Tomás Núñez Tomé, entre optimismo y fe : “Hay que ir ahorrando para ver los play offs”

JUGADOR Nº 12

Su historia refleja lo que significa ser Jugador nº12: la voz, la pasión y el empuje de una afición que no entiende de fronteras. Porque en cada viaje, en cada grito y en cada recuerdo compartido con su padre, Tomás Núñez es el ejemplo de que al Ceuta no solo se le sigue, se le vive

Tomás Núñez Tomé, entre optimismo y fe : “Hay que ir ahorrando para ver los play offs”
Tomás Núñez Tomé, entre optimismo y fe : “Hay que ir ahorrando para ver los play offs” | CEDIDA

Ceuta/ El Jugador nº12 de esta semana es mucho más que un aficionado. Tomás Núñez Tomé, agente inmobiliario de 58 años afincado en Mijas Costa, es un eslabón de una cadena que une a tres generaciones bajo un mismo nombre y una misma pasión: la AD Ceuta FC.

Aunque dejó la ciudad autónoma en 1987, su corazón sigue en el Murube. “Desde que era un bebé sigo al Ceuta, mi padre me llevaba al estadio y a los viajes por toda España”, recuerda con emoción. Esa pasión, que heredó de su padre, hoy la transmite también a su hijo, que curiosamente se llama igual: Tomás.

La historia de este apellido está íntimamente ligada al equipo. Su padre, Tomás Núñez Acedo, fallecido hace cuatro años, fue toda una institución entre los aficionados caballas. Aún hoy conserva el carnet de socio, como símbolo de una fidelidad que va más allá de la vida. “Me hace sentir muy orgulloso”, confiesa su hijo.

El abuelo, de pequeño, se escapaba de casa para entrar en el Murube escondido entre las gabardinas de los soldados. “Cada vez que me lo contaba me hartaba de reír”, rememora Tomás, convencido de que ese “veneno” por el Ceuta se ha transmitido de generación en generación.

Porque ahora es su hijo quien sigue sus pasos. Nacido en Inglaterra, pero “más español que nadie”, Tomás junior se ha convertido en su mejor compañero de viajes. “Suele ir a muchos partidos durante la temporada, tanto en casa como fuera, y también viene conmigo a ver a la selección”, relata con orgullo.

El joven no duda en presumir de raíces futboleras incluso lejos de Ceuta. “Que se lo pregunten a sus amigos ingleses cuando les ganamos la final de la Eurocopa el año pasado”, dice entre risas su padre.

La familia Núñez no entiende de distancias ni fronteras. Desde Mijas Costa, Tomás padre se las ingenia para acudir a casi todos los encuentros, ya sea en el Murube o en los desplazamientos. “Menos en el del Huesca, que fue la primera victoria de la temporada y lo sufrí desde casa, en el resto he estado presente. Ya tengo reservado el viaje a León”, asegura con ilusión.

Tres generaciones de pasión: Tomás Núñez, un apellido marcado por el Ceuta.
Tres generaciones de pasión: Tomás Núñez, un apellido marcado por el Ceuta. | CEDIDA

Su visión del equipo es la de un aficionado convencido de que este año puede pasar algo grande: “Todavía estoy en una nube con lo que hemos logrado. Siempre tuve la esperanza de volver a esta categoría y ahora estamos disfrutando con un bloque compacto y un juego espectacular”.

Y es que en cada campo lo confirman: “Los aficionados rivales me dicen que el Ceuta juega de ensueño. Eso te llena de orgullo como caballa”, comenta. Por eso no quiere destacar a un jugador en concreto: “Es que están todos a un nivel fantástico, desde Guille en la portería hasta Marcos arriba”.

Preguntado por lo que les diría a los futbolistas, responde con la filosofía que ya ha calado en el vestuario: “Que sigan partido a partido, porque aquí lo mismo gana el último que el primero. Esa mentalidad es la que nos está llevando tan lejos”.

Pero si algo caracteriza a Tomás es su optimismo inquebrantable: “Lo afirmo ya, este equipo puede luchar por algo más que la permanencia. Hay que ir ahorrando para los play-offs”.

En sus viajes, nunca contempla otro resultado que no sea la victoria. “Cuando voy a ver al Ceuta nunca se me pasa por la cabeza empatar o perder. Yo viajo para verlos ganar”.

Ese espíritu también lo comparte con sus amigos de la Peña Tarzán, con quienes ocupaban el palco C del Murube antes de la reforma. “Éramos 16 asientos fijos, más alguno de pie. Ahora seguimos juntos en el palco Norte, porque esto es más que una peña, es una familia”, explica.

Y lo mismo ocurre en su propia casa: abuelo, padre e hijo, los tres llamados Tomás, unidos por un mismo escudo y un mismo sentimiento. “Mientras pueda, estaré ahí”, asegura.

Porque en la familia Núñez, el Ceuta no es solo un equipo: es una herencia, una manera de vivir, una pasión que atraviesa generaciones. Y eso es, en esencia, lo que significa ser el Jugador nº12.

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