El juez Miguel Ángel Cano, homenajeado por su lucha contra la Violencia de Género
25N
El magistrado ha recibido el XV reconocimiento de manos del presidente de Ceuta este martes. En su discurso, recordó el cariz criminológico de los casos de violencia contra la mujer y pidió la protección de las víctimas y el respeto de la presunción de inocencia de los acusados
Ceuta/ El magistrado del Juzgado de lo Penal número dos de Ceuta, Miguel Ángel Cano, quiso “honrar y agradecer” el galardón con el que fue distinguido por la Ciudad Autónoma este martes denunciando “la realidad de la violencia que se ejerce sobre las mujeres en diversas formas y manifestaciones”. Así arrancó el discurso con el que recibió el XV Reconocimiento en la Lucha contra la Violencia de Género que el Gobierno local entrega cada 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. El juez quiso en su breve intervención frente a diversas autoridades civiles y militares, reconocer “la gran complejidad del fenómeno”.
Cano tomó su galardón directamente de las manos del presidente del Ejecutivo local, Juan Vivas, en un acto celebrado pasadas las 10:00 horas en el salón del trono del Palacio Autonómico, que estuvo dinamizado por tres coreografías a cargo de tres bailaoras de la Escuela de Danza de María José Lesmes, todas ellas con canciones que hablan de la lacra que se denunció durante la cita. En su discurso, Cano recordó que “no es posible darle -a esta realidad- únicamente un tratamiento sociológico, político educativo o cultural” separándolo así de su “evidente” cariz criminológico.
“Si bien es cierto que está enraizado en un comportamiento atávico de marcado cariz criminológico y alcance social, también lo es que el mundo moderno ha acentuado la lacra, pero también ha encarecido la justa lucha contra ella”, expresó ante los ojos de todos los miembros del Gobierno local y de la oposición, a excepción de Vox, que tampoco participó en el Pleno Extraordinario celebrado minutos antes del acto de homenaje dedicado a leer una declaración institucional firmada por todos los diputados, menos por Juan Sergio Redondo -portavoz de Vox- y Teresa López -no adscrita y ex diputada de la formación de Santiago Abascal-.
Miguel Ángel Cano no considera que, como la “conmemoración” de este martes “podría hacer creer, si no lo pretende”, la eliminación de esta “realidad delictiva” sea posible. “Por el contrario, sabemos que los crímenes acompañan al género humano desde su caída”, dijo. El juez se adelantó a la posibilidad de que, al escuchar sus palabras, “alguien pudiera afearles pesimismo o fatalidad”, y añadió que es posible refutarlas “apelando a la esperanza inherente a la propia dotación de las instituciones políticas, administrativas y judiciales con que el Estado pone dique a la violencia sobre la mujer”.
Esta esperanza, defendió, se cristaliza en “el cumplimiento asumido por las administraciones públicas y la sociedad del deber de prevenir, educar, acompañar, integrar y, en definitiva, proteger a la víctima a la vez que se enjuician las causas”. Pero, a la vez, y “con no menos empeño”, apeló el magistrado a la obligación de salvaguardar “los derechos del ajusticiado”. La defensa de la presunción de inocencia es para Miguel Ángel Cano “la esperanza, si no el compromiso, con aquello que es verdadero y justo en sí mismo”, además de que les “dignifica como hombres y obedece a una razón que nos trasciende”.
Cano recordó que la violencia sobre la mujer se manifiesta “en distintas formas”, ejemplificándolas a través de las “vejaciones, coacciones, controles denigrantes, amenazas o maltratos”. Y defendió que la respuesta judicial a estas situaciones se ofrezca a través del enjuiciamiento de causas penales en las que se respeten “los imperativos de una previa acusación sostenida por una parte legítima” y “el respeto a los derechos fundamentales de todos los encausados. Entre estos, la importancia capital se tributa a la presunción de inocencia de todo acusado o acusada que no puede ser soslayada en ningún enjuiciamiento criminal”.
El magistrado del Juzgado de lo Penal Nº2 concluyó su discurso asumiendo que “este deber de lucha y compromiso” vincula “muy especialmente” a quienes, como él, profesan un ministerio, es decir, “un servicio para con la sociedad” y su “prójimo”, que, para Cano, “debería cristalizar en un renovado espíritu de servicio y de reconocimiento del superior interés y provecho del bien común y del ennoblecimiento de los poderes públicos”. Al hilo de “este afán confesado”, quiso rematar rememorando “las palabras de una mujer venerada en vida que después de ser interpelada sobre qué cambiaría para hacer un mundo mejor respondió me cambiaría a mí misma”.