COLABORACIÓN
Relatos del chusco y el chusquero
COLABORACIÓN
Denominación: bollo de pan fabricado con harina candeal, que se fabricaba y se suministraba por la intendencia militar a todos los cuarteles de Ceuta, así como la Guardia Civil y Hospital Militar.
La ración consistía en dos piezas grandes de 150gr. cada una y una pequeña de 100gr., o sea 400gr. El obrador estaba situado en la calle Brull, junto a la iglesia de Nuestra Señora del Valle y enfrente de la jefatura de intendencia. La harina se suministraba de la fábrica que existía en Otero y los sacos pesaban 90kg. Ya por los años 1980 se fabricaban diariamente 18.000 raciones. Podemos imaginarnos el trabajo de estos abnegados panaderos, el trabajo se distribuía en dos turnos las 24 horas del día.
Como recuerdo de aquello, me gustaría nombrar algunos de los capataces y panaderos, sintiendo no poder nombrar a todos, pues la lista sería interminable.
Luis Barranco, Ángel Pino, Manuel Canto, los hermanos Urbano Canto, Miguel Cena, Sánchez Rico, Sánchez Benítez, Juan García y M. Díez Córdoba. Estos panaderos también eran destacados por un mes al Peñón de Vélez de la Gomera para realizar sus labores como panaderos.
Con fecha a 15 de octubre, se celebraba la patrona de de intendencia Santa Teresa y se fabricaba el famoso “preñaíto”, que consistía en introducir un chorizo dentro del chusco pequeño para el deleite de todos. Pegado a la iglesia del Valle, había un kiosco de madera, regentado por el señor Barroso, que preparaba los chuscos con unas tortillas con chorizo o atún para el deleite de la tropa y no tropa del cuartel del 54, que junto con una cerveza de 3/4 África Star y a las 10:00h de la mañana, los veía entrar en el Nirvana, que es lo más cerca que se está de dios , ¡qué felicidad!
Por desgracia, para los mortales en el año 2000, se cerró la panadería, pasando la fabricación del pan a la Agrupación Logística, pero el formato chusco se perdió y se creó unas barras tipo molleta. Vamos a imaginarnos por un momento, que si dios, con su inmensa sabiduría hubiese mandado en vez del maná que caía del cielo por las mañanas, cayeran chuscos , más de uno habría salido con un chuscazo en la cabeza. Pero claro, de ahí viene el dame pan y dime tonto o sarna con gusto no pica.
Sepan todos los mortales que comimos chuscos desde el Comandante General, pasando por más de medio Ceuta y hasta el churrero de Hadú. Con todo esto y un poco de chispa, recordamos con todo el dolor de mi alma que perdimos, Cuba, Puerto Rico, Filipinas, Guam y el CHUSCO. Esperemos no perder nada más, ahí lo dejo.
El chusquero
En el argot de la calle, el chusquero era aquella persona que al no tener prácticamente oficio ni beneficio, ingresaba en el ejército por su quinta o voluntario y se reenganchaban periódicamente, viniendo y comiendo en el cuartel. En Málaga se escuchaba decir, entre la tropilla que los chusqueros estaban compuestos por estudiantes, fracasados, curas arrepentidos y desertores del arado. Se ascendía Cabo por curso regimentales y para Cabo primero lo mismo, pero los exámenes se realizaban en cada región Militar correspondiente, como eran en Madrid, Sevilla, Valencia, Barcelona, Zaragoza, Burgos, Valladolid, La Coruña y Granada. Hasta aquí todo está bien, de Cabo primero a Sargento ya era otra cosa, pues no todos los años se convocaban plazas y tocaba esperar cumpliendo trienios, pues habían militares que con más de ocho años en el servicio seguían siendo Cabo primero. Te daban tres convocatorias y si no aprobabas no podías continuar en el ejército. Hubo 14 promociones para Sargentos de todos los cuerpos, de los cuales diez se realizaron en las respectivas regiones militares y las cuatro restantes en diferentes centros, como por ejemplo Infantería se realizaron en Toledo. A partir de 1975 se creó la A.G.B. de Suboficiales y de esa forma se acabó el chusquero. Claro que, como todo cambia en la vida, los recuerdos perduran, yo he visto a un alto mando decirle a sus Oficiales, salidos de las academias, “Pegaros a los chusqueros que se les se las saben todas, que la experiencia es la madre de la ciencia”. Es curioso ver la evolución en la vida cuartelera en la década 60-70, en las compañías cuando había un desfile con los soldados de quinta, con sus correajes de cuero y botas con polainas, al pasar dejaban un fato algo desagradable para algunos o algunas, pero a las mujeres se les encendían las mejillas. El olor era algo así como a sudor, cuero y “MACHO“. Yo que conservo un buen cartabón, oteo con la napia los desfiles de hoy y capto con la pituitaria el aroma que me llama la atención, es el olor a desodorante AXE y a Chanel Nº5, y a las mujeres ya no se le encienden las mejillas.
Todo tiene su explicación, en la década citada de los 60-70 el soldado que disponía de un Tarrito de colonia “VARÓN DANDY“ y usaba unas gotas, después de afeitarse con cuchilla y no cortarse, dejaba un aroma por el cuartel que ya hubiese querido para así Petronio en sus paseos por la Roma antigua. En el año 2001 se acabó la mili y tenemos este ejército profesional, con hombres y mujeres que usan bragas y slip de algodón, que son muy transpirables, pues vaya, mi reconocimiento para aquellos “GAYUMBOS“ de muselina morena que te daban al entrar en la mili, que lavándolos con jabón lagarto, una vez secos, se quedaban de pie. Y volviendo a los famosos chusqueros, muchísimos ascendieron a Comandante de lo que doy fe, ¿tendría algo que ver el “CHUSCO“?. ¡Por cierto, hay que reírse mucho en la vida, que es bueno para la salud!
También te puede interesar
COLABORACIÓN
Relatos del chusco y el chusquero
ALGO MÁS QUE PALABRAS
La poética Navidad; conmemoración universal
COLABORACIÓN
Ceuta también le debe una estatua a sus barrenderos
UNA SEMANA DE RADIO LOCAL
Más de Uno Ceuta
Lo último