Un dato no bueno, pero si menos malo
Los datos publicados recientemente por el Ministerio de Interior sobre delitos contra la libertad sexual con penetración no pueden tomarse como buenos en Ceuta por una simple cuestión: un solo caso sería un mal dato. El objetivo, y aquí entramos en el terreno donde debaten lo deseado y lo factible, debería ser que la tasa fuera redonda como un cero.
Dicho lo cual, en Ceuta se han producido cinco denuncias en los seis primeros meses del año. No es lo mismo que casos: se trata de denuncias. Luego viene, como corresponde a un Estado de Derecho, el trabajo de peritos, fiscales, agentes de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad y los jueces. Un proceso que puede ser, por la casuística, un suplicio añadido a las víctimas, pero que necesariamente ha de ser garantista. Para evitar, precisamente, que la histeria con la que muchas veces reaccionamos en las redes sociales o en conversaciones privadas como primer impulso ante cualquier noticia sea la que acabe dictando sentencia. Lo que diferencia a la civilización de la selva es, queramos o no, un sistema garantista.
Estas denuncias son inferiores en casi un 8% al período entre el 1 de enerro y el 30 de junio de 2024. Las denuncias son interpretadas como positivas por parte de algunas entidades, que prefieren considerar que la persona víctima de una atrocidad semejante pierde el miedo a denunciar, y no a que aumentan los casos. Nos vamos al otro extremo del mundo: en India, las asociaciones que trabajan con las mujeres en aquel gigante en todos los sentidos, celebran que cada vez haya más denuncias. El miedo al estigma, al ¿qué dirán?, el silencio como primera reacción se está perdiendo. Y eso es una buena noticia.
Llama la atención otro dato, volviendo a nuestro país y ciudad. Ceuta es la única región en la que no han aumentado las denuncias en el último lustro. Es la única autonomía en la que había más denuncias antes que después del confinamiento: esa etapa en la que las víctimas de agresiones sexuales no solo convivían con el miedo al coronavirus, sino a quien tuviesen como convivientes. No son buenos datos, pero del mal, el menos.