Los futuros enfermeros aprender la técnica para poner vías de un solo pinchazo

Enfermería

Los sanitarios Sergio Toribio y Alejandro Artero han ofrecido un curso en la UGR para enseñar a canalizar accesos venosos y arteriales por medio de un ecógrafo, reduciendo el tiempo y el dolor en los pacientes

Los enfermeros Sergio Toribio y Alejandro Artero junto a los 17 estudiantes de Enfermería matriculados en el curso de punción guiada con ecógrafo
Los enfermeros Sergio Toribio y Alejandro Artero junto a los 17 estudiantes de Enfermería matriculados en el curso de punción guiada con ecógrafo | G.S.

Ceuta/ A menudo, el personal de Enfermería debe canalizar vías en brazos donde las venas son difíciles de ver y palpar. Pacientes oncológicos con deformaciones, personas con obesidad o neonatos con miembros diminutos. Para insertar el catéter, a veces pinchan una y otra vez hasta dar con el vaso, haciendo que el procedimiento se demore y, sobre todo, provocando “dolor, molestias y complicaciones” en el sujeto. Pero existe una técnica con la que el “éxito” de canalizar a la primera está “garantizado al cien por cien”, incluso en aquellos pacientes de difícil acceso venoso. Gracias a la punción ecoguiada, los enfermeros usan un ecógrafo para visualizar la vena en tiempo real y facilitar la introducción del catéter. Y desde este sábado, gracias a la universidad, 17 futuros sanitarios ya saben cómo hacerlo.

“Es que siempre me pinchan 20 veces, pero tú me pinchas solo una”. Es la frase que suelen oír los enfermeros que hacen uso de los ecógrafos. Aparatos con los que cuenta el Hospital Universitario de Ceuta (HUCE), aunque no se usen con tanta frecuencia como gustaría a los profesionales encargados de impartir el curso de extensión universitaria ‘Canalización de accesos venosos y arteriales ecoguiados’, que ha celebrado entre el viernes y el sábado su tercera edición en la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Granada (UGR) en Ceuta. El tándem a cargo de la formación, que es posible gracias al convenio vigente entre la Facultad y la Consejería de Sanidad, está formado por el profesor Sergio Toribio y el recientemente nombrado doctor en su área Alejandro Artero.

A sabiendas de que falta formación y continuidad en el uso del ecógrafo, los enfermeros llevan la herramienta cada año a las aulas de los futuros sanitarios, que reciben de manera gratuita un aprendizaje que puede costar unos 600 euros. También ofrecen el curso a profesionales del sector a través del Colegio de Enfermería de la ciudad. “La idea es capacitar y formar a todos los enfermeros y enfermeras, pero también al estudiantado”, explicó Toribio minutos antes del inicio de la clase de este sábado, que estuvo centrada en la práctica desde las 10:00 horas. El viernes, en horario de mañana y de tarde, se enfocaron en la teoría. En total, fueron 17 los alumnos matriculados en un curso que los dota de 1,5 créditos. Son estudiantes de todos los cursos del grado. “La idea es dar a conocer una técnica novedosa, aunque lleva ya varios tiempos instalada en la península, de otra forma de canalizar una vida con ecografía. Y eso le interesa tanto al alumno de primero o de segundo como al de cuarto”, aclaró el profesor de la UGR.

Para la práctica, el estudiantado fue dividido en dos grupos, uno con cada formador. Tuvieron que seleccionar a uno de los alumnos para que simulara ser el paciente. Tumbado en una de las mesas del aula, los enfermeros en formación fueron realizando la canalización uno por uno, siempre guiados por Toribio y Artero. La técnica consiste en introducir una aguja en una vena o arteria asistida por un ecógrafo en tiempo real, para aumentar la precisión y la seguridad del procedimiento. Para ello, en primer lugar, tomaron el ecógrafo portátil y lo conectaron a un teléfono móvil o tableta en cuya pantalla visualizaban la imagen. Los estudiantes practicaron la punción sobre simuladores anatómicos o “fantomas” de silicona, que contienen tubos rellenos de suero que imitan vasos sanguíneos.

Para Alejandro Artero, la importancia de esta formación reside en la posibilidad de acercarlos a “la realidad y el presente de la Enfermería”. Aseguró que el alumnado que acude al curso da muestras de estar “muy bien formado”, aunque recordó que, incluso profesionales con más de 25 años de experiencia, como es su caso, necesitan seguir formándose. “Les doy las gracias a ellos por venir, porque esto el presente, ya no el futuro. Este es el presente de la Enfermería, el uso del ecógrafo. La voluntad de venir, de aprender esto, y no cuando ya sean profesionales, es meritorio para ellos”, afirmó.

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