Los ceutíes apuran sus compras de Lotería a una semana del 'día de la Salud'

La escena es verídica. “He soñado con el 8, así que deme seis que acaben en ese número”. Quien hace este pedido es alguien que, además, tiene una historia entrañable. Un señor que vuelve a Ceuta, la ciudad donde hace la mili, treinta años después. “El cuartel donde la hice ya no está, y veo Ceuta muy cambiada”, nos dice. Su esposa nos pregunta donde hay un mercadillo para comprar algunos detalles. “Hemos comprado lotería aquí, ya que siempre nos gusta llevar algún número de donde vamos de vacaciones”. Y eso que vienen de una ciudad tradicionalmente con fortuna en esto de la Lotería, como es Hospitalet de Llobregat. Hace un par de años, sin ir más lejos, el sorteo más esperado dejó casi cuatro millones de euros en La Torrasa, uno de sus barrios más humildes.

La escena se produce en la Administración número 4 de nuestra ciudad, la ubicada en la Plaza de la Constitución. Ana Lehr, su dependienta, nos atiende con la amabilidad que le caracteriza. “Qué raro que vengáis los medios de comunicación por aquí, otro año más”, nos dice con cierta sorna.

Este año “los ceutíes están jugando, más o menos, un decimito. Hay quien viene buscando algún número en concreto, por alguna vivencia personal o por que pertenezca a algún colectivo”. Explicamos lo del colectivo: mientras hablábamos con Ana, un señor llega preguntando si es ahí donde puede retirar el número de su Cofradía. Volvemos a lo del promedio “unos diecinueve euros y medio, prácticamente un décimo por persona”, es lo que jugamos cada uno, al menos en esa administración.

Si de algo presumimos los ceutíes, es de ser patriotas. Y un buen español, sabido es, lo deja todo para última hora. Por supuesto, lo de la Lotería de Navidad no va a ser una excepción. “Si es cierto que la gente se anima a última hora. Es época de comidas navideñas, de juntarte con compañeros, de compras”... Y claro, la eterna pregunta ¿Y si toca aquí, y este año?. “Hay mucha gente que, en efecto, se anima ante la posibilidad de que la suerte caiga aquí”.

De momento, el Gordo nunca ha cruzado el Estrecho. Si ha habido gente que ha celebrado primeros premios, pero de terminaciones de máquina y de otros lugares. “Aquí, una vez, dimos un quinto”, recuerda Ana, que confiesa “que llevo algún numerito de la administración. Lo mismo, el día 22 cae aquí y no me veis”, dice entre risas. “Pero si cae el Gordo aquí, lo celebraremos igualmente”. También tienen lotería de otras partes del territorio nacional. “Antes no lo hacíamos, vendíamos solo lo que adquiríamos nosotros, pero desde un tiempo a esta parte, y tras probar un año, lo hacemos y la verdad es que nos da buen rendimiento”. De hecho, en el escaparate de este comercio se ofrecen varios números con carteles de las localidades de las que vienen: Badajoz, Cuenca, Ciudad Real o Malagón, municipio perteneciente a esa última provincia, son algunos de los lugares de los que se pueden adquirir número.

También hay gente que llega pidiendo un número en concreto. Generalmente, estos suelen ser de terminal, y a veces no están disponibles. ¿El motivo?. Imaginemos que alguien ha sido padre, el 1 de enero de 2010, y quiere llevarse el 01110 (estamos haciendo una suposición, conste). Posiblemente, ese número esté adjudicado a otra administración del territorio nacional, y se venda toda la tirada. Si no es así, los números ‘sobrantes’ son los que se ponen a la venta en terminales electrónicos en todo el país. Y así, una mañana más de lunes, todo el mundo apura la suerte. Curiosamente, no es el Gordo el premio que toca el que puede ‘quitarnos de trabajar’, salvo que para ello nos baste con un máximo de 328.000 euros. Pero es la tradición de un sorteo bicentenario, el buscar la fortuna con familiares, amigos o compañeros de trabajo lo que nos hace, un año más, ofrecernos a la Diosa Fortuna. Todos los números están en el bombo. ¿Y si este es el año?...

Los ceutíes consumirían un 20% del premio Gordo antes del primer mes desde el sorteo

Un interesante estudio de la consultora Research Frontier, especialistas en estudios estadísticos, señala que en el caso de que nos tocase el Gordo, los ceutíes se habrían gastado el 20% del premio en un mes desde el sorteo. También indica que el 12’8% de los ceutíes se gastarían el premio antes del primer año.

Hay otros detalles curiosos. Por ejemplo, que el 20’8% de los encuestados invertiría el resultado del sorteo en una vivienda fuera de Ceuta. El 79,8%, ayudaría económicamente a familiares o amigos, un 72,4% que utilizaría el premio para pagar deudas y el 72,3% lo destinaría al ahorro. El 64,6% invertiría en comprar o mejorar su vivienda habitual, mientras que el 53,8% se tomaría un año sabático. Un 34,8% afirma que reduciría su jornada o dejaría temporalmente su empleo, y el 33,7% lo usaría para emprender o formarse con el fin de cambiar de profesión. Solo un 5,3% de los encuestados en nuestra ciudad por esta consultora reconoce no saber qué haría con el dinero.

Sin diferencias entre IVA e IPSI

Desde hace algunos años, a los premios se les aplica un gravamen del 40% a partir de determinadas cantidades. Si usted recibe el Gordo, 400.000 al décimo, se le quedará un líquido de 320.000 euros. Que Ceuta y Melilla tengan un tipo impositivo distinto, como es el IPSI, frente al IVA no establece ninguna diferencia: el 40% es, también, inapelable en el caso de las Ciudades Autónomas

Fechas para el recuerdo y lugares de tragedia: otra tradición

Desde los que no sienten predilección alguna por ningún número hasta los que los buscan por cualquier cosa (aniversarios de boda, nacimientos de hijo, etc). El caso es que entre los motivos para elegir el cuponcito hay diversos motivos. Y también, algunas tradiciones en torno a acontecimientos históricos.

“Este año, no se por qué, se vende mucho el terminado en 00, Los Muertos”, dice Ana. “Y en Ceuta, el 86 y el 12, porque coinciden con algunos de la Cruz Roja”. ‘La mierda’ y ‘Los huevos’ son los sobrenombres. En cuanto a los hechos históricos, el 11.710 (fecha del gol de Iniesta) o el 19.614, de la coronación de Felipe VI, fueron en su día números muy buscados.

También se buscan números de sitios donde ha ocurrido una gran tragedia: la creencia popular sostiene que la Lotería compensa. Algo sin base, pero ahí queda la tradición. Como muestra, un botón: mientras hablábamos con Ana, un señor llega preguntando si era posible adquirir algún número procedente de la localidad valenciana de Paiporta.

El ascenso del Ceuta dispara, también, el interés quinielístico

Si es lunes, y hablamos de un puesto de venta de loterías, no podemos eludir que mucha gente acude para comprobar si la Quiniela del pasado fin de semana le ha dejado un buen pellizco o, directamente, el pasaporte para retirarse. La quiniela es el sistema de loterías por el que tenemos que acertar si un partido acaba en victoria local, empate o visitante. Tradicionalmente se limita a los equipos de Primera y Segunda División. Una categoría, llamada Liga Hypermotion por motivos de patrocinio, en la que esta temporada está la Agrupación Deportiva Ceuta.

“Si, claro que se nota que el Ceuta está en Segunda”, admite Ana Lehr. “Hay gente que lleva años jugando, pero también hay muchos chavales que se acercan a las quinielas tras el ascenso del Ceuta”. Y algo que a Ana le llama la atención “las mujeres. En los últimos años, las mujeres hacen más quinielas que hace unos años. Antes, prácticamente, ninguna: ahora cada vez son más las que se animan”.

El número de la Familia Real, el origen de la tradición o la rivalidad -sana- Madrid/Cataluña

El primer sorteo extraordinario de Navidad tuvo lugar el 18 de diciembre de 1812, año de la victoria ante las tropas napoleonicas. Habíamos ganado la Guerra, si, pero el precio había sido una ruina absoluta, miles de muertos y una moral por los suelos. Fue en la Plaza de San Antonio, de Cádiz, donde se celebró el primer sorteo de lo que se llamó Lotería Moderna. El premio: 8.000 reales, el equivalente a 800 euros de la actualidad.

Una de las leyendas más extendidas es que el 00.000 es el número que corresponde, en exclusiva, al Jefe del Estado. La Casa Real juega, pero se desconoce con qué número y el otro va al bombo pudiéndolo adquirir cualquiera.

La vinculación entre la lotería y los Niños de San Ildefonso data del siglo XVIII. Es por tanto, anterior. Los niños ya no son exclusivamente huérfanos -el colegio nació como una obra de beneficiencia dependiente del Ayuntamiento de Madrid-, y en 1981 se admitió por primera vez a niñas, cantando una niña el gordo por primera vez en 1984. Y aquí también tenemos competencia -nos consta que sana- entre Madrid y Cataluña. O, si lo prefieren, entre Doña Manolita y La Bruixa D’Or.