Jimeno’s Band hace vibrar al Revellín con su tributo a Sabina
MUSICA
El grupo vallisoletano, una de las bandas tributo más antiguas de España, repasó los mejores temas del jiennense
Poco podía esperar aquel hijo de un inspector de Policía y un ama de casa natural de Úbeda que, un día, llenaría estadios y pabellones deportivos, sus letras serían iconos para generaciones de españoles, y que su retirada de los escenarios sería vista casi como una tragedia por sus miles de seguidores. Nada podría cavilar aquel soldado de reemplazo al que el editor del diario Última Hora de Palma, ciudad en la que hizo el servicio militar en 1977, ofreció quedarse en plantilla que esa sería una gran decisión. Sabina habría sido un gran periodista, pero España y su música se hubiesen perdido a un genio de esos que nacen cada equis años.
Con sus virtudes y defectos, con sus idas y venidas, Sabina es patrimonio común de la caja negra, la memoria colectiva de los españoles. Enumerar sus canciones, sus giros estilísticos, su azarosa vida personal -cuentan que solo su actual esposa, la peruana Jimena Coronado, ha sido capaz de domar a la fiera- y sus opiniones sobre la vida y la política daría para mucho más que para unas líneas en un periódico.
Debe ser hermoso eso de crear, literatura, pintura, cine o música, y pensar que en un momento determinado tu obra no te pertenece. Que ya es del pueblo, de la gente. Ir a cualquier lado y encontrar una canción tuya, una versión que ni siquiera sabías que existía. Que alguien te cuente como celebró una victoria personal o sobrellevó una ruptura escuchando una de tus canciones. Ese, exactamente, es quizá el momento en que el artista es menos importante que su propia obra. Algo al alcance de muy pocos.
Joaquín Sabina es uno de ellos. Y prueba de ello es lo vivido en la tarde dominical en Ceuta: de un grupo de amigos en el que uno era capaz de imitarle surgió una banda tributo. La más antigua de España, Jimeno’s Band. Y esa banda hizo las delicias del público ‘sabiniano’ en el Auditorio del Revellín. Un tributo a uno de los grandes; tarea nada fácil, puesto que es tan peculiar el personaje que cuesta trabajo imitarlo sin caer en la parodia. No estaba el, pero si sus canciones. Cosas de ser un genio.