per cápita y la productividad del agua en diversos sectores económicos. Aunque se lograron mejoras, la escasez hídrica del país hizo necesaria una mayor eficiencia en el uso del agua. Hoy está entre los 150 países con mayor nivel de vida del mundo; nada baladí teniendo en cuenta que hablamos de un país, precisamente, sin salida al mar y que partía de la nada más absoluta. Entre las muchas causas de que Oriente Medio sea una herida lacerante de modo permanente en el corazón del mundo, puede encontrarse también el agua. Uno de los ecologistas y escritores más reputados de nuestro país, Alberto Vázquez-Figueroa, sostiene que desalar el Mar Muerto y repartir equitativamente el agua en la región permitiría aliviar muchas de las tensiones en la zona.
El agua es un bien, por tanto, imprescindible para la propia vida. Nos cae del cielo, la tenemos en los ríos, lagos y mares. Pero hagámonos una pregunta ¿el agua es nuestra?. Ese es el título del tercer largometraje documental que estrenará la semana que viene Óscar Berdullas Pomares, un ceutí que hace unos años partió desde nuestra ciudad a Granada para estudiar Derecho y ahora sigue dando pasos en una interesante carrera, sobre todo, como documentalista. "El documental en España goza de buena salud. El público, quizá, está algo cansado de ficciones que puedan ser repetitivas y el documental hace reflexionar", nos dice.
Sobre la película "es un documental en el que se hace un examen exhaustivo de la historia del agua embotellada en España, sobre todo en Andalucía y Sierra Nevada, uno de los centros neurálgicos junto al valle del Montseny del embotellamiento de agua. La película analiza el secado de acuíferos, y el efecto del agua embotellada en la salud. Si se consume rápidamente el agua embotellada es pura, pero el envase genera una serie de sustancias que pueden ser cancerígenas. El plástico se somete a una cierta temperatura y contínuos cambios: compramos la botella de agua, la metemos en la nevera, la sacamos. Eso puede tener efectos negativos. Gracias a la Plataforma para la Defensa de la Protección del agua del valle de Lecrín, que llevan casi veinte años luchando para cerrar embotelladora, empecé a interesarme por el asunto. En el lugar e montó una embotelladora municipal, lo compró AquaDeus y se está convirtiendo en una empresa puntera. Lo compraron en una subasta por 1.000.000 de euros.Y se está enfrentando gente del pueblo, puesto que tienen más de cien empleados con familias, pero hay fuentes y pozos que se están secando. Puede ser positivo a corto plazo, pero no a largo".
Recuerda, también, que "hay una vinculación entre la industria del agua embotellada y el petróleo, puesto que el plástico es un derivado del mismo. Nos venden la película del reciclaje, pero encontramos microplásticos cada día en lo que comemos y bebemos. Cada ser humano se traga al año, solo en microplásticos, el equivalente a una tarjeta de crédito". Todo bien explicado, pero a partir de ahora ¿qué podemos hacer?. "Si la gente exigiera que se usara un envase como el vidrio, que fuera retornable y reutilizable, a lo mejor eso implicaría que el desastre fuera menor. En diez años vamos a nadar en plástico en el mar. La otra alternativa es la que propone la UE: un agua municipal de calidad. No podemos tener un agua municipal que sea imbebible mientras nos gastamos dinero entre toros, procesiones y conciertos. La gente está comprando a granel, en cestas de paja. Quizá sea, simplemente, cambiar la actitud", reflexiona
"¿El agua es nuestra?"' se estrenará la próxima semana en el Festival de Cine Internacional de Granada, que otorga los Premios Lorca. De ahí en adelante, espera un año de proyección en espacios públicos, colegios, institutos y universidades. La intención de este realizador es llevar su trabajo más allá de nuestras fronteras para exhibirlo en lugares como Cambridge y, a partir de ahí, "llevarlo al gran público", anuncia Berdullas.