«El desabastecimiento de medicamentos es un problema español, europeo y mundial, no solo de Ceuta»

Mario de Miguel/Pdte. del Colegio de Farmacéuticos

El presidente del Colegio de Farmacéuticos es el portavoz de una profesión que ha demostrado su relevante aportación a la atención de los pacientes y su decisiva contribución en casos de crisis sanitarias.

Mario de Miguel, en la sede del Colegio de Farmacéuticos
Mario de Miguel, en la sede del Colegio de Farmacéuticos | El Pueblo
A.F.C.
28 dic 2025 - 17:30

• Pregunta.- ¿Las exigencias a las que ha de hacer frente una farmacia en Ceuta, dadas las singularidades de la ciudad, son distintas a las que pueden acuciar a las del resto del país?

Respuesta.- Esencialmente, estamos igual que en el resto de España. Tenemos los mismos problemas, los mismos retos, los mismos desafíos.

Aquí contamos con la suerte de disponer de un almacén de distribución, lo cual es un lujo para una ciudad pequeña. Eso nos ofrece una garantía frente, por ejemplo, a los temporales que de tiempo en tiempo afectan a Ceuta.

En el ámbito de lo profesional, tenemos, por ejemplo, una farmacia muy especializada en formulación magistral. Además, casi todas ofrecen el servicio personalizado de dosificación (SPD).

Pero, por resumir, diría que estamos en las mismas condiciones que en la Península.

P.- El Colegio describe al farmacéutico como el profesional sanitario más cercano y accesible en la atención primaria. ¿Cómo ha cambiado la imagen del gremio en estos años? ¿Ha quedado atrás esa idea de que reducía al farmacéutico a un mero dispensador de medicamentos, a poco menos que un tendero?

R.- Estoy de acuerdo en que esa imagen del farmacéutico existió, pero ya no. La función del farmacéutico está cada día más reconocida. Aportamos cosas importantes como la cercanía, la relación personal. La gente acude a su farmacia pidiendo consejo y buscando el tiempo que, en muchas ocasiones, nuestro sistema de salud no es capaz de dedicarle.

Esas visitas a la farmacia para preguntar algo que no se ha entendido, las conversaciones con el profesional que te advierte de que tales medicinas se te han acabado o que están a punto de caducar, esas son cosas importantes. El papel del farmacéutico va a más, sobre todo en una sociedad donde la población es cada día más mayor y por tanto está más polimedicada. Entre estas personas sí existe una conciencia de que el farmacéutico es un actor importante.

La administración también nos considera. Las comunidades autónomas se han dado cuenta de que las farmacias son los únicos puntos sanitarios que existen en muchos pueblos. En eso que se conoce como la “España vaciada”, la administración se apoya en el farmacéutico.

P.- Pero algo queda todavía de la idea que se tenía antaño del farmacéutico. Por ejemplo, ustedes siguen elaborando fórmulas magistrales.

R.- Sí, claro. Lo único que ocurre es que antes todas las farmacias hacían fórmulas magistrales, pero ahora los requisitos técnicos que se piden son mucho más exigentes que hace 30 años, cuando yo empecé. Actualmente son menos las farmacias que las hacen. Pero la formulación magistral sigue siendo muy importante, por ejemplo, en casos de que se den problemas de suministro.

P.- ¿Cuál es la relación de la profesión con las administraciones públicas en Ceuta?

R.- Colaboramos mucho. En Ceuta tenemos esa bicefalia entre el Instituto de Gestión Sanitaria (Ingesa), al que corresponde la parte de la subvención del medicamento, y la Ciudad, que se ocupa de la salud pública.

Un ejemplo de esta colaboración es la puesta en marcha de la campaña de cribado de cáncer colorrectal, donde tenemos un papel activo. Son las propias farmacias las que registran al paciente en el momento en el que se les entrega el kit de toma de muestras.

También somos punto de información en las campañas de gripe. Algunos años la Consejería de Sanidad nos ha proporcionado las vacunas para que nosotros mismos, utilizando a un enfermero, nos encargáramos de vacunar a los farmacéuticos y al personal de las farmacias. Este trabajo de colaboración con la administración es continuo.

Con Ingesa mantenemos reuniones mensuales de seguimiento. Así que creoque sí, que nuestras relaciones con las administraciones son buenas. De hecho, el Consejo General de Colegios Farmacéuticos nos empuja a eso, a que haya una mayor simbiosis entre los colegios y las administraciones.

Además, y del mismo modo, trabajamos con las asociaciones de pacientes. Tenemos una relación especial con la Asociación Española contra el Cáncer (AECC). También colaboramos con la Asociación de Mujeres Mastectomizadas (Acmuma). Este octubre hemos participado en el “mes rosa”, una iniciativa que me parece muy bonita. Es algo que copiamos de Francia, una manera de concienciar de la importancia de hacerse las pruebas de detección de cáncer de mama. También, por ejemplo, todas las oficinas de farmacia son “puntos violeta”, para lo que los farmacéuticos hicimos un curso de formación con la Consejería de Sanidad y Servicios Sociales.

P.- El informe “Prestación farmacéutica en el Sistema Nacional de Salud 2024”, publicado recientemente por el Ministerio de Sanidad, revela que Ceuta es el territorio con mayor número de habitantes por farmacia. ¿Esto constituye algún tipo de obstáculo para el normal funcionamiento del servicio?

R.- Bueno, eso es fácil de explicar. Ceuta tiene un solo núcleo urbano. En otros territorios sucede que pueden existir pueblos de 400 habitantes con su oficina de farmacia, y eso, claro, hace caer muchísimo la ratio.

Alguna vez se ha comparado Ceuta con la situación de otros núcleos urbanos y nosotros estábamos ahí. Ceuta es una ciudad donde las farmacias están bien distribuidas. Prácticamente todos tenemos una farmacia al lado. Lo importante es tener cerca una farmacia, que se accesible.

Además, hace algunos años varias farmacias de Ceuta entraron en los turnos ampliados de 13 horas, lo que significa que contamos con más horas de farmacias abiertas. Y a eso se suma que también tenemos una de 24 horas.

Y siempre hay dos farmacias de guardia y una de noche abierta.

P.- ¿Tiene Ceuta un problema con el desabastecimiento de medicamentos?

R.- Ese es un problema español, europeo y mundial, no solo de Ceuta. Muchos de los fabricantes se están concentrando en países como India y China. A nada que falte un principio activo, falla el fabricante y ya falla toda la cadena.

España es muy buena, precisamente, en fabricación de medicamentos genéricos. Pero no hay síntesis.

En España sí se elaboran las cápsulas, los comprimidos. Ahí nuestro país es muy potente. Pero, claro, cuando hay un problema en el fabricante del principio activo ya toda la cadena se va al traste.

Recuerdo que cuando estalló la guerra de Ucrania hubo problemas con el aluminio. Los blísters de los medicamentos llevan una capa aluminizada. Y claro, eso generó alguna disfunción.

El Consejo General ha hecho varias cosas al respecto de este asunto del desabastecimiento. Son medidas que tratan de minimizar estos problemas de suministro.

P.- ¿Con qué instrumentos cuentan las farmacias para hacer frente a una situación de desabastecimiento?

R.- Hay que distinguir. Por un lado está el desabastecimiento que se produce cuando un laboratorio dice que, por la razón que sea, no va a poder fabricar un determinado medicamento. Entonces lo traslada al Ministerio. Esa es una falta comunicada.

Hay otra realidad más frecuente, que es cuando el medicamento está efectivamente el mercado pero no llega a todos los sitios de manera suficiente, no hay bastantes unidades. Ante esto, el Consejo dispone de dos herramientas. Una es el sistema de información CISMED. Cuando se hace un pedido y se registra alguna incidencia, se comunica de manera que el Consejo General dispone de información real de todas las farmacias de España acerca de cuáles son los medicamentos que están presentando un problema de suministro. Con lo cual se adelanta al propio Ministerio.

Disponemos también de una herramienta digital, Farmahelp, que nos permite a todas las farmacias que estamos dentro de un determinado radio de acción permanecer en contacto. Yo puedo preguntar para saber qué farmacia tiene un medicamento que yo no tengo. Y esa es una información que se puede proporcionar al paciente.

En Ceuta, como es pequeña, tenemos un foro entre nosotros para decirnos: “Oye, va para allá una persona que va a recoger esta medicación que yo no tengo, que está en falta o que no me llega hasta el lunes pero la necesita hoy con urgencia”.

Hemos tenido casos en los que, ante el brote de alguna enfermedad peligrosa, nos hemos puesto en contacto entre nosotros para localizar las unidades de determinado medicamento que había en la ciudad para ponerlas a disposición de Sanidad.

P.- En Ceuta existe un manifiesto descontento de los profesionales y los usuarios hacia el estado del sistema público de salud. ¿Cómo observa la profesión farmacéutica esta situación?

R.- A ver. En lo que se refiere a los problemas médicos o enfermeros en lo público, ahí nosotros no tenemos nada que decir. Lo único que puedo decir es que nos gustaría disponer de herramientas que ayudasen a mejorar la relación entre farmacéutico y médico. A veces se generan pequeñas confusiones, errores, situaciones que nos hacen dudar. Y sería bueno mejorar la comunicación entre la farmacia y el médico prescriptor. Esto es algo que hemos hablado con Ingesa.

La mayoría de las recetas que llegan a nuestras farmacias son del Ingesa. Y apreciaríamos que la relación farmacia-médico pudiera ser más directa, como ya sucede en algunas comunidades autónomas. Creo que si podemos resolver problemas, que suelen ser menores, a través de una línea interna de comunicación, evitamos al paciente paseos a la consulta del médico.

Hoy tenemos una vía directa en nuestro sistema de recetas electrónica, que algunas comunidades no tienen todavía, que se llama anulación cautelar y que nos permite, en el caso de que sospechemos que ha podido haber alguna confusión y hay riesgo para el paciente, suspender el tratamiento prescrito de manera cautelar. Luego, claro, la última palabra la tiene el médico.

Tenemos esta herramienta, pero, como digo, creo que esa relación podría ser más ágil.

Hay comunidades en las que funciona un sistema llamado dispensación excepcional, que permite a un paciente que se ha quedado sin su medicación para un tratamiento crónico las farmacias pueden dispensarle ese medicamento, algo que tendrá que ratificar el médico después. Eso es algo que yo creo que también aquí se podría poner en marcha.

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