“Te espero en la puerta del gimnasio con mi navaja preferida”: condenado por amenazas en el ámbito familiar
VIOLENCIA DE GÉNERO
El acusado, en prisión preventiva por esta causa, ha reconocido los hechos, si bien ha sido sentenciado con nueve meses de privación de libertad por tener otras denuncias similares
Ceuta/ “Fulana”, “puta”, “apestosa”, “enferma” o “loca” son algunos de los términos con los que M.A.I. se empezó a dirigir a su exnovia cuando ella cortó con él. Este lunes ha reconocido los hechos en el Juzgado de lo Penal número 2 de Ceuta, y el magistrado titular del mismo lo ha condenado con nueve meses de prisión como autor de un delito de amenazas continuadas en el ámbito familiar. La conformidad le ha supuesto la rebaja de la sentencia solicitada por las acusaciones inicialmente, que también le imputaban ilícitos como acoso, coacciones y vejaciones, todos vinculados con la violencia de género. En el episodio más estremecedor, llegó a amedrentar a la víctima con acudir armado a la salida de su centro de trabajo: “Ahora sí que me voy a buscar la ruina. Aquí estoy en la puerta del gimnasio hasta que salgas, y me llevo una de mis navajitas especiales”, le escribió por una aplicación de mensajería.
Los implicados en el juicio mantuvieron una relación sentimental de convivencia desde el pasado mes de julio hasta el viernes 3 de octubre, cuando la mujer lo dejó. “Desde ese momento, el acusado, de forma insistente y reiterada, la ha perseguido y buscado su cercanía casi a diario, esperándola a la salida del trabajo”, recoge el escrito de acusación, al que ha tenido acceso este diario, así como añade que también acudía a su domicilio —con la hija de ella en el interior— y llamaba al telefonillo y a la puerta “insistentemente y en distintos horarios”.
Es este último caso el que se dio el 8 de octubre, cuando acudió al domicilio “gritando y golpeando violentamente la puerta”, si bien no consiguió su objetivo al ser recriminado por varios vecinos. Desde la ruptura, le escribía mensajes con los referidos contenidos a través de la aplicación Messenger de Facebook, a los que se añaden otros como: “No tuve que meter la lengua en ese aliento, ni tener que olerte el chocho”; “date una ducha con lejía”; “como no me abras me busco la ruina”; “hoy te toca el pronto de M.A.I. borracho” o “me voy a llevar martillo y cincel por si se te ocurre no abrirme”. El acusado reconoció en fase de instrucción haber realizado alguna de estas manifestaciones, respondiéndole a la Fiscalía que “esas cosas se dicen en un calentón”.
De la misma manera, también le quitó el móvil a la mujer, en prenda por una cantidad de dinero que le debía; y en la vista anterior intentó justificar sus acciones en “la supuesta necesidad de recuperar efectos personales”, una versión que “carece de verosimilitud” para la acusación particular porque “ha ido prolongando el contacto con la víctima de manera paulatina”.
“No me asusta la Policía, me asusto más yo ahora mismo”
Además de los referidos mensajes, en el escrito de acusación se recogen otros episodios violentos, algunos presenciados por la hija de la víctima, que acudió en instrucción a declarar pero cuyo testimonio no ha sido necesario este lunes tras la conformidad alcanzada. El 21 de octubre, y “con ánimo de causarle temor” a su exnovia, el acusado le escribió que pedía “perdón” a sus hijas por lo que iba a hacer, antes de mandarle el mencionado mensaje de sus “navajitas especiales”.
El 23 de octubre fue cuando le quitó el teléfono, si bien la mujer pudo recuperarlo sin daños a través de un agente de policía. Muchas de los mensajes están relacionados con el aparente menosprecio a las autoridades y a la ley. “No me asusta la Policía, me asusto más yo ahora mismo”; “yo no tengo nada que perder” o “las cámaras me motivan” fueron algunos, este último en referencia a las cámaras de video vigilancia instaladas en la puerta del centro de trabajo de la mujer.
El hombre se encuentra en prisión preventiva por esta causa desde el 27 de octubre por el riesgo que supone para la denunciante, y además de los nueve meses de prisión se le han impuesto dos años de prohibición de comunicación y de aproximación a 100 metros de la mujer, así como otros dos años de privación de tenencia de armas. A pesar de haber sido condenado con menos de 24 meses de cárcel, el acusado ingresará en instituciones penitenciarias por acumular otras denuncias similares.
Finalmente, el varón ha sido conducido desde el calabozo por la Policía Nacional a la sala de vistas del Juzgado, ha reconocido los hechos, y cumplirá el resto de la condena de cárcel descontando el tiempo que lleva en prisión preventiva.
La sentencia, dictada in voce, es firme tras la promesa de ambas partes de recurrirla.
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