Ceuta apuesta fuerte

Ceuta lleva tiempo queriendo dar un giro a su modelo económico, y lo cierto es que, poco a poco, empieza a verse con claridad hacia dónde apunta. La ciudad no quiere quedarse anclada en un pasado de dependencia del comercio transfronterizo y apuesta por abrirse camino en sectores que suenan a futuro: el juego online, las criptomonedas, la inteligencia artificial y hasta los centros de datos.

La consejera Kissy Chandiramani lo ha dejado claro: se trata de diversificar, de no tener todos los huevos en la misma cesta. Y la estrategia parece bien pensada, porque se apoya en algo que Ceuta ya tiene a su favor: unas ventajas fiscales que la hacen especialmente atractiva para empresas tecnológicas y emergentes. Si a eso se suma la cercanía de servicios y el esfuerzo institucional, el cóctel resulta interesante.

Claro, el reto no está solo en traer empresas, sino en generar empleo estable, formar a la gente y garantizar que las oportunidades que lleguen no pasen de largo. De poco serviría que Ceuta se llenase de logos internacionales si los ceutíes no encuentran en ello una salida laboral y vital.

Que la ciudad aparezca en foros internacionales y participe en congresos de primer nivel es una buena señal: Ceuta empieza a sonar en los sitios donde se cuece la economía del mañana. Ahora, lo importante será no conformarse con la foto, sino trabajar para que todo ese interés se traduzca en proyectos sólidos.

El futuro no está escrito, pero Ceuta tiene claro que quiere formar parte de él. Y si mantiene esta hoja de ruta, quizás logre por fin dejar de ser un territorio de oportunidades perdidas para convertirse en un lugar donde la innovación y el talento encuentren su sitio.

Eso sí, para que este cambio sea real, hará falta voluntad política constante, colaboración con la sociedad civil y una mirada amplia que no olvide a nadie en el camino. Porque modernizar la economía está muy bien, pero modernizarla para todos es lo que de verdad marcará la diferencia.