Lola González Vallejo, el alma de una grada que nunca se rinde
JUGADOR Nº 12
Del sufrimiento del descenso al éxtasis del ascenso, sin dejar de creer. “Este año toca disfrutarlo más relajadito, que también lo hemos peleado mucho”

Ceuta/ Hay pasiones que se apagan con los años… y otras que se reavivan con más fuerza cuando la vida te da un respiro. Lola González Vallejo lo sabe bien. A sus 37 años, esta caballa de pura cepa ha vivido el fútbol ceutí desde varias etapas de su vida, pero fue después de la pandemia cuando el Ceuta volvió a encenderle esa chispa que solo el Murube sabe provocar.
“Yo estuve yendo al Ceuta cuando la época de Fran Amado, Pepe Martínez… Teníamos amistad con algunos jugadores y lo pasábamos genial, pero luego me desvinculé un poco”, recuerda Lola, entre risas y nostalgia. Aquellos años mozos quedaron atrás, pero el destino —y un grupo de amigos y amigas que también sentía el cosquilleo por el balón— la devolvió a la grada con más ilusión que nunca. “Después de la pandemia empezamos a juntarnos varios grupitos, y al final, acabamos sacando el bono. Desde entonces, hasta hoy”.
Desde entonces, Lola no falla. “He ido a todos los partidos en casa. Esta temporada solo me he perdido el de Cádiz, pero al de Granada quiero ir sí o sí.” El trabajo a veces aprieta, pero la pasión siempre encuentra su hueco. Y es que, cuando suena el himno y el Ceuta salta al campo, Lola se transforma en una más del equipo. Ella y su grupo —“los de siempre”, como los llama— viven cada encuentro como si se tratara de una final.
“El ascenso fue un pelotazo”
Si hay un recuerdo que le acelera el pulso, es el ascenso. “Nos pilló en Fuenlabrada, fue un pelotazo. Increíble.” Aquella tarde de gloria sigue viva en su memoria como un día mágico, una recompensa al sufrimiento de la temporada anterior, cuando el Ceuta se jugaba la permanencia hasta la última jornada. “Pasamos de sufrir hasta el final a subir del tirón, sin playoff ni nada”.
Hoy, en esta nueva etapa del club, Lola siente que algo está cambiando. “Se nota que la ciudad se ha volcado. Antes, cuando el Ceuta perdía, ya eran los más malos del mundo. Pero ahora hay más gente que apoya, y eso nos viene muy bien, porque tenemos una afición muy buena”.
“Este año tenemos buen equipito”
Lola no solo anima, también observa con ojo crítico. “Sabemos que las primeras partes no son las nuestras, pero poco a poco el equipo se va asentando. Hay muchos jugadores nuevos, pero se nota la conexión. Yo creo que tenemos buen equipito este año, al menos para mantenernos. Y ya el año que viene, quién sabe… ¡a mirar para Primera!”
Y si fuera la entrenadora José Juan Romero, lo tiene claro: “Les diría que hagan piña y que lleguen más a portería. Marcos es una máquina, Carlos en defensa es un muro, y Guille… este año está espectacular. Ha salvado varios partidos.” También destaca a Rubén: “Ha pegado un cambio brutal. Este ascenso le ha venido increíble”.
“Este año hay que vivirlo más relajadito”
Sin ataduras y con el corazón puesto en su equipo, Lola disfruta del fútbol con la serenidad que da la experiencia, pero sin perder la pasión. “Este año tenemos que vivirlo de otra manera, más relajadito. Lo hemos sufrido mucho y ahora toca disfrutarlo”.
Y así lo hace, jornada tras jornada, desde su asiento en el Murube, donde las bufandas blancas y negras ondean con orgullo. Donde se grita, se sufre, se ríe y se canta. Donde el Ceuta no juega solo, porque allí, entre la multitud, late el corazón de su Jugador nº12.
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