Año 1 d. V.: Vox cumple su primer aniversario sin Carlos Verdejo

POLÍTICA

Doce meses después de darse de baja en el partido, el diputado a la Asamblea sigue siendo miembro de su grupo parlamentario, aunque sin respetar su disciplina

Carlos Verdejo exhibe un recorte de prensa durante una sesión del pleno municipal
Carlos Verdejo exhibe un recorte de prensa durante una sesión del pleno municipal | Reduan
Anselmo F. Caballero
15 nov 2025 - 18:03

Un año después, Carlos Verdejo, como el Bartleby de Melville, continúa ahí. Los miembros del grupo parlamentario de Vox en la Asamblea se han acostumbrado a su presencia en las sesiones plenarias, justo al lado, un vecino incómodo, votando según su propio criterio y jactándose de esa actitud indisciplinada con la que sabe irritar a sus compañeros de escaño.

Y es que Verdejo, aunque no abandona, no debería de estar donde está. O eso es, al menos, lo que es presumible que piense el presidente de Vox y diputado a la Asamblea, Juan Sergio Redondo.

Este 11 de noviembre hacía un año desde que la dirección nacional del partido aceptaba la solicitud de baja como militante cursada por quien fuera secretario general de la formación en Ceuta. Verdejo abandonaba las filas de la organización en la que se hizo un nombre en la política local, una reputación dudosa, cimentada sobre declaraciones extremadas, salidas de tono y la defensa numantina de una suerte de reactualización del añejo principio de la limpieza de sangre. El diputado rebelde se había ido, pero si Redondo o alguno de los dos diputados que aún le rinden fidelidad le pedían que renunciara también a seguir formando parte del grupo municipal, Verdejo, como Bartleby, respondía: “Preferiría no hacerlo”.

El ya exmilitante de Vox se había erigido durante la anterior legislatura en el azote de todos y cada uno de los grupos políticos del plenario municipal. En su condición de portavoz de Vox en la Asamblea, y secundado por un discreto Redondo, Verdejo arremetió contra tirios y troyanos, protagonizó zapatiestas con miembros del Gobierno y la oposición, vociferó, intercambió insultos y consiguió causar severos ataques de estrés y crisis emocionales a sus adversarios políticos.

Verdejo y Redondo conversan en la Asamblea
Verdejo y Redondo conversan en la Asamblea | El Pueblo

Este comportamiento le granjeó una reputación que parecía ser del gusto de los militantes más belicosos pero que para la dirección de Vox, un partido no precisamente inclinado a la templanza y la contención, resultaba incluso excesiva.

El inicio de la nueva legislatura comenzaba con el relevo de Verdejo al frente de la portavocía de Vox en la Asamblea, responsabilidad que desde entonces desempeña Juan Sergio Redondo. La designación de Teresa López como su adjunta acabó por revelar que, al menos en este caso, el presidente del partido no se condujo con la necesaria perspicacia política. López, a día de hoy, tras abandonar la disciplina del grupo municipal de Vox, ejerce como diputada no adscrita. Precisamente, la condición en la que a Redondo le gustaría encontrar un día a Verdejo.

Hacía meses que López y Verdejo habían comenzado a actuar por su cuenta, una actitud que les valió en marzo pasado la suspensión cautelar para la representación institucional y parlamentaria bajo el argumento de que habían incumplido el reglamento del partido. Un mes después, Teresa López abandonaba Vox y su grupo parlamentario. Verdejo tardaría todavía siete meses en darse de baja como militante. Y en cuanto a su salida del grupo, prefirió no hacerlo.

Ni siquiera la mediación de la dirección nacional del partido, que envió a Ceuta a su responsable de Acción de Gobierno, Monserrat Lluis, sirvió para hacer entrar en razón a los díscolos.

A partir de entonces, Verdejo redobló sus reproches y acusaciones contra sus excompañeros. En mayo lanzó los más afilados venablos contra Redondo, al que advirtió de que pondría sobre la mesa la presunta contratación irregular de asesores al servicio del grupo parlamentario. Sugirió que haría revelaciones comprometedoras (“Prepárate para todo lo que voy a contar”, llegó a amenazar al líder de Vox). Y planteó, repetidamente, su intención de cambiar su condición en la Asamblea para convertirse, como ya había hecho López, en diputado no adscrito. En verano, lanzó un comunicado bajo la marca “Hispanos”, la que presuntamente podría convertirse en la de una futura aventura política en solitario. Aunque, todas estas cosas ha preferido no hacerlas.

También te puede interesar

Lo último

stats