Condenado el inmigrante que agredió al guardia civil

INMIGRACIÓN

Varios inmigrantes logran entrar en nuestra ciudad durante la borrasca, que ‘ayuda’ al Instituto Armado; al menos dos de ellos son menores de edad

Varios inmigrantes , interceptados tras acercarse a la valla durante el pasado verano
Varios inmigrantes , interceptados tras acercarse a la valla durante el pasado verano | Archivo
Juanjo Coronado
14 dic 2025 - 18:00

Las últimas horas han sido tranquilas en la frontera, al menos si establecemos la comparación con la jornada del sábado. Un día que se cerró con la noticia de una agresión por parte de un inmigrante subsahariano a un agente de la Guardia Civil, con un garfio y de manera intencionada. Quizá un error de cálculo por parte del agresor o un acto reflejo del agredido impidió que esto acabara con una herida en la cabeza. Las heridas del guardia se produjeron, recordemos, en el brazo, pero la intención era actacar directamente la cabeza del miembro del Instituto Armado.

Y todo ello, en medio de la impresionante borrasca ‘Emilia’ que ha azotado la ciudad en las últimas horas. Este fenómeno meteorológico se ha convertido, en cierto modo, en un aliado de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, ya que ha disminuido en algo la presión que se vive en torno a la frontera de Ceuta. Sin embargo, ello no impide que haya habido varios intentos: al menos 20 personas han logrado entrar desde el sábado a Ceuta. De estas 20, dos podrían ser menores de edad, que van a quedar bajo custodia de la Ciudad Autónoma.

Quien queda en libertad es el autor de la agresión al agente. Ha sido condenado a tres años, pero al haber aceptado la conformidad, se reduce a dos. La condena queda en suspensión, condicionada a que este hombre no cometa delitos durante su estancia en el territorio nacional. Se inician, además, los trámites para su posible expulsión del territorio nacional.

Efecto llamada

Mientras, algunos agentes admiten en privado a El Pueblo de Ceuta su temor por que “se ponga de moda venir a España, saltar la valla, agredir a un compañero y que ello prácticamente no acarree condena. Este hombre estaba agazapado, no fue algo fortuito puesto que salió de su escondite para agredir a los dos agentes con un garfio. Cualquier día tendremos una desgracia. La duda es saber si tendremos que esperar a que haya un muerto para que alguien tome nota de la situación”, dice un efectivo de la Guardia Civil que, evidentemente, desea permanecer en el anonimato.

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