El impacto de los cruceros en Ceuta
La escala del Seabourn Encore en Ceuta no es simplemente la llegada de un crucero más. Es, sobre todo, un síntoma. Un síntoma de que algo está cambiando en la ciudad, de que la apuesta estratégica por el binomio Puerto–Turismo empieza a dar frutos tangibles. Ayer fue el segundo crucero de la semana; el jueves llegará el último del año. Y con él se cerrará un 2025 que deja una cifra nada menor: cerca de 10.000 visitantes han pisado la ciudad gracias a los cruceros. No es un dato anecdótico; es un punto de inflexión.
Durante demasiado tiempo, Ceuta ha vivido de espaldas a su puerto, o al menos sin explotarlo con la ambición necesaria. Hoy, esa relación evoluciona hacia un modelo de Puerto Ciudad que se está consolidando y que, por primera vez en años, genera expectativas realistas y sostenidas. La Autoridad Portuaria y el área de Turismo parecen remar en la misma dirección, algo imprescindible si Ceuta aspira a competir en un mercado global donde cada escala se disputa al milímetro.
Las previsiones para 2026 mantienen el optimismo. Y aunque la prudencia siempre es aconsejable, también lo es reconocer el trabajo bien hecho. El presidente de la Autoridad Portuaria, Juan Manuel Doncel, y su equipo han imprimido un ritmo distinto, más proactivo, más conectado con lo que Ceuta necesita para situarse en el mapa de destinos de cruceros. La ciudad ofrece historia, cultura, clima, gastronomía y un entorno único; lo que faltaba era coordinar ese potencial con una estrategia portuaria moderna. Ahora esa coordinación se nota, y se nota en cifras.
Pero no basta con celebrar lo conseguido. Si Ceuta quiere consolidarse como un destino estable y atractivo para los cruceros, deberá seguir trabajando en accesibilidad, servicios al visitante, dinamización comercial y proyección internacional. La llegada de un buque como el Seabourn Encore, con pasajeros de alto nivel adquisitivo, demuestra que el mercado premium también es posible si se cuida el detalle.
Este 2025 ha sido un buen año. Pero lo importante no es el número de cruceros que atracan, sino lo que la ciudad construye alrededor de ellos. Ceuta tiene ahora la oportunidad de creerse su propio futuro turístico. Y, si sabe aprovecharlo, puede que estemos asistiendo al inicio de una nueva etapa en relación a ese modelo de mirar más a España y más a Europa.