Protestas de facultativos
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Huelga de médicos
Tercer día de huelga nacional de médicos, tercera concentración a las puertas del Hospital Universitario de Ceuta (HUCE). Este jueves se han asomado más batas blancas de lo normal. Más de una treintena de facultativos se han sumado a la movilización convocada por el Sindicato Médico (SMC), cuyo presidente, Enrique Roviralta, ha acusado al Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (INGESA) de ser “una máquina compulsiva de mentiras” por el seguimiento que viene realizando del paro. El sindicalista ha rechazado con rotundidad los datos ofrecidos por la institución, que cifró en un 8.4 por ciento el apoyo al paro en la ciudad autónoma durante su segunda jornada, mientras el SMC habla del “70 por ciento”.
Roviralta, quien resta credibilidad a las cifras de 17 y 16 médicos que secundaron la huelga durante sus dos primeros días respectivamente según INGESA, ha detallado esta mañana las consecuencias que las protestas están teniendo sobre los pacientes. Antes del desglose, el otorrino ha aclarado que para su colectivo los datos que estaba a punto de dar son “tristes”: “Para nosotros, esta huelga es un fracaso de la administración. A los médicos no nos gusta estar en huelga”. Como efecto del paro, este jueves se han suspendido todas las cirugías programadas, como ya ocurriera el martes y el miércoles. Además, se han cancelado las consultas de Urología, Traumatología, Cardiología, Oftalmología, Neurología, Neumología, Anestesia, Cirugía General y Otorrinolaringología. La atención de las urgencias está garantizada gracias a los servicios mínimos en cada una de las especialidades.
“Solo hay un culpable de esto: se llama INGESA y se llama Ministerio. Basta ya de querer enfrentar a la población. Nosotros vamos en favor del paciente, y lo único que queremos con esta huelga y estas concentraciones es que el Sistema Nacional de Salud sea viable”, expresó el presidente del SMC en declaraciones a la prensa, mientras sostenía una alargada pancarta en la que se leía la principal reivindicación del colectivo: un estatuto marco específico de su profesión. Por el momento, las movilizaciones han servido para que la ministra de Sanidad, Mónica García, concierte una reunión con los representantes de la entidad convocante, la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM).
Tras mantener un encuentro hoy en el Ministerio, han agendado otra cita para el 17 de diciembre. No han alcanzado acuerdos durante la reunión de este jueves, según informa el diario La Razón, aunque tanto el Comité de Huelga de la CESM como la administración se han comprometido a seguir negociando sobre seis puntos clave: un estatuto y un Ámbito de Negociación propios, una clasificación profesional adecuada, la jornada laboral médica, la declaración de Medicina como profesión de riesgo, la movilidad forzosa y la exclusividad. Es por ello que se han dado cita el miércoles de la semana que viene.
Los facultativos concentrados frente al HUCE entonaron proclamas como “Mónica dimisión”; “No es vocación, es explotación”; o “Mónica, rancia, nos vamos a Francia”. Roviralta explicó que muchos de los médicos jóvenes formados en España prefieren emigrar al extranjero en busca de mejores condiciones que las que les ofrecen en el SNS. La Organización Médica Colegial (OMC) cifra entre 300 y 500 los doctores españoles que se dan de baja de sus colegios profesionales cada año para trasladarse a otros países. “Las condiciones laborales no les son atractivas y prefieren irse al extranjero, a Francia, y, bien, se van a la privada. Lo que queremos es que se dignifique la profesión”, pidió el médico, que intervino ante los medios de comunicación tras la lectura de un manifiesto por parte de su compañera, la neumóloga del HUCE Cintia Merinas.
“Hoy levantamos la voz por vosotros, pero también por nuestros pacientes, por los que esperan, por los que viajan, por los que sufren retrasos y carencias que no deberían existir. Un sistema sanitario sin médicos es un edificio vacío, y un país que no cuida a sus médicos tampoco cuida a su gente”, pronunció la doctora mientras leía el texto. Los médicos quieren una regulación propia de su profesión, debido a las especificidades intrínsecas en ella, y buscan negociar de manera directa con el Ministerio, para acabar con una sensación de infrarrepresentación que llevan años arrastrando. Esto se debe a que las mesas de negociación con el Gobierno las forman sindicatos de clase y de otras profesiones -como la Enfermería- con más volumen en el SNS. El colectivo médico representa apenas un 16% del conjunto del sistema.
Pero, en paralelo, suman más créditos universitarios (360 frente a los 240 de la mayoría de grados), más años de formación (12) y ostentan la responsabilidad última sobre el paciente. Esto, sumado a las particularidades de su jornada laboral. Mientras el resto del funcionariado lucha por las 35 horas semanales, los médicos llegan a sumar más de 45. Además de ser los únicos sanitarios con guardias de 24 horas obligatorias, según han ido informando sus representantes durante estos días de movilizaciones. Para más inri, las horas de guardia no les computan como tiempo trabajado para la jubilación; además, les son retribuidas con una menor cuantía que las horas ordinarias.
La situación, según han expuesto, se agrava en Ceuta, donde trabajan médicos con más de 55 años a quienes la administración “deniega su derecho a exención de guardia”. “También hay compañeros que están hasta meses de guardia localizada seguidos. El médico es un trabajador, no un esclavo”, dijo Roviralta. Merinas también reconoció que en la ciudad autónoma “la situación es todavía más compleja”. “Vivimos una realidad asistencial que exige mucho más de lo que el sistema está dispuesto a ofrecer”, resumió. Criticó la “falta de especialistas, derivaciones constantes, servicios que desaparecen, recursos cerrados y una dependencia externa que dificulta la atención” a los pacientes.
“Seguimos porque creemos en nuestro trabajo, seguimos porque creemos en la gente de esta ciudad y queremos cuidarla. Seguimos porque la salud no es un lujo, es un derecho. Pero hoy decimos basta, basta de parches, de precariedad, basta de exigir sin ofrecer, basta de empujar profesionales a irse mientras externaliza lo que debería fortalecerse desde lo público”, continuó. Según la especialista, su profesión “que lleva demasiado tiempo sosteniendo el sistema sanitario con esfuerzo, vocación y sacrificio, mientras las administraciones miran para otro lado”. Denunció las “guardias interminables, falta de conciliación, presión asistencial creciente y continua, plantillas incompletas, precariedad en muchas comunidades y fuga constante de talento que este país no puede permitirse perder”. “No pedimos privilegios, pedimos justicia, pedimos condiciones dignas para poder cuidar mejor a quienes confían en nosotros, a nuestros pacientes, a vosotros”.
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