Regulares se viste de gala en honor de la Patrona de Infantería
EJÉRCITO
El acuartelamiento 'González Tablas' ha acogido en la mañana de este lunes una parada militar con motivo del día de la Inmaculada Concepción, patrona del Arma de Artillería
Si en España se asusta a los niños con el sacamantecas o el hombre del saco, en Holanda durante mucho tiempo se hacía lo propio con el Duque de Alba o los soldados españoles. No en vano, la conquista de Flandes es una de las grandes proezas bélicas de la historia del Ejército español. Y en esos momentos en los que los soldados se ven amenazados por el enemigo, por la certidumbre de un final cercano, un giro del destino o un golpe de suerte es interpretado en muchas ocasiones como un miliagro. Por ejemplo, el de Empel: sitiadas las tropas españolas en la isla de Mosa, sin provisiones ni medios para hacer frente a las tropas holandesas .-"después de muertos hablaremos de capitular", respondió Fernández de Bobadilla a la oferta de rendición-, cuenta la tradición que un soldado encontró un retablo de la Inmaculada Concepción. A esta imagen se enconmendaron las súplicas de los españoles, cambiando el viento de dirección y helando a las tropas dirigidas por el holandés Mansfield.
Aquel hecho, ocurrido el 8 de diciembre de 1585, valió el patronazgo de la Inmaculada Concepción a la infantería española. Y como cada 8 de diciembre, esta ha rendido honores a la advocación, con una parada militar en el cuartel de Regulares. Una parada en la que el cuerpo regular ha ejercido en esta ocasión como 'anfitrión', como corresponde a los años impares. En otras ocasiones, es la Legión quien 'pone' el acuartelamiento, para un acto que se desarrolló bajo la presidencia del comandante general, Luis Fernández Herrero, y que contó con la presencia, entre otras autoridades, del presidente de la Ciudad, Juan Vivas, varios miembros de su Gobierno (el consejero de Presidencia y Gobernación, Alberto Gaitán, y las titulares de Educacón y Cultura y Sanidad y Asuntos Sociales, Pilar Orozco y Nabila Benzina) y los senadores por Ceuta, Abdelhakim Abdeselam y Cristina Díaz.
Durante el acto, además, algunos militares que pronto pasarán a la situación de reserva pudieron despedirse de la Enseña Nacional, al mismo tiempo que se impusieron algunas condecoraciones. También se hizo entrega de un ramo de flores a Dolores Puya, essposa del presidente de la Ciudad, Juan Vivas. Por cierto, que este quiso "reconocer la entrega, profesionalidad y vocación de servicio de quienes garantizan nuestra seguridad y defienden los valores constitucionales, con un compromiso que merece el respeto y el reconocimiento de toda la sociedad".
El discurso del evento lo leyó el segundo jefe de la Comdandancia General, Antonio Ferrera. El mando castrense hizo suyas unas palabras del coronel José María Sánchez de Toca (1945-2020) durante el acto con motivo del centenario del patronazgo de la Virgen, en 1992: "El estilo de la Infantería es el de aquel soldado febril que exige un puesto en primera línea, le pegan tres tiros, pierde una mano y aún le quedan ganas de escribir el Quijote. Es también el cabo que gritan la alambrada que tienen sobre él porque está rodeado o el que se queda ciego de una explosión y ciego y todo destruye unos cargos y rechaza al enemigo. Es el sargento que muere en el asalto y viene a saberse por sus papeles que era grande de España o el brigada que toma el mando de la compañía batida y aplastada y la saca adelante. El alférez que pierde los dos brazos y sostiene la bandera con los codos o el teniente que entra pistola en mano en una cueva a desalojar a un puñado de enemigos armados. Infantería es el capitán que le han dejado cojo de un cañonazo y prepara su compañía para empresas divinas. El comandante que acompaña a su general al destierro aunque ni está obligado ni comparte sus ideas o el que cuando recibe orden de retirarse se queda con los oficiales a cubrir la retirada de los soldados y al final solicita fuego sobre nosotros. La infantería es, perdonen la insistencia, el coronel que no se rinde aunque le fusilen al hijo o el general que replica la consigna terrible que la retirada al cementerio".
Ferrera resaltó que "Lo normal es la fatiga, el frío, la mojadura, el sudor. Lo corriente, lo que marca el programa es que te duela todo, tener la garganta seca y el pulso disparándose en las sienes, pulso entrecortado de fuego en los pulmones dormir en la nieve o salir al fragor del avión al oscuro silencio del sábado nocturno. Preparar interminablemente para volver a bajar hasta que tiemblen las rodillas, tirarse al suelo sin resuello para volver a saltar cada 20 metros, acarrear una mochila inmensa y una ametralladora, una radio o el tubo o la placa del mortero. Lo ordinario son las horas de guardia, esperando que no pase nada, que es lo mejor que puede pasar. La sed, el hambre, quedarse helado o abrasarse o ambas cosas a diferentes horas y todo ello procurando sonreír y cantar. Pero con todo, todo eso no agota lo que es la infantería. Infantería es tratar de hacer bien lo que hay que hacer, aceptando de entrada que puede salir mal y asombrarse gozoso cuando sale bien. Es esforzarse sin pedir nada a cambio, si acaso un ratillo de vidilla, porque la infantería es humilde hasta para pedir, por no darse importancia. Como aquel que desde Filipinas pedía razonadamente una compañía de infantería española para conquistar China. Y no se la dieron porque no la había, sino quién sabe cuál sería hoy la mayor nación de habla española en el mundo. Infantería humilde, necesaria como el pan que moja todas las salsas. Infantería machacada y estrujada como uvas que se hacen vino alegre y suben a la garganta en palabras sencillas".
Ferrera destacó que "en todas mis palabras no habréis escuchado nada referente a vehículos, armamento, equipo. No, el estilo de la infantería española es el estilo de sus soldados, de sus hombres y mujeres, del combativo, al negado, sufrido, fuerte y testarudo que siempre cumple con su misión a una costa de su propia vida. La posible falta de vehículos, armamento o equipo o su estado operativo, sea cual sea, no son excusas para que la infantería siga cumpliendo con su misión de prepararse para el combate. Actualmente vivimos en una sociedad en la que está de moda priorizar y dar mayor importancia a los derechos y privilegios que a los deberes y obligaciones. Es decir, no está de moda nuestro estilo, el estilo de la infantería. Debemos permanecer firmes en nuestros ideales, en nuestras tradiciones y en nuestro lema, fuego, movimiento y choque, preservando el estado y la mentalidad de quienes nos precedieron. Asimismo, debemos mostrar determinación frente a cualquier intento de alterar nuestra esencia, la que define al estilo propio de la infantería española. Mantener nuestra identidad exige honrar nuestras tradiciones y al mismo tiempo, ejercer nuestra labor diaria con discreción, disciplina y abnegación".
Instantes después, tenía lugar el acto de homenaje a los Caídos, bajo los sones de 'La muerte no es el final'. Con rezos en castellano y árabe, depositaron la corona el coronel jefe de Regulares, Luis Gonzaga, y la presidenta de las Damas de la Inmaculada, Marta Rodríugez. Posteriormente, se cantó 'Ardor Guerrero', himno de la Infantería, antes de que se realizaran los desfiles tanto de Regulares como de la Legión -ambos, con sus característicos pasos- y se diera por concluido el evento.