García Moreno: "Muchas veces dudo de que lo que veo en los vídeos sea real"

• P.- ¿Cómo nace Diff-TSD?

R.- Mi idea surge en 2022, cuando los modelos de difusión estaban empezándose a aplicar en imágenes. Antes se utilizaban otros diferentes y no teníamos la calidad hiperrealista que tenemos ahora. Y entonces me planteé: ¿por qué no tratamos de aplicar estos modelos de generar imágenes a series temporales? ¿Por qué no intentamos, de alguna forma, transformar esa serie temporal, que es un dato, como el del ritmo cardíaco, en una imagen? Es decir, transformar el dato de origen que es numérico a imagen. Que el ritmo cardíaco que se vea.

Ya hay algoritmos de informática que transforman series temporales. Ahí no está la novedad. Nosotros, lo que hacemos es usar algoritmos que existen para transformar una serie temporal en imagen. ¿Por qué? Porque los modelos de difusión son muy buenos con imágenes. Entonces, digo, voy a coger esas dos cosas y las voy a unir. Esa es la novedad, digamos.

Pregunta.- ¿Qué campo de desarrollo presenta la investigación en el ámbito de la inteligencia artificial?

R.- Queda mucho por investigar. Es un trabajo muy exigente, que requiere mucho tiempo. Es evidente que cuanto más se avance más potente serán las herramientas que tendremos a nuestra disposición para seguir adelante.

Tenemos que considerar también un aspecto importante: el consumo energético que se requiere. Por ejemplo, en EEUU se están creando muchos data centers en los que están implicadas las empresas top del país. La de Meta tiene el tamaño de Manhattan. Ahora lo que buscan es contar con centrales nucleares para que proporcionen energía eléctrica a esos centros para crear la IA del futuro. Y es que resulta necesario disponer de más potencia, tanto en términos de energía como de cómputo.

P.- La computación cuántica, con la que se abrirá la posibilidad de disponer de herramientas muchísimo más eficientes, está todavía por desarrollar. ¿Cómo será su integración con la IA?

R.- Cuando la computación cuántica llegue a ser práctica tendremos a nuestra disposición ordenadores mucho más potentes. No creo que lleguemos a tener ordenadores personales cuánticos. La estructura física que comportan hace que solo se puedan instalar estos ordenadores en lugares muy concretos y bajo unas condiciones muy específicas. Pero podrán encontrarse en estos data centers gigantes. Si se consigue estabilizar la física cuántica en ordenadores cuánticos, todo será mucho más rápido y eficiente a la hora de generar datos. Sería una salto enorme, realmente.

P.- ¿Cómo será la sociedades dentro de 25 o 30 años, en una época futura en la que supone que todos estos avances tecnológicos estarán consolidados?

R.- Creo que tendremos esos ordenadores cuánticos de los que estamos hablando, al menos en manos de las empresas. Pienso que en 30 años estaremos en este escenario. ¿Qué va a pasar? Nos podemos hacer una idea.

Yo solo consumo una red social: YouTube. Y muchas veces dudo de si lo que veo en los vídeos es real o no. Esto genera una dilema interesante que, francamente, no sé si vamos a ser capaces de solucionar. Quizás podríamos empezar por contar con que la red social correspondiente se ocupase de utilizar algún tipo de marca que permitiera al consumidor, como se advierte hoy de lo que es publicidad, saber que lo que está viendo ha sido generado por IA.

P.- En la era atómica, los científicos se vieron enfrentados al dilema moral que les planteaba saber que sus investigaciones podrían ser utilizadas, como efectivamente lo fueron, para crear armas de destrucción. La IA tiene un enorme potencial para mejorar la existencia de los seres humanos, pero también, probablemente, para domeñar a los pueblos, hacer la mentira indistinguible de la verdad, crear máquinas de guerra más eficientes... ¿Un científico se plantea estas consideraciones éticas durante sus investigaciones?

R.- Claro, claro, obviamente, todos los días. Pero, ¿sabe qué pasa? Pues que la IA es aplicable a muchos campos de la actividad humana. Si nos quedáramos parados, no podríamos influir en aquellos ámbitos que queremos influir. Es verdad que a veces te planteas que, bueno, esto que estoy haciendo puede tener, qué se yo, una aplicación militar. Esa es una conversación que tenemos entre nosotros. Pero es cierto que, aunque la tecnología sea nueva, el dilema es el de toda la vida. Además, tu trabajo es abierto, accesible a todos. ¿Cómo puede utilizarlo un tercero? También lo piensas.

P.- Un proyecto de investigación como en el que usted está implicado es el resultado de una colaboración internacional. Sus resultados han sido publicados en una revista científica de gran prestigio. Habrá a quien pueda sonarle extraño que un trabajo de esta dimensión corra a cargo de un profesor del Campus de Ceuta. ¿Se puede investigar desde aquí?

R.- Claro, ¿por qué no? Yo puedo investigar aquí mismo, en esta cafetería en la que estamos. Se trata de tener tu ordenador delante y darle al coco. Da igual donde estés, como si quieres estar en Jamaica.

La investigación en este campus es bastante intensa, sobre todo en el ámbito de la informática, que es el que yo conozco. Y uno puede trabajar desde donde quiera. Yo estoy aquí en Ceuta, y me enorgullece poder decir y dejar constancia en las notas de prensa que estoy afiliado a la Facultad de Ceuta.

Uno puede trabajar perfectamente desde la ciudad. Le pondré un ejemplo. Repare en las tarjetas gráficas, esas que en los ordenadores utilizamos para los videojuegos. Nosotros, esas tarjetas gráficas, en lugar de para jugar, las empleamos para entrenar a la IA. Antes, esas tarjetas gráficas tenían que estar físicamente contigo en tu despacho. Ahora las puedes utilizar a distancia.