‘Fuerte Mendizábal’ revoluciona su modelo de intervención y recibe el Premio Meninas 2025
PREMIO MENINAS 2025
La directora Nonia Velázquez defiende que el centro “ya no es sólo custodia”, sino un espacio de intervención integral que combina educación, deporte y programas de reeducación
Ceuta/ La directora del Centro Penitenciario de Fuerte Mendizábal, Nonia Velázquez Calleja, asegura que el Premio Meninas 2025 supone “un reconocimiento histórico” para una prisión que, afirma, “ha dejado de ser vista únicamente como un lugar de custodia para convertirse en un espacio de intervención integral”. El galardón, otorgado por la Delegación del Gobierno, destaca el compromiso del centro con la prevención de la violencia de género y la protección de víctimas y agresores en proceso de reeducación.
Velázquez explica que el último año ha estado marcado por tres logros que, afirma, han transformado el funcionamiento interno: el avance educativo, la reducción drástica de incidentes graves y la consolidación de la digitalización. El primero, asegura, ha sido “el pilar sobre el que ha girado todo lo demás”.
La digitalización total del centro y la caída del 60% de incidentes graves son ‘señales claras’ de que el modelo funciona”
La directora detalla que la cifra de internos matriculados ha crecido de forma “exponencial”, pasando de algo más de 60 alumnos en 2022 a 99 en 2024 en enseñanzas iniciales, secundaria y bachillerato. A ello se suma la presencia de tres internos cursando estudios en la UNED, un dato que considera “un indicador inequívoco” del cambio cultural dentro del centro.
Según Velázquez, el enfoque educativo ha tenido un “efecto dominó” en todas las áreas. Los internos se están incorporando cada vez más a actividades formativas, ocupacionales y programas específicos de intervención, lo que ha permitido ofrecer “una atención verdaderamente integral”.
El segundo logro que destaca es la reducción de incidentes graves y muy graves, que se ha desplomado casi un 60 %. La directora atribuye este avance tanto a la implantación de nuevos protocolos de seguridad como a la “profesionalidad incuestionable” de la plantilla.
Los indicadores internos muestran un aumento del compromiso educativo, menos sanciones y mayor participación en actividades formativas y deportivas
El tercer hito ha sido la digitalización completa de los procedimientos internos: control de accesos, visitas, paquetería, requisas, partes disciplinarios y otros procesos administrativos. “Hoy todo está consolidado digitalmente, y eso nos permite intervenir de manera más eficaz”, afirma.
Fuerte Mendizábal ha recibido el Premio Meninas 2025 junto a instituciones como el CETI, Integralia, Plena Inclusión, Equal de Cruz Roja o la Universidad de Granada. Para Velázquez, “entrar en esa lista es un orgullo enorme” que la plantilla vive con especial satisfacción.
La directora subraya que el galardón también legitima las actuaciones del centro y “pone contexto” a años de trabajo en prevención y sensibilización de la violencia de género. Además, sostiene que impulsa a los equipos a explorar nuevas líneas de intervención.
Sobre los motivos que habrían llevado al jurado a elegir al centro, Velázquez cree que ha pesado su modelo transversal. “No son intervenciones aisladas. Aplicamos un itinerario integral que abarca educación, formación, empleabilidad y programas específicos. Creo que eso ha sido clave”, sostiene.
Preguntada por el impacto del reconocimiento en la sociedad, la directora señala que su valor es incalculable. “Nuestro contexto es de encierro, y es difícil que desde fuera se entienda la finalidad real de un centro penitenciario. Este premio ayuda a visibilizar que aquí se trabaja para que las personas salgan mejores de lo que entraron”, apunta.
Entre las iniciativas destacadas, el taller de teatro se ha convertido en uno de los ejes más innovadores. Reconocido en un festival internacional, reúne a internos condenados por violencia de género y a víctimas, lo que permite trabajar la empatía, desmontar estereotipos y reflexionar sobre conductas dañinas.
El deporte es otro pilar fundamental. La prisión cuenta con un monitor deportivo y un educador dedicados a talleres de habilidades y hábitos de vida saludable. Según Velázquez, la práctica deportiva ayuda a combatir factores de riesgo como la agresividad o la incapacidad para resolver conflictos, y fomenta la “masculinidad cooperativa”.
Las salidas programadas, tanto educativas como terapéuticas, funcionan como un “ensayo en libertad” que permite evaluar avances sin la autonomía que implican los permisos. Estos últimos, por su parte, van acompañados de formación sobre órdenes de alejamiento y medidas judiciales, “no sólo como obligación legal, sino como garantía de protección”.
El centro ha duplicado también el número de penados en el programa de intervención en violencia de género, pasando de 35 a 61 participantes, además de reactivar el programa “Ser Mujer”, destinado a víctimas.
La colaboración institucional es otro de los pilares. La prisión trabaja estrechamente con la Unidad de Coordinación contra la Violencia de Género, la Policía Nacional, la Unidad de Menores y la autoridad judicial para la gestión de riesgos, permisos y situaciones familiares sensibles. “Desgraciadamente, los menores son muchas veces los grandes perjudicados y es esencial protegerlos”, señala Velázquez.
El centro ha duplicado su participación en programas de violencia de género, alcanzando 61 penados en intervención y ampliando la oferta de acciones preventivas
En el ámbito de la reinserción, la directora insiste en que los programas más eficaces son los que combinan intervención psicológica, habilidades sociales, deporte y un itinerario personalizado. Aunque no cuentan con datos de reincidencia —centralizados a nivel estatal— sí manejan indicadores internos sólidos: más participación en la escuela, menos sanciones disciplinarias y una creciente adhesión a actividades significativas.
Respecto a la colaboración con ONG, Velázquez es tajante: “Son como los dedos de una mano; no puedes prescindir de ninguno”. Cita alianzas con Plena Inclusión, Salud Mental Ceuta, Márgenes y Vínculos, CEPAIN o ELIN, entre muchas otras.
La prisión ha renovado también el convenio con la Federación de Fútbol, que permite mantener la escuela deportiva, talleres de convivencia familiar y hábitos saludables. Fuerte Mendizábal aspira además a incorporarse a la Liga Intercentros, con la experiencia de profesionales que ya han participado en equipos ganadores.
El crecimiento histórico en matriculación escolar impulsa un cambio cultural entre internos y reduce la conflictividad, según la responsable de la prisión ceutí
Otra de las apuestas en marcha es la implantación del Pickleball, una modalidad adaptada del tenis con apoyo de la Federación de Tenis y deportistas vinculados a la Policía Nacional.
Por último, el centro trabaja con la entidad Eslabón y Andalucía Acoge para acompañar a internos inmigrantes sin documentación y ayudarles a regularizar su situación y acceder a oportunidades laborales. “Son personas que viven aquí, que están asentadas, pero que necesitan apoyo para salir adelante”, afirma.
Con todas estas líneas en marcha, Velázquez resume el momento del centro con una convicción firme: “Vamos por el buen camino”.