La Justicia europea abre la puerta a frenar las devoluciones en caliente de Frontex

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En la misma semana, además, el Tribunal Supremo confirmó la absolución del vicepresidente de Italia y líder de La Liga, Matteo Salvini, en el caso Open Arms

Agente con el logo de FRONTEX / Archivo
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Redacción
21 dic 2025 - 19:18

La Justicia europea ha marcado esta semana un hito en materia de derechos humanos y control fronterizo. Por primera vez, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha concluido que la agencia comunitaria Frontex tuvo responsabilidad en una expulsión irregular, en este caso la devolución en caliente del refugiado sirio, Alaa Hamoudi, ocurrida en 2020.

El fallo supone un avance significativo para las personas migrantes y solicitantes de asilo, al reconocer la posibilidad de exigir responsabilidades a la agencia europea de fronteras. Además, abre la puerta a futuras acciones judiciales contra Frontex y contra las prácticas de control migratorio desarrolladas en las fronteras exteriores de la Unión Europea.

Este pronunciamiento judicial coincide, además, con otra decisión relevante en el ámbito migratorio adoptada en Italia. Allí, el Tribunal Supremo confirmó esta semana la absolución del vicepresidente del país y líder de la Liga, Matteo Salvini, en el denominado caso Open Arms. El dirigente había sido acusado de impedir durante veinte días el desembarco de más de 140 personas rescatadas en el Mediterráneo por la ONG española en 2019, por unos hechos para los que la Fiscalía solicitaba seis años de prisión.

La odisea de Hamoudi

Hamoudi alcanzó la isla griega de Samos el 28 de abril de 2020 tras huir de la guerra en Siria, con la intención de solicitar asilo en Europa. Su aspiración era encontrar seguridad y estabilidad en un país en paz, un objetivo que describió tiempo después en una entrevista concedida a RTVE Noticias.

Sin embargo, su llegada a territorio europeo apenas duró unas horas. Ese mismo día fue interceptado en tierra por la Policía griega junto a otras personas migrantes y devuelto al mar en una operación de expulsión inmediata. Durante cerca de veinticuatro horas permanecieron a la deriva, expuestos al oleaje y a las maniobras de las patrulleras que trataban de impedir su regreso a la isla. A bordo de una embarcación precaria, que él mismo definió como un “bote de la muerte”, la prioridad era sobrevivir.

Al día siguiente, una patrullera de la Guardia Costera turca los rescató y los trasladó a Turquía. Allí, Hamoudi fue detenido durante dos semanas y se le retiró la documentación. El tiempo que pasó en el país estuvo marcado por la incertidumbre y el desgaste psicológico, agravados por la falta de papeles y el temor constante a una posible devolución a Siria. Tras meses de espera, consiguió finalmente solicitar asilo en Alemania, donde reside en la actualidad.

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