Sánchez Miaja: “Ser voluntaria te ofrece, sobre todo, satisfacción”

María Sánchez Miaja, ‘Maruchi Miaja’ es, ante todo, un ejemplo de lo que se ha dado en llamar envejecimiento activo. En los últimos años, esta perito mercantil y profesora particular jubilada, va prácticamente a libro por año, asiste a casi todas las jornadas que abordan temáticas que le ‘tocan la fibra’ y nunca falta a una reunión de alguna de las entidades a las que pertenece, bien políticas (el PSOE) o bien asistenciales (como EAPN o Mujeres Progresistas).

Precisamente por eso, en los últimos días, Sánchez Miaja ha recibido un importante premio: el Premio al Voluntariado Estatal concedido por el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030. Fue en un acto en Pamplona, y que no le entregó el ministro del ramo, Pablo Bustinduy. “Pero me hizo más ilusión que me lo entregaran dos compañeras que estaban en el Congreso Nacional de EAPN, en La Coruña, y fuesen desde Galica a Pamplona expresamente para entregarme este galardón”, admite.

Un premio que “no voy a decir que no me merezco, porque de tanto decirlo ya me ha caído alguna bronca”, dice entre risas, “pero si que no me esperaba nada ni sabía que estuviera propuesta”.

Ella empezó en el mundo del voluntariado “hace 25 años. Me propusieron formar parte de Cruz Roja, y sin que hubiera ningún hecho por medio que me llevara a ello, decidí emplear mi tiempo ayudando a los demás. Luego trabajé en Cruz Roja, y en 2009 recibí una llamada que me hizo dar otro paso al frente”.

La llamada era de Yolanda Besteiro, presidenta estatal de Mujeres Progresistas (efectivamente, sobrina/nieta de Julián, líder socialista muerto en prisión tras la Guerra Civil del pasado siglo). “Yo había sido militante de MM.PP antes de serlo del PSOE, porque había funcionado en los 80. Cuando ella me pidió retomar aquello, vi que estábamos en la misma línea y, sin pensarlo, di un paso hacia adelante. Al año siguiente, nos integramos en la fundación de EAPN-Ceuta, y un año más tarde me eligieron presidenta”.

Para ‘Maruchi’ Miaja. “el voluntariado ofrece satisfacción, pero sobre todo a quien lo ejerce. No se explicar como ni por qué, pero el poder ayudar a los demás, a las personas que quizá seamos raras, nos da satisfacción. Nos marca mucho”, señala.

Sus colectivos predilectos “son las mujeres y también los reclusos. Aprendes a sufrir y a comprender determinadas cirucunstancias”, admite.

“El premio que más ilusión me hizo fue el que no le fue concedido a mi madre”

- “Todos los premios te hacen especial ilusión, es obvio. Me entegaron un reconocimento a la lucha contra la Violencia de Género, este de Pamplona y el María de Eza. Pero de todos, el que más ilusión me hizo fue el María de Eza”, admite.

El motivo es que “en los primeros años, propusieron a mi madre. Se lo dieron a Teresa Roa. Nada que objetar, pues Teresa hizo un trabajo impresionante y claro que lo merecía. Pero nunca volvía a proponer a mi madre, y ella murió sin recoger este galardón. Cuando a mi me lo ofrecieron, que fue semanas antes del confinamiento, pues he de reconocer que me acordé mucho de ella, y es lógico que sea el premio que más ilusión me hiciera.

Sánchez es hija de María Miaja, histórica militante del PSOE, y sobrina del último alcalde de ese partido en Ceuta, Fructuoso, que tras sus años en el exilio y ser senador en Cortes a principios de los años 80 fue el único alcalde del periodo pre-autonómico en agotar los cuatro años de mandato (1987-1991)..

Sobre los presos “todos tenemos derecho a equivocarnos. Yo trabajaba en las primeras sesiones en Los Rosales, en una cárcel tercermundista, con ocho reclusas en una mesa al lado de un patio. Hacíamos lo que podíamos. Cada vez que iba, y lo hacíamos cada dos semanas, salía literalmente tocada del lugar”, recuerda. “Les enseñábamos a hacer C.V.’s cuando salieran de la cárcel, a tratar de ayudar para que su vida fuera mejor”.

A ella le gusta, sobre todo, tratar con presos “y con víctimas de violencia de género, con las que desarrollas una especial empatía”.

La literatura: una vocación tan tardía como prolífica para María Sánchez Miaja

Dice el proverbio que todo el mundo, antes de morir, debería plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro. No sabemos si Sánchez Miaja habrá cumplido la primera parte, pero las otras dos, de sobra. Viuda y madre de tres hijos, en los últimos años ha desarrollado una prolífica actividad literaria que le ha llevado a presentar diez libros.

Su temática siempre suele versar sobre temas que le conciernen: bien de manera autobiográfica, bien a través de historias familiares. El papel de la mujer en la Guerra Civil de la pasada centuria y la posguerra, la memoria histórica o la vasta actividad política de su familia. Ella es sobrina nieta, por ejemplo, del general José Miaja, uno de los últimos mandos militares afectos a la II República. Suele contar en privado que la coincidencia en el apellido le hizo pasar algún apuro en su época de estudiante, al encontrarse profesores perfectamente enterados de quien era su ilustre familiar y perfectamente adversos a esa figura histórica.

Su último libro, presentado en la última Feria del Libro, se presentó en forma de pregunta. ‘¿Fue una buena decisión? (Editorial Avant)