Muertos en silencio

Foto Editorial.
Foto Editorial. | EL PUEBLO
EL PUEBLO
31 dic 2025 - 00:33

Que en lo que va de año hayan muerto 45 jóvenes migrantes, tras el último hallazgo, intentando llegar a Ceuta no puede despacharse como una mala racha ni como un simple problema de control fronterizo. Cuando la delegada del Gobierno, Cristina Pérez, habla de “fracaso de la sociedad”, pone palabras a algo que muchos prefieren no mirar de frente. Porque cuando el mar se convierte en tumba y las cifras baten récords históricos, no basta con lamentarlo en una rueda de prensa.

Es cierto que la presión migratoria es fuerte y que Ceuta la sufre de forma especialmente cruda. Nadie discute el trabajo de la Guardia Civil ni el esfuerzo de las administraciones por contener una situación compleja. Pero reconocer la labor humanitaria no puede servir de coartada para aceptar que sigan muriendo personas a escasos metros de la costa. Cada joven que se lanza al agua con aletas y un flotador lo hace porque el miedo a quedarse es mayor que el miedo a morir.

También es justo señalar los avances. Los traslados de menores a otras comunidades, amparados por el Real Decreto-Ley 2/2025, han supuesto un alivio real para Ceuta y han demostrado que la cooperación institucional funciona. Los datos desmontan el discurso del “efecto llamada” y evidencian que compartir responsabilidades no solo es posible, sino necesario. Cuando se deja a un lado el cálculo político, la gestión mejora y la tensión baja.

El problema llega cuando estos logros se usan como munición partidista. Ceuta no necesita más enfrentamientos entre siglas ni diputados votando en clave de partido mientras la ciudad pone los muertos. La migración no se resuelve con reproches ni con discursos grandilocuentes, sino con acuerdos estables, recursos suficientes y una mirada humana que vaya más allá de la valla.

Si algo dejan claro estas 45 muertes es que el drama no se mide solo en números. Se mide en la capacidad que tengamos, como sociedad, de no acostumbrarnos. Porque el día que aceptemos estas tragedias como parte del paisaje fronterizo, el fracaso ya no será una opinión: será una condena colectiva.

También te puede interesar

Lo último

stats