CHOCOLATADA
Una chocolatada especial en Juan XXIII
CHOCOLATADA
CEUTA/ La emblemática barriada Juan XXIII está recuperando su ADN de antaño gracias al nuevo local social que tanto lucharon y que está sembrando convivencia y buen ambiente desde hace meses. Decenas de vecinos organizaron una gran chocolatada este miércoles para dar la bienvenida a la navidad mediante villancicos, churros, roscón de reyes y, por supuesto, un buen chocolate caliente que se agradece con la bajada de las temperaturas.
Desde las 19.00 de la tarde los vecinos se reunieron en el nuevo local social, decorado con estilo por el residente José Luis, que aseguró haber tardado al menos dos semanas en dejarlo “a punto”. Un gran árbol de navidad, un bonito belén y hasta una chimenea fueron las obras que el ‘más manitas’ de la barriada elaboró para lucirlos durante esta época del año.
El evento estuvo marcado por la convivencia, uno de los principales objetivos que subrayó Antonia Menacho, miembro de la Junta Directiva de la asociación vecinal. Una pena que no pudieran asistir José Manuel Seoane, vicepresidente y Gabriel Cano, presidente, aunque ambos animaron a que se celebrara la chocolatada y se mostraron pendientes de una velada que quedará marcada y que propiciará más jornadas similares en el futuro.
El éxito se apreciaba desde el inicio, con un local a rebosar y unos vecinos entregados que cantaron el repertorio de villancicos de corrida al ritmo de las palmas. El mes de febrero, esperan, comenzará la rehabilitación de las castigadas fachadas del barrio, una promesa del Gobierno local que esperan que se cumpla, aunque no era una jornada reproches ni para poner el foco en nada que no fuera el ambiente que crearon unos residentes felices y que quieren que se promocionen sus eventos más allá de los deportivos.
Juan XXIII vuelve a rugir después de años sumido en un abandono que ya ven lejos cuando echan la vista atrás. Aquellos tiempos en los que Cano y compañía llamaban a las puertas del ayuntamiento y sus consejerías para conseguir algo tan simple como un local social y una pista de fútbol. Fueron muchas cartas, muchas llamadas y reuniones que minaron la moral de vecinos y miembros de la Junta Directiva, pero jornadas como la de este miércoles confirman que el esfuerzo mereció la pena. La barriada vuelve a latir desde hace meses y los residentes lo agradecen. Se nota.
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