Día de los derechos humanos: aún queda mucho por trabajar
MANIFIESTO
Cada 10 de diciembre, se conmemora el Día de los Derechos Humanos, fecha que marca la forma y adopción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1948. Este documento, traducido hoy a más de 500 idiomas, constituye uno de los pila-res éticos y jurídicos más importantes de la humanidad (aunque actualmente muchos hayan desvirtuado su contenido).
Su propósito, es el de reafirmar la dignidad intrínseca y los derechos iguales e inalienables de todos los seres humanos.
Una fecha que nos recuerda que aún queda mucho que trabajar y que a pesar de todo no podemos perder derechos ya conquistados, por ello no podemos bajar la guardia. Hoy, más que nunca, es imprescindible alzar la voz frente a quienes quieren recortar libertades, sembrar odio y convertir la igualdad en un privilegio solo para unos pocos.
Los derechos humanos no son negociables. No dependen del lugar en el que naces, del dinero que tengas, ni de a quién ames. Son la base de una sociedad democrática y decente. Por eso, frente al avance de discursos reaccionarios que cuestionan lo que parecía incuestionable —la igualdad entre mujeres y hombres, la diversidad, la defensa de lo público, la justicia social— es nece-sario reafirmarse con claridad: no permitiremos retrocesos.
La historia demuestra que cada conquista social, es fruto de la movilización, del compromiso político y del trabajo de quienes creen en un país libre y más justo. Desde la universalización de la sanidad y la educación hasta la amplia-ción de derechos civiles y la protección de los colectivos más vulnerables, el progreso siempre (o casi siempre) ha tenido la convicción de que nadie debe quedar atrás.
Hoy, cuando algunos intentan erosionar esos avances, hay que responder con determinación. Defender los derechos humanos es defender la dignidad de las mujeres frente al machismo, proteger a las personas migrantes frente al odio, blindar los servicios públicos frente a quienes los desmantelan, y reivindicar la memoria democrática.
No podemos ser neutrales, debemos de estar del lado de la igualdad y de la justicia social, además de creer férreamente en la libertad.
E incluso a nivel internacional, promover la igualdad frente a los conflictos y apoyar a los que sufren como Ucrania, Gaza o Sudán.
En este Día de los Derechos Humanos, reafirmamos una idea simple pero poderosa: los derechos se defienden luchando y se amplían avanzando.
Y no vamos a retroceder.