
Alemania ‘conquista’ Ceuta a través de una de sus tradiciones
Oktober Fest
El tradicional Oktober Fest vuelve a congregar a amantes de la cerveza, en esta ocasión en el Parque Marítimo
Son dos de los países más antiguos de Europa y, lógicamente, no siempre nos hemos llevado bien. En los últimos años, por ejemplo, nosotros les ganamos Eurocopas y ellos incrementan el número de individuos que llevan calcetines debajo de las sandalias. Les envíamos miles de obreros y nos devolvieron a Johann ‘Juanito’ Muhlegg, aquel esquiador al que le quitaron tres oros olímpicos porque se había tomado de todo menos la tensión. Ganamos Eurovisión gracias a los votos procedentes de aquel país, pero cada vez que Ángela Merkel comparecía en sus buenos años, los españolitos pasábamos más miedo que Don Pimpón en una lavadora.
Pero en el fondo, nos queremos. Y lo que el Bundestag separa, al final lo une la gastronomía. A ellos les encanta la paella. Nosotros siempre hemos considerado que, si los coches y relojes que fabrican son buenos, la cerveza tiene que serlo en consecuencia.
Así pues, Alemania ha conquistado Ceuta este sábado. Lo ha hecho, en concreto, la cerveza: a los alemanes les dió por celebrar la boda entre Luis I de Baviera y Teresa de Sajonia tomando cervezas en la calle como si no hubiera un mañana, y desde aquel 1810 han convertido la fiesta de Octubre (Oktober Fest) en una de sus más internacionales y arraigadas tradiciones.
Pero si Münich tiene al Bayern y el Jardín Botánico, en Ceuta tenemos el Parque Marítimo. Que encima celebra el 30 aniversario. Momento propicio para que la Oktober Fest de Ceuta -gorros y vestidos tiroleses en el Norte de África: si esto no es globalización que baje Dios y lo vea- se haya trasladado desde la ‘Plaza Vieja’ al recinto manriqueño.
La iniciativa, además, ha contado con una buena participación. Y todo parte de una idea local, de ‘Ceuta Star’: cervezas artesanales, hechas en Ceuta y una buena ocasión para pasar un estupendo rato con amigos y familiares alrededor de una mesa y en un marco incomparable. Y si es con música, mejor: los grupos The Kids y Fritanga, y los DJ’s locales Armand Bable y Emilio “La Araña”, con una selección musical de los años 80 y 90. En el Norte o en el sur de Europa, una de las cosas que hace la vida más fácil es ‘un ratito’ de escape. Bienvenidas, pues, sean iniciativas como estas.























