Tercer aniversario y mejoras evidentes en el transporte público

Autobús de AMGEVICESA.
Autobús de AMGEVICESA. | CEDIDA
EL PUEBLO
08 dic 2025 - 03:01

A punto de cumplirse tres años desde que la Ciudad Autónoma asumiera directamente la gestión del transporte urbano a través de AMGEVICESA, es evidente que Ceuta ha iniciado una transformación que parecía impensable hace apenas un lustro. La municipalización, lejos de quedarse en una decisión administrativa, ha marcado un antes y un después en la movilidad de la ciudad: modernización de la flota, mejoras en las infraestructuras, ampliación de rutas y la incorporación de nuevas tecnologías que acercan el servicio a los estándares de ciudades más grandes.

La renovación progresiva de los autobuses, coronada por la llegada de 14 unidades híbridas en 2024, ha sido sin duda el paso más visible. La reducción de emisiones y el ahorro de combustible sitúan a Ceuta en la senda de la movilidad sostenible, demostrando que incluso en territorios pequeños es posible avanzar hacia un modelo más verde. Este esfuerzo no solo mejora el entorno urbano, sino que refuerza la confianza de los usuarios en un servicio que durante años fue objeto de críticas por su deterioro. Pero la modernización no se ha limitado a los vehículos. El pago con tarjeta bancaria, la renovación de marquesinas y señalización, la optimización de frecuencias o el refuerzo de líneas —como en Benzú— han contribuido a que el transporte público deje de ser una opción de último recurso para convertirse en una alternativa real al vehículo privado. A ello se suma la mejora de las condiciones laborales de la plantilla, un factor muchas veces invisible, pero esencial para garantizar un servicio eficiente y profesional.

Mirando al futuro, 2026 se presenta como un año decisivo. La llegada de autobuses 100 % eléctricos y de microbuses adaptados a la compleja orografía de la ciudad reforzará la capilaridad del sistema y permitirá alcanzar el objetivo de frecuencias de 15 minutos. Si se cumple esta previsión, Ceuta podría situarse en un nivel de disponibilidad del servicio comparable al de ciudades peninsulares de mayor tamaño.

No obstante, el reto no está completamente superado. Una movilidad pública moderna exige constancia, inversión sostenida y planificación a largo plazo. La consolidación de nuevos recorridos, la mejora de la intermodalidad y la necesidad de atraer a más usuarios continúan siendo desafíos abiertos. Además, el verdadero éxito de la municipalización se medirá no solo por la incorporación de vehículos modernos, sino por la capacidad de mantener un servicio puntual, fiable y accesible para todos.

Hoy, Ceuta puede afirmar que ha dado pasos firmes en la dirección correcta. La apuesta por un transporte público renovado y sostenible sienta las bases de una ciudad más cohesionada y con mayor calidad de vida. El camino iniciado en 2022 ha sido positivo, pero el compromiso debe mantenerse: solo así el transporte urbano será, de verdad, un pilar de futuro para toda la ciudadanía.

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