El cordobés que ‘vende navidad’ desde hace décadas en Ceuta

El Servicio Militar Obligatorio en el 86 con destino Cartagena fue lo único que ha impedido al lucentino Nicolás Chacón Gómez a lo largo de su vida no estar por navidades en Ceuta con su venta ambulante. La tradición de su padre y su vínculo especial con la ciudad han hecho que siga sin fallar año tras año. El vendedor muestra orgulloso sus productos de primera calidad, como aceites de oliva, mieles, turrones caseros y hasta productos garrapiñados que cocina él mismo in situ. El reciente puente ha provocado una leve disminución de las ventas, pero el cordobés sigue mostrando el entusiasmo “del primer día” y espera que los números, como siempre, le salgan antes de partir hacia un nuevo destino. 

“Llevo viniendo a Ceuta desde que nací, porque mi padre era el turronero y era su ruta. Ellos hacían la ruta de todo el verano. A Ceuta venían dos veces. Hacían Algeciras, venían hacia la feria de Hadú, luego salían otra vez, hacían la línea de la Concepción y entraban otra vez a Ceuta para las ferias de la Virgen de África. Toda la vida viniendo. Desde que nací, como era feriante como mis padres, me trajeron aquí. Fui creciendo y he seguido viniendo”, cuenta desde su puesto Chacón.

El dicharachero cordobés señala con orgullo unos productos que enumera con una sonrisa y resaltando su calidad: garrapiñadas caseras, almendras, turrones de todas las clases, juguetes, entre ellos un elfo navideño -líder de ventas- y peluches de Disney, entre una gran variedad de cosas. Pero la joya de la corona la tiene clara: las dos variedades de aceites de oliva. Chacón desgrana paso a paso cómo lo extraen hasta que llega al envase que luce en sus repisas. 

“El aceite es especial porque es de mi pueblo, de Lucena. Llevo ya 14 o 15 años trayéndolo y la verdad es que es espectacular. Es aceite de primera cosecha, de primera imprimación, sin ninguna mezcla. La variedad picual es picual y la arbequina es arbequina; no mezclamos aceitunas, y por eso sale con esa calidad. El color también se debe a que es de primera imprimación y de extracción en frío”, explica sin revelar el precio, que, insiste, se diga según la calidad: lo ecológico y lo bueno eleva las cifras. 

Si fuera un aceite refinado o un virgen extra corriente, argumenta, sería distinto. “Pero este es especial y vale un poco más. También tengo que traerlo de fuera, ponerlo aquí y estar 50 días trabajando, así que tenemos que incrementarlo un poquito sobre su coste real”.

Chacón enseña la fecha de envase, botella en mano: fue el día 25 y el cordobés llegó al día siguiente.

“Me tuve que esperar a que lo envasaran porque el día 24 todavía estaba en los olivos. El 25 lo envasaron. Este otro está envasado el 24 porque es otra variedad, arbequina. Empezaron a cogerlo hace unos días, pero coincidió que llovió dos días antes y por eso tuve que esperar. Yo quería haber venido para el día 21, para la inauguración del alumbrado, pero como no había aceite me esperé tres o cuatro días para poder traerlo”, relata.

La miel cien por cien natural es otro de los productos de los que presume el lucentino mientras sostiene un tarro.

“Esto es miel pura. Es una miel especial porque es de una familia que tiene unas colmenas en Andújar, en Jaén. Entonces no lleva azúcar. Es miel 100% natural. 100% natural. La gente se la llevan para el resfriado. La verdad que antes traía otra clase de miel, pero llevaba una poquita de azúcar. La encontré hace dos años y lleva sus registros sanitarios”, resume.

El cordobés, que confiesa tener un cariño especial por la ciudad autónoma, asegura considerarse “un caballa más”. “Tengo muchas amistades aquí. Hay mucha gente buena y sana. Me llevo bien con todo el mundo”, sostiene. Chacón, como cada año, seguirá vendiendo navidad y buenos productos hasta después de Reyes. “Si nos toca la lotería desmontamos antes”, bromea entre risas.