Las “transferencias de amor”: la supuesta estafa informática que pasa por “enseñar a ligar”
TRIBUNALES
El denunciante reclamó más de 1.300 euros, que desaparecieron de su cuenta. La Fiscalía pide dos años de prisión para el acusado
La Fiscalía de Ceuta pide dos años de prisión para B.A.L., el presunto autor de una estafa informática con la que recibió en su cuenta más de 1.300 euros. Algunos de estos movimientos tenían como concepto “transferencia de amor”, y el acusado ha relatado que conoció al denunciante a través de una app de citas haciéndose él mismo pasar por una mujer para “enseñarlo a ligar”. El juicio, celebrado en el Juzgado de lo Penal número 1 de la ciudad autónoma, ha quedado visto para sentencia este lunes tras las declaraciones de dos policías especializados en delitos digitales, además de la de los propios implicados.
Los hechos se remontan a los días 2 y 3 de noviembre del año 2022, cuando desde la cuenta bancaria del denunciante se realizaron tres transferencias de un total de 1.311,75 euros. La denuncia está puesta el día 4 de noviembre, pero de acuerdo con la representación letrada del acusado y del propio investigado hubo movimientos anteriores desde ambas cuentas y siempre en la misma dirección. El dinero nunca fue devuelto a su propietario legítimo.
B.A.L., con antecedentes penales por delitos leves relacionados y actualmente con domicilio en Suiza, ha comenzado explicando la supuesta relación que mantuvo con el denunciante al menos tres meses antes, en otoño de 2022. Según esta versión, el acusado habría abierto una cuenta en una app de citas con nombre y avatar de mujer, y le habría explicado por teléfono al denunciante que mantendrían “un juego de rol” y que “lo enseñaría a ligar” —reconociendo previamente que él es un varón y no una mujer—. También ha dejado entrever que no solo lo hizo con este hombre, sino con más interloculotores “tímidos”, supuestamente para ayudarlos “a vencer el miedo que muchos hombres le tienen a las mujeres”.
De acuerdo con la defensa, la víctima dejó de reclamar después el dinero sustraído y la denuncia parte de un ‘despecho’ al descubrir que el acusado quería acabar con la relación; algo que según esta versión pasó en Barcelona cuando el denunciante acudió a visitar a B.A.L. El mismo 3 de noviembre supuestamente acudieron a un after de la Ciudad Condal “a tomar una copa” y el 4 fueron a comer juntos, momentos en los cuales el acusado le habría dejado su móvil al denunciante para que le ingresara dinero. La versión del acusado es que las transferencias las recibía a petición expresa del acusado, voluntariamente y desde dentro de ese juego de rol.
No obstante, el denunciante ha negado que conociera a B.A.L. personalmente, y ha explicado que éste consiguió sus datos a partir de una estafa anterior en la que una mujer le pidió ayuda: según su declaración, él no solo le transfirió dinero, sino que también facilitó sus datos personales y de su cuenta bancaria a una empresa “ficticia” para ayudar a esta mujer. También ha dicho que se dio por vencido entendiendo que “había sido tonto” y lo habían engañado, por lo que no reclama ese dinero, así como ha negado la supuesta relación de mentoría amorosa que mantenía con B.A.L.
¿Barcelona o Zaragoza?
Dos agentes de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía Nacional han explicado que se limitaron a rastrear las cuentas bancarias y los teléfonos asociados en su investigación, determinando también con la geolocalización del móvil del beneficiario de las tranferencias que éste se encontraba en ese momento en Zaragoza —y no en Barcelona—, así como han descartado un posible error en esta prueba debido al gran margen geográfico entre ambas ciudades. También han manifestado no saber cómo el acusado habría tenido acceso a los datos personales del denunciante, descartando así que el método hubiera sido el phishing —un acceso a los mismos a través de pinchar en un enlace mediante engaño—.
En sus conclusiones, la Fiscalía ha esgrimido los mencionados indicios para la comisión de la supuesta estafa y ha puesto en duda el testimonio del acusado por ser una versión muy diferente a la facilitada durante la fase de instrucción. La defensa, por su parte, ha explicado que existen ánimos espurios por parte del denunciante y ha dudado de la veracidad de su versión por las anteriores transacciones, que nunca fueron comunicadas a las autoridades.
Finalmente, el juicio ha terminado visto para sentencia tras el derecho a la última palabra del acusado: “No tuve ninguna intención de actuar de manera fraudulenta. Nunca le pedí ningún pago y nunca en mi vida he estado en Zaragoza”, ha expresado B.A.L.