Desde la habitación 118 del Hospital Universitario de Ceuta

CARTAS AL DIRECTOR

Clínica Septem.
Clínica Septem. | CEDIDA
J.M.M. Ciudadano y algún día como todos paciente
21 nov 2025 - 01:47

Que Dios nos pille confesados aquellos que por infortunios de la vida no nos queda otra que acudir a los servicios de urgencias de la Clínica Septem. Y digo “no nos queda otra”, porque son muchos los que en ésta ciudad, por diferentes motivos ya sean profesionales o de manera voluntaria no están adscritos a la Seguridad Social.

Dejando a un lado, las ventajas y desventajas de pertenecer a una mutualidad o a la S.S, y no entrar en un debate que a la larga terminaría con tintes políticos que no vienen al caso, paso a contar mi triste experiencia en dicha Clínica.

Y el caso en cuestión se remonta al jueves a las 17:30 aprox, Paseo del Revellín, íbamos al oftalmòlogo, pero todo cambió, mi mujer (minutos antes ya me lo había comentado), empezó a notar que el hormigueo de manos se le extendía por el brazo derecho y también la pierna, hasta tal punto que no le respondíó cuando quiso subir el bordillo de la acera. Sin pensarlo, fuimos a dicha clínica. Una vez entró en la sala de urgencias, yo me quedé fuera un tanto preocupado, intentando desde uno de los bancos de la sala de espera, ver tras la puerta entreabierta qué estaba ocurriendo, sólo podia ver las piernas de mi mujer estiradas tocando con los talones el suelo, sentada en aquella silla de ruedas. Intranquilo, me levanté y fui a la sala de urgencias para ver cómo estaba, y allí la ví, con medio cuerpo fuera de la silla que casi se caia, las piernas estiradas, el cuello apoyado en el respaldo de la silla de ruedas, que por poco le da una tortícolis. Tras ella, a unos centimetros nada más, apoyadas sobre un mueble de material sanitario, dos chicas jóvenes ataviadas con sus batas blancas, (desconozco si auxiliares o enfermeras), ultimaban los detalles para el sábado siguiente: ¿botellón quizás?. Si sres lectores, en plena sala de urgencias (pequeña ya de por sí) , dónde se encontraba otro paciente también; los profesionales de la salud de ése centro comentando la jugada de la fiesta que se iban a pegar el fin de semana, quizás la marca de la ginebra, o el vestuario para acudir a dicho evento, quizás el problema era cenar antes de salir o quedar directamente, ni lo sé ni me importa. Pero la escena que tuvo que presenciar mi Sra y el otro paciente, en éste caso concreto, era hasta cómica, pero a la vez lamentable y penosa. Inaceptable el trato que reciben los pacientes en ésta sala de urgencias mientras esperan una atención inmediata que en algunos casos hasta la vida le va en ello. ¿Habrá sitios más adecuados donde hablar y comentar la jugada del fin de semana o el último tik-tok de la influencer de turno que en plena sala de urgencias? Por favor!!!! un poco de humanidad y seriedad profesional en el trato al paciente, que lo último que desea es escuchar sandeces y chismes de barrio entre compañeros, porque bastante tiene ya con aguantar su dolencia.

Pero no se vayan todavia!!, aún hay más. Tras hablar con el médico (si es que merece tal noble título), simplemente les dijo a la enfermeras/auxiliares, que le administraran un pastilla y un pinchazo para lo que a su juicio era un ataque de ansiedad, no ví yo al menos durante el tiempo que alli estuve una exploración en profundidad atendiendo a los síntomas del paciente, acto seguido, el Dr volvió a su despacho. Yo permanecí junto a mi esposa que allí seguia peleándose con la silla de ruedas, entre nervios y dolores, y no terminar en el suelo.

Una vez fuera de urgencias y con el informe en la mano, un ángel guardian apareció, una trabajadora de la recepción al ver nuestro desconcierto, habló e insistió al médico para que le hiciesen un electro ¡¡menos mal, alguién que se toma en serio al paciente!!. Volvió a salir el doctor, ya con ciertas dudas de, si procedió bien, o pasó por alto la veracidad de la palabra del paciente, y finalmente optó por lo fácil y seguro; derivarnos al HUCE.

Señores lectores, lo que a las 17:30 era un ataque de ansiedad y con una pastilla arreglado, a las 20:30 ya en Hospital Universitario, terminó en la activación por parte de la doctora de guardia en urgencias, del protocolo ICTUS. Cómo cambia la historia ¿verdad?, pues asi fué.

Increible la actuación que tuvieron el personal sanitario del HUCE, tanto enfermeras, auxiliares, y la propia Dra, a los cuales desde aquí, quiero dar las gracias y recalcar su ejemplar actuación y profesionalidad.

Ésta carta la escribo desde la habitación 118, sentado frente a la cama donde se encuentra ingresada mi esposa desde el jueves, hoy es miércoles. A la espera de pruebas, mi esposa, se encuentra bien, pero le están realizando un estudio para buscar el origen del problema y si hubiera lesión por ese posible Ictus. Mientras, en la sala de urgencias de la Septem las señoritas auxiliares y/o enfermeras seguirán limándose las uñas, aguantando a algún pesado paciente dolorido de..... bueno, da igual de qué, ¿verdad?.

Para terminar, reiterar la ejemplar actuación del personal sanitario de urgencias del HUCE y su profesionalidad, muchas veces de manera injusta, puesta en duda por una pequeña parte de la ciudadanía. Quizás y seguro que todo es mejorable, más profesionales, más personal, más presupuesto... pero esa no es su guerra, la guerra de los médicos y sanitarios de nuestro hospital, es el paciente, el enfermo, y creo que esa guerra, bajo mi punto de vista, la libran dia a dia notablemente. Gracias HUCE.

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