De la mano de su hijo al Murube: Yousef y Amín Ayora, una historia de fe ciega en la AD Ceuta

FÚTBOL - LIGA HYPERMOTION

De cara al próximo compromiso ante Las Palmas, ambos confían en el factor Murube. Consideran el estadio un auténtico fortín y apelan a un gran recibimiento para empujar al equipo hacia los tres puntos y consolidarse en la parte media alta de la tabla

De la mano de su hijo al Murube: Yousef y Amín Ayora, una historia de fe ciega en la AD Ceuta
De la mano de su hijo al Murube: Yousef y Amín Ayora, una historia de fe ciega en la AD Ceuta | FOTO RINCÓN

La pasión por el fútbol no siempre se hereda de padres a hijos. En ocasiones, el camino se recorre a la inversa. Es el caso de Yousef Ayora y su hijo Amín, protagonistas de la sección del Jugador nº12, que representan como pocos el sentimiento creciente que rodea a la AD Ceuta en una temporada marcada por la ilusión y la esperanza.

Yousef reconoce que su vínculo con el Ceuta nació casi por sorpresa. Fue su hijo quien, con apenas siete años, le arrastró definitivamente al fútbol y al Murube. “Todo empezó en un viaje para ver un partido frente al Málaga. A partir de ahí, ya no nos perdimos ninguno”, recuerda el padre, que sigue al equipo desde la llegada de Luhay Hamido a la presidencia.

Amín, hoy con 13 años, es seguidor del Ceuta desde que tiene memoria. Primero acudía al estadio acompañado por su entrenador y se sentaba en tribuna junto a su hermano. Con el paso del tiempo, aquella afición infantil se transformó en algo más sólido, hasta el punto de convertirse en uno de los integrantes de la Peña Ketama, creada por un grupo de amigos que creen firmemente en el proyecto del club.

Padre e hijo no solo viven el Ceuta desde la grada del Murube. También lo hacen en la carretera. Murcia, Tarragona o Fuenlabrada forman parte de una lista de desplazamientos que refuerzan su vínculo con el equipo. “El viaje a Murcia fue especial, hubo mucha batalla y la vuelta fue inolvidable”, rememora Amín con la naturalidad de quien entiende el fútbol como una aventura compartida.

El joven no es solo aficionado. También viste la camiseta del Ceuta en categoría base, desempeñándose del medio campo hacia arriba. Tiene claro su referente: Aisar, uno de los jugadores más destacados del primer equipo esta temporada. Junto a él, su padre no duda en señalar nombres propios como Anuar o el portero Guille Vallejo, clave para mantener al equipo con vida en muchos encuentros.

Ambos coinciden en que el crecimiento del Ceuta en los últimos años ha sido evidente. Recuerdan momentos duros, como aquella temporada en la que el descenso se evitó en la última jornada y casi de milagro. Frente a eso, ponen en valor la campaña pasada, con una recta final “maravillosa” que terminó en ascenso y marcó un punto de inflexión.

La actual temporada en la Liga Hypermotion refuerza ese optimismo. Tras 17 jornadas, el Ceuta suma 25 puntos, empatado con los puestos de ‘play off’. “Hace dos años estábamos para descender y ahora miramos hacia arriba”, resumen padre e hijo, reflejando una ilusión compartida por buena parte de la grada.

Yousef destaca el trabajo de la directiva, el cuerpo técnico y figuras como Edu Villegas, convencido de que el crecimiento del club es fruto de una planificación sólida. “Ha crecido todo: el equipo, la afición, las ganas. El Ceuta está donde tiene que estar y bien asentado”, afirma con rotundidad.

Eso sí, desde la prudencia. El padre apuesta por mantener la categoría como objetivo inmediato y consolidarse durante un par de temporadas. “Piano, piano. Luego, ¿por qué no soñar con más?”, desliza, sin perder el sentido común que también reclama el fútbol.

De cara al próximo compromiso ante Las Palmas, ambos confían en el factor Murube. Consideran el estadio un auténtico fortín y apelan a un gran recibimiento para empujar al equipo hacia los tres puntos. Reconocen, no obstante, que uno de los aspectos a mejorar es la finalización. “Jugamos bien, llegamos, pero falta gol. Es nerviosismo, somos un equipo recién llegado y eso se nota”, analiza Yousef.

Una situación que, según él, se corregirá con el tiempo, la experiencia y la picardía propia de la categoría. Mientras tanto, la afición responde. “Llueva o diluvie, nosotros nos mojamos con el Ceuta”, asegura, convencido de que el apoyo del público es tan decisivo como el rendimiento sobre el césped.

La historia de Yousef y Amín Ayora es la de muchos ceutíes que han encontrado en la AD Ceuta algo más que un equipo. Es un vínculo familiar, una forma de vida y una ilusión compartida que cada domingo se renueva en el Murube, donde el jugador número 12 nunca falla.

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