Un nuevo paso hacia la Ceuta que queremos
Ceuta ha inaugurado oficialmente su nueva Estación Marítima, un proyecto largamente esperado y que, más allá de su impacto físico sobre el territorio, simboliza una aspiración colectiva: la voluntad de esta ciudad de avanzar, de modernizarse y de situarse a la altura de los desafíos que exige su posición estratégica entre continentes.
La imagen de la ceremonia, presidida por la escultura de Hércules de Serrán Pagán, no podría ser más elocuente. Representa la fuerza, el esfuerzo y la identidad profunda de una ciudad que sabe que su futuro no puede improvisarse, sino construirse con visión, cooperación y constancia. Y eso es precisamente lo que esta infraestructura refleja: un proyecto que ha requerido coordinación institucional, planificación técnica y un compromiso político que, en demasiadas ocasiones, otras ciudades dan por sentado.
Los 6.500 metros cuadrados de la nueva terminal, sus pasarelas de embarque de última generación, las remodelaciones del entorno o la amplia plaza exterior recién creada no son solo números. Son señales de una Ceuta que se toma en serio su condición de puerta entre Europa y África; una Ceuta que entiende que la movilidad, la conectividad y la calidad de los servicios públicos son pilares esenciales de su desarrollo económico y social.
Con una inversión de 21 millones de euros, la nueva Estación Marítima incorpora tecnología avanzada que permitirá gestionar de forma eficiente el día a día de un flujo creciente de pasajeros. Porque Ceuta no puede permitirse quedarse atrás. La ciudad compite -y debe competir- en un contexto global donde la rapidez, la eficiencia y la calidad son determinantes. Esta infraestructura, moderna y pensada para el futuro, apunta precisamente en esa dirección.
La nueva Estación Marítima no es solo un logro arquitectónico ni una pieza más del engranaje portuario: es una declaración de intenciones. Es la prueba de que Ceuta puede y debe caminar hacia una modernización integral que afiance su potencial turístico, económico y cultural. Un paso firme hacia la Ceuta que queremos y que, sin duda, podemos construir.
