Ceuta avanza hacia una ciudad más limpia, verde y sostenible
El año 2025 ha marcado un punto de inflexión en la gestión urbana y medioambiental de Ceuta. Según el balance presentado por el consejero Alejandro Ramírez, los avances en inversiones, infraestructuras, servicios y sostenibilidad son claros, y reflejan un compromiso firme del Gobierno de la Ciudad con la calidad de vida de los ciudadanos.
Uno de los hitos más relevantes ha sido la formalización del contrato de la Planta de Transferencia de Residuos con Urbaser, que asegura la estabilidad del servicio durante los próximos diez años. Esta medida no solo resuelve problemas históricos en la gestión de residuos, sino que incorpora mejoras en infraestructura, maquinaria y condiciones laborales, demostrando que una gestión pública eficiente puede combinar eficacia y bienestar social.
En materia de medio ambiente, Ceuta destaca por sus planes de prevención de incendios completamente actualizados, reforzando la seguridad y la protección del entorno. A ello se suman importantes avances en espacios verdes: los parques urbanos de Los Rosales-Poblado Regulares, Santa Catalina y Loma Colmenar han transformado antiguos vertederos en zonas de ocio, deporte y esparcimiento, recuperando espacios degradados y generando entornos más saludables para la población.
La municipalización del servicio de limpieza viaria, a través de Servilimpce, también ha supuesto un paso decisivo. La renovación de la maquinaria, la reorganización de la plantilla y la mejora en la cobertura del servicio ya se reflejan en calles más limpias y entornos urbanos más agradables. Este proceso, que requiere planificación y esfuerzo continuos, evidencia que apostar por la gestión pública puede ofrecer resultados tangibles y sostenibles.
Si bien aún quedan desafíos por afrontar, el camino trazado es claro: Ceuta avanza hacia una ciudad más verde, ordenada y respetuosa con el medio ambiente. La combinación de inversiones estratégicas, modernización de servicios y planificación a largo plazo demuestra que la mejora de la calidad de vida no es una promesa, sino una realidad palpable.
El reto para los próximos años será mantener este impulso y seguir construyendo una ciudad en la que la sostenibilidad, la eficiencia y el bienestar ciudadano sean prioridades irrenunciables.
