Huelga de médicos
Solo 30 médicos han secundado la huelga en Ceuta y Melilla, según INGESA
Huelga de médicos
Ceuta/ Esta madrugada, el otorrinolaringólogo del Hospital Universitario de Ceuta (HUCE), Enrique Roviralta, permaneció desde la medianoche hasta las tres en quirófano, operando de urgencia a un paciente. El viernes, su consulta le esperaba de nuevo a las 8:00h. Como él, muchos de sus compañeros son sometidos a largas jornadas semanales con guardias que les retribuyen por debajo de las horas ordinarias, que no computan para la jubilación “y que rompen la salud y la vida de quienes cuidan de la salud de todos”. El especialista se sumó al medio centenar de facultativos que se concentraron pasadas las 11:30h a las puertas del HUCE para exigir al Ministerio de Sanidad una regulación propia de su profesión, al margen del resto de categorías sanitarias, a través de un estatuto médico. Buena parte de ellos secundaron una huelga convocada a nivel nacional con la que buscan presionar a la administración para que redacte un texto que acabe con problemas crónicos como, precisamente, la gestión de las guardias.
Roviralta fue el primero en dirigirse a la prensa tras una pancarta sostenida por profesionales ataviados con batas blancas o pijamas de quirófano. Comenzó pidiendo disculpas a los pacientes que se hayan visto afectados” por el paro. El presidente del Sindicato Médico de Ceuta (SMC), convocante de la movilización, defendió la necesidad de un estatuto propio para que se reconozca su “singularidad”, “especificidad”, “años de formación” y “liderazgo clínico”. “Simplemente queremos que se reconozcan nuestras condiciones laborales. Si la cosa sigue así, ningún médico querrá trabajar en el Sistema Nacional de Salud”.
El también máximo responsable del Colegio de Médicos, que anunció hace días su apoyo a las reivindicaciones, dio paso a la neumóloga Cintia Merinas, que leyó el manifiesto elaborado por la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM), convocante de la huelga nacional junto al Sindicato Médico Andaluz. Una huelga que, según informó INGESA al mediodía, ha tenido un seguimiento del 6,41% en las dos ciudades autónomas, siendo secundada en Ceuta por 30 médicos en el turno de mañana. Tras la que ejerció como portavoz del SMC intervino también la oftalmóloga Kumari Nanwani, que leyó el texto redactado por la asociación Médicos Unidos por sus Derechos (MUD), de la cual es la delegada local.
Nanwani también se dirigió, en primer lugar, a los pacientes. Durante la lectura del manifiesto, advirtió que los enfermos preguntarían: “¿Qué hacéis aquí y no en vuestras consultas, vuestros quirófanos, vuestras ambulancias?". Les respondió: “Hoy hemos dejado por un día aquello a lo que dedicamos toda nuestra vida. Lo hemos dejado por ellos: por nuestros pacientes y por toda la sociedad. Porque, conscientes de la degradación del sistema, es nuestro deber advertir de las consecuencias de seguir devaluando la profesión médica”. Para lograr el objetivo marcado llegarán “hasta el final”, planteándose la posibilidad de una huelga indefinida.
“No sólo no se están escuchando nuestras demandas en las numerosas reuniones mantenidas -con el Ministerio-, sino que además nos encontramos con que la última propuesta ministerial es directamente un atropello intolerable a los derechos de los trabajadores sanitarios en general y de los derechos de los médicos y facultativos en particular, que pone en riesgo el futuro de la sanidad pública”, pronunció Cintia Merinas mientras leía el manifiesto elaborado por la CESM. El colectivo médico busca que sus condiciones laborales se regulen de manera independiente al resto de sanitarios, como actualmente sucede a través del vigente Estatuto Marco -sin actualizar desde 2003-.
La obsolescencia del actual Estatuto Marco tiene en pie de guerra al resto de categorías, representadas a través de otros sindicatos profesionales -como los de Enfermería o auxiliares- o de clase -CCOO, CSIF y UGT-. Pero el personal de Medicina considera sumar suficientes particularidades como para librar su propia batalla. Quieren un estatuto exclusivo para ellos y un ámbito de negociación propio “que no silencie” su voz. Demandan ser interlocutores directos con el Ministerio de Sanidad, ya que, al representar solo el 18% de la plantilla del SNS, consideran que sus necesidades quedan opacadas por las de otros colectivos mayoritarios.
“Durante años, nuestro sacrificio por el paciente se ha confundido con docilidad. Esa docilidad nos ha llevado a sufrir una serie de abusos que han degradado la profesión hasta hacerla, en ocasiones, impracticable. Hoy decimos basta. Hoy nos rebelamos. El abuso se acabó”, expresó Kumari Nanwani, de MUD, leyendo su manifiesto. Aseguró que este viernes se rebelaban, en primer lugar, “contra la idea de que en sanidad todo es lo mismo”. Tras aclarar que “todos” son “importantes”, matizó que “el médico lidera y organiza el proceso asistencial, por interés del paciente”. “Sin médicos no hay sanidad (…). Sin médicos no habrá más que una pseudomedicina incapaz de atender como es debido”.
“No pretendemos ser prepotentes -esbozó Enrique Roviralta-. Ni queremos exclusividades ni prerrogativas, solo que se nos trate como debemos”. La delegada de MUD manifestó su “indignación” ante las jornadas de los médicos y la sobrecarga laboral: “Mientras en España se debate reducir la jornada a 35 horas, nosotros seguimos con 48 de media, acumulando semanas de más de 90 horas. Horas que no computan para la jubilación, que se pagan por debajo de la hora ordinaria”. Denunció también “el desfase salarial” que les ha relegado, según afirmó, “al furgón de cola en Europa”. “Sueldos base insuficientes, con complementos opacos y variables que no reconocen la especialidad, la complejidad ni la penosidad. Precariedad tras años de formación: con contratos de semanas o meses que impiden un proyecto de vida”.
Desde la CESM, a través de su manifiesto, reprocharon la “supresión inasumible de derechos laborales” que contempla el último borrador del Estatuto Marco propuesto por el Ministerio. Con medidas como la reducción del descanso semanal al que tienen derecho los médicos de 36 horas a 24, la movilidad forzosa “sin un preaviso suficiente” o convocatorias de plaza cada tres años y no cada dos.
Entre los agravios desglosados por la neumóloga del HUCE: ausencia de la obligación de ratios adecuadas o de incentivos para puestos de difícil cobertura; suprime criterios comunes a nivel nacional y el derecho al ejercicio efectivo; elimina el Plan de Conciliación; o les deja “sin el 100% del sueldo en Incapacidades Temporales, maternidad o riesgo y sin negociación de las vacaciones en las mesas sectoriales”. También se quejan de que “hace una definición vaga de la jornada ordinaria y suprime la retribución justa de las guardias, que sea mínimo como la ordinaria”; “señala que en escasez de recursos no hay límites de jornada ni descanso”; y “elimina medidas preventivas de Salud para el personal a turnos y no hay compensación por exención de turnos”.
"Queremos que las condiciones laborales de los médicos se negocien por los médicos y no por otros profesionales que nunca ejercerán nuestra profesión ni la entienden”
“Quizás habría que preguntarle al ministerio cómo se gestiona un sistema sanitario sin médicos, porque es lo que ocurrirá si no se pone fin a la fuga de talento que atraviesa el Sistema Nacional de Salud por las circunstancias en las que se les obliga a ejercer. La crisis de la sanidad pública es también la crisis de la medicina pública, y no estamos dispuestos a seguir siendo testigos de este deterioro.
Ante estos cambios, los médicos han “explotado”. Tras muchos años “viendo cómo se iban empeorando progresivamente las condiciones laborales de los profesionales” y “muchos meses de trabajo conjunto tendiendo la mano al ministerio para poder avanzar” sin que hayan visto sus frutos. La CESM emplaza al Ministerio a imaginarse un escenario en el que la sanidad careciera de su colectivo: “Quizás habría que preguntarle al ministerio cómo se gestiona un sistema sanitario sin médicos, porque es lo que ocurrirá si no se pone fin a la fuga de talento que atraviesa el Sistema Nacional de Salud por las circunstancias en las que se les obliga a ejercer. La crisis de la sanidad pública es también la crisis de la medicina pública, y no estamos dispuestos a seguir siendo testigos de este deterioro”.
Para MUD, el “tratamiento es claro”: “No queremos otro Estatuto Marco maquillado, ni un nuevo borrador con promesas vacías”. Exigen un Estatuto del Médico “que defina con claridad” sus funciones y “liderazgo clínico”, que fije “límites reales” de jornada y compute todo el tiempo trabajado para la jubilación, que pague “dignamente” y que asegure “estabilidad para atraer y retener talento con condiciones competitivas europeas”. Y, sobre todo, un Estatuto “que permita que las condiciones laborales de los médicos se negocien por los médicos y no por otros profesionales que nunca ejercerán nuestra profesión ni la entienden”.
Una de las principales medidas que, esperan en el colectivo, se incluya en el deseado Estatuto Médico se centra en la jornada laboral y en la regulación de las guardias. Los médicos exigen horarios ajustados a la realidad de su trabajo, el carácter voluntario de las guardias, su retribución justa, el respeto a los descansos obligatorios y el reconocimiento de esas horas en el cómputo para la jubilación.
También solicitan una clasificación que reconozca el elevado nivel de cualificación y responsabilidad de los facultativos, acompañado de mejoras retributivas que dignifiquen la profesión. Los médicos pertenecen a la categoría profesional A1, como el resto de graduados universitarios (con 240 créditos ECTS), pero piden la creación de la categoría A1+, que acredite los 120 créditos de más con los que finalizan su formación, al ser de 6 años y no de 4.
Además, reclaman una mejora sustancial de las condiciones del periodo de residencia, al entender que el actual sistema MIR mantiene a los jóvenes médicos en una situación laboral precaria. Otro de los puntos señalados es el relativo a la compatibilidad y la movilidad. CESM y MUD rechazan que se impongan restricciones excesivas al ejercicio en el ámbito privado y se oponen a que los médicos puedan ser desplazados de manera forzosa entre centros o territorios. Consideran que estas medidas suponen un menoscabo de sus derechos laborales y profesionales.
En cuanto a la jubilación y la salud laboral, el colectivo médico defiende la posibilidad de una retirada flexible entre los 60 y los 70 años, así como el reconocimiento de la penosidad inherente a su actividad. Reivindican que las guardias computen a efectos de jubilación y piden medidas efectivas para prevenir el desgaste profesional y el síndrome de burnout, cada vez más extendido entre los facultativos.
La cuestión de los recursos humanos ocupa también un lugar central en las demandas. Los sindicatos exigen plantillas adecuadas, ratios realistas que permitan atender la demanda asistencial sin sobrecargas y la cobertura de plazas vacantes con el fin de reducir la precariedad y la temporalidad en el sector. Finalmente, solicitan que el sistema de evaluación del desempeño profesional tenga un carácter positivo y no punitivo, que premie la experiencia, la formación y el esfuerzo de los médicos en lugar de convertirse en un mecanismo sancionador.
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