“Más denuncias por abuso a menores no tiene por qué ser algo malo”

ABUSOS A MENORES

Pilar Castro, coordinadora en Ceuta de la Fundación Márgenes y Vínculos, reflexiona sobre esta cuestión y otras aristas del abuso sexual a menores de edad en Ceuta

Pilar Castro, coordinadora de Márgenes y Vínculos
Pilar Castro, coordinadora de Márgenes y Vínculos | Juanjo Coronado
Juanjo Coronado
16 dic 2025 - 20:26

El número de denuncias por abusos a menores en Ceuta aumenta en los últimos años. Esto que acaban de leer sin entrar en detalles, puede parecer algo terrible. Y lo es. Pero lo sería, aún más, si no se lee con detalle. No aumentan los casos, sino el número de denuncias. Aquí entra en juego el dilema aquel de la botella medio llena, medio vacía. Si queremos quedarnos con el matiz positivo, “no tenemos más casos, sino más gente que pierde el miedo a denunciarlos”. Quien así habla es Pilar Castro, coordinadora en Ceuta de la Fundación Márgenes y Vínculos. Una entidad que, entre otras labores, tiene encomendada la atención a las víctimas de abuso sexual entre la infancia de nuestra ciudad, así como a sus familias.

Castro es clara en ese sentido: “Se está denunciando más porque hemos pasado de esconder a la víctima a visualizarla y a darle la importancia que tiene como víctima. Y, por lo tanto, castigar a la persona agresora. Y era una cosa que antes no se hacía. Abusaban de un hijo o de una hija tuya. Y lo que intentaba era ocultarlo y que se solucionara dentro de la familia. Y eso muchas veces eso dejaba a la persona que había cometido el delito, pues, libre de toda causa jurídica, siempre cuando el delito se haya producido en el entorno familiar”.

De todos modos, la mayor parte de las veces “el delito lo comete alguien que tiene acceso al menor. Ya sea porque es familiar directo o en un círculo muy cercano a la familia. No es algo puntual. Es algo que se reitera en el tiempo. Y, por lo tanto, lo comete alguien que tiene acceso al contacto con ese menor.”

“Por lo tanto, hay algunos casos o de la familia o muy cercanos. Esto no quita que pueda haber un caso fuera del entorno familiar. Profesores, compañeros de estudios, responsables de actividade extraescolares”, dice Castro.

En este asunto, se puede dar un giro aún más enrevesado, y que también es parecido a lo que ocurre con muchos aspectos de violencia de género. Hay mujeres que no denuncian debido a la dependencia económica del cónyuge. ¿Puede haber, también, casos de personas que no denuncien por la dependencia económica del abusador?, le preguntamos a Pilar. “Nosotros ya hemos encontrado también con casos de mujeres que no denuncian abusos por parte de la dependencia económica hacia el padre, el abuelo, etc. Yo ahí ya no te podría decir, no conozco ningún caso. O sea, nosotros directamente los casos que nos llegan a la fundación están filtrados por el Área de Menores y ya son las compañeras las que empiezan a tratar”.

Lo que si tiene claro es que es prácticamente imposible que la unidad familiar no se rompa, en el corto o largo plazo. “que tu padre, tu madre, tu hermano, etcétera, sea culpable de violación a un menor, eso, desde el punto de vista del trauma de la familia, entiendo que es algo que es muy, muy difícil de asumir. Tal cual. Cuando pasa en el seno la familia, o cercana a la familia, la propia familia pasa a ser víctima. Ya no es solo el afrontar que tu hijo, que tu hija haya sufrido un abuso, sino de parte de quién han venido, de tu hermano, de tu hermana, de tu padre, de tu madre, de tu cuñado, o sea, eso genera, además del propio dolor de ver a tu hijo, a tu hija, una guerra dentro de la familia, es como que se tambalea todo y normalmente pues suelen acabar separándose, suelen acabar, las familias pues totalmente se disuelven. Es una situación muy difícil de superar”, reconoce.

Puestos a elegir “lógicamente, lo deseable sería que no hubiera ningún caso en ningún sitio, pero siempre es mejor que el culpable, o la culpable, sea alguien que viva tres calles más hacia allá que una persona que pertenece al entorno directo del menor. Al menos, en ese segundo caso, la confianza entre los familiares permanece prácticamente intacta”.

“Quien abusa de un menor no tiene por que padecer ningún problema mental; solo siente superioridad”

Todos nos hemos preguntado alguna vez qué puede haber en la mente de alguien para abusar sexualmente de alguien. Pero esa pregunta es, todavía, más dolorosa si hablamos de que las víctimas son menores de edad. “Lo que hace la persona que agrede es lo que se siente en una situación de superioridad. Y muchas veces creemos pensar erróneamente que son personas que están mal de la cabeza. Y están perfectamente. Porque una persona cuando está desquiciada no está pensando en lo que está haciendo y sería muy fácil de detectar. Como los casos que han pasado aquí en la playa de algún señor que de pronto se ha puesto a exhibirse o ha intentado llevarse una menor y ahí que ha pasado, pues que la población local lo ve y es muy fácil detenerlo. Estas personas saben muy bien lo que se hace. Saben cómo actuar delante tuya y cómo actuar con el menor cuando están a solas con él. El secretismo, la manera de mantenerlo en el tiempo, esa manipulación, esa premeditación, todo eso lo hace una persona que sabe bien lo que se hace”.

Ahora, “como diríamos coloquialmente, ¿que tienen una pedrá? Pues claro que la tienen, no te voy a decir yo que no. Pero si nos damos cuenta y vamos un poquito analizando la historia, en otras sociedades, la griega, la romana, la egipcia, se veía bien que el hombre mantuviera relaciones sexuales con chicos que le llamaban mancebos que todavía no habían desarrollado. Y a nivel social se aceptaba. Lo que pasa es que, lógicamente, desde Esparta y demás han pasado muchos años y la sociedad, lógicamente, ha decidido no aceptar esas conductas”.

Y en algunas culturas “el hecho de que los hombres tengan más relación con los hombres tampoco está muy mal visto. Pero en nuestra sociedad hemos decidido que eso no lo queremos. Por lo tanto, mal de la cabeza no están Una ‘pedrá’ sí tienen, pero que saben perfectamente lo que hacen. Les gusta sentirse superiores, y ahí está el morbo para ellos”.

Recuerda que tanto en estas facetas como en otros ámbitos de la criminología “se han hecho estudios sobre muchas personas que han cometido crímenes y sabían perfectamente lo que hacían, eran plenamente conscientes de lo que estaban llevando a cabo. Nada de enfermedad mental en esos casos”.

“¿De qué sirve sobrepoteger al menor y luego dejarle horas solo?”

España es “un lugar seguro para los menores. Hemos pasado de una estilo de vida en el que si te caías en la calle y te echabas abajo la rodilla se te aplicaba un poco de mercromina a que por ese mismo arañazo hagamos placas al niño, etc. No está mal, no critico la sobreprotección. Ahora. ¿de qué sirve que el niño no salga solo a la calle, tenerlo todo el día en la casa si luego nos ponemos a ver con ellos La Isla de las Tentaciones o está en su habitación jugando partidas online con no sabemos quien?. La mayoría de estos casos se producen, precisamente, a través de videojuegos en los que estos individuos se ganan poco a poco la confianza de los chavales”, reflexiona al respecto Pilar Castro.

Ceuta es “una de las ciudades más avanzadas” en el protocolo anti abuso

Ceuta es, en opinión de Pilar Castro, una de las regiones más avanzadas en el protocolo antiabuso. “Es la primera ciudad de España que en todos sus centros educativos se han llevado a cabo intervenciones de prevención y detección. Y por otra parte junto a Cataluña, a Málaga, están apostando por este modelo de tratamiento que está sobre todo evitando la revictimización en personas tan pequeñas. Que si ya una persona mayor nos cuesta, habrá que imaginarse el caso de un niño y una niña y de la familia”.

El método al que se refiere “es el Barnaus es un tipo de cosas que se empiezan a hacer en Barcelona y en Cataluña y lo que se pretende es que el niño o la niña, una vez que denuncien solamente tenga que hacerlo una única vez. O sea, lo importante de esa denuncia es el tratamiento y evitar, de este modo, la revictimización del menor. Además, a edades muy pequeñas, los menores no tienen capacidad de mentir de modo predeterminado, por lo que una sola sesión les ayuda”.

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